Joseba Ezkurdia será el suplente en la final del Cuatro y Medio

El golpe sufrido ante el de Amezketa en el anterior encuentro fue duro y le costó gestionarlo a lo largo de la semana. Ezkurdia arrancó frío ante un rival que estaba por primera vez en este escalón y tenía menos que perder.

El choque era una buena piedra de toque para el de Zenotz por la categoría del rival y, aunque en el primer pelotazo cometió una falta de saque, en los siguientes se mostró muy centrado. Ezkurdia comenzó apagado y concedió más facilidades que las que acostumbra. El marcador reflejó un 2-6 para el de azul, pero tres fueron errores de su oponente.

Sin embargo, el de Arbizu comenzó a despertar por la propia inercia el encuentro. Por encima de todo estaba el orgullo y tuvo que ponerse las pilas para evitar que la diferencia fuera a más. Consiguió centrarse y dejar a un lado el pasado más reciente, y empezó la remontada después de que al de azul se la cayera una pelota con la derecha sin mucha historia.

Siguió con un dos paredes con la zurda y un derechazo por pared después de mover bien la pelota. Se activó conforme empezó a abrir huecos en la cancha y provocar que su rival estuviera más incómodo.

Una tacada de seis tantos le permitió colocarse por delante en el luminoso (8-6), aunque todavía tuvo que sudar bastante más para noquear a su oponente. Peio Etxeberria plantó cara porque es de los que no da una pelota por perdida y su saque cortado también fue complicado de restar. Fue tras el 8-10 cuando el vencedor consiguió poner tierra de por medio.

Para entonces su motor y su cabeza ya estaban a pleno rendimiento y fue del de siempre. Ambicioso, dio un paso al frente para meter una marcha más a su juego y provocó que el rival pidiera un descanso tras la igualada a diez porque, tras 141 pelotazos, veía que las cosas se le podían complicar. Acertó. Después de regresar a la cancha, Ezkurdia logró la tacada definitiva que rompió el choque con otro parcial de nueve tantos consecutivos en el que sacó mucho rendimiento a su jugada inicial. Bajó la pelota y el de Zenotz tuvo muchos problemas para ponerla en el frontis. Los tantos se acortaron, las revoluciones en el golpeo de Ezkurdia subieron y se quedó a tan solo tres tantos para acabar. El de azul sacó fuerzas y con una dejada de volea tirándose al suelo mantuvo la esperanza.

Su racha fue corta. Solo consiguió dos tantos. El de Arbizu se colocó a uno para la conclusión, pero cometió una falta y permitió que se le acercara otra vez. Nada grave, porque cuando se está en el alambre cualquier error se paga, y Peio Etxeberria mandó a la chapa la pelota que cerró el partido.