Peio Etxeberria y Jon Ander Peña se juegan este sábado estar presente en la final del Cuatro y Medio. Gane quien gane, disputará su primera final individual. «¿Nada que perder? No sé, tengo más sensación de que tengo muchísimo que ganar. He llegado aquí por ... méritos propios y nadie me ha regalado nada. Ganar supondría una alegría inmensa, si pierdo felicitaré a Peio y punto», ha declarado esta mañana Peña II en la elección de material celebrada en el Ogueta de Gasteiz.
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Peio Etxeberria tiene más experiencia en este tipo de partidos, aunque el de Zenotz no ha jugado una final del Parejas como el tolosarra. Disputa su tercera semifinal en el acotado. «Siempre hay tensión y es una semifinal, te la juegas todo a una carta», ha apostillado el navarro, que viene de jugar por parejas después de que Salaberria no pudiera disputar su tercer partido de la liguilla por mal de manos. «La semana pasada sabiendo que no jugaba metí buenos entrenamientos físicos, jugué el viernes por parejas sin dolor y llego en buen momento», ha apuntado.
Los dos pelotaris tienen clara su forma de jugar y no van a cambiar ahora. Son dos delanteros valientes que siempre que pueden tratan de entrar de aire. «Tengo que sacarle del centro porque coge fácil la posición y le da velocidad a la pelota. Te hace correr mucho, hay que sacarle de la zona de confort y moverle. De aire y gancho hace daño y tengo que darle velocidad por abajo», ha detallado Peña II. Peio Etxeberria también ha puesto por las nubes a su contrincario. «Jon Ander no es un recién llegado, tiene una final del Parejas y lleva en la élite varios años. El año pasado tuvo mala suerte en la primera jornada de la liguilla de cuartos, peleó con Altuna, se lesionó y estuvo cerca de poder ganarle».
Sin pegas con el material, Peña II ha insistido en que «personalmente me están gustando todas las pelotas del campeonato. Estoy contento. Las cuatro son parecidas, no hay mucha diferencia». Primero en elegir, optó por pelotas que pesaron 105.1 gramos (1) y 104.7 (2). Peio Etxeberria también se quedó satisfecho. «Hay una pelota más amarilla, que es la mía. El frontis para un poco, pero el suelo anda bastante. Son pelotas bonitas». Las del Zenotz pesaron 104.9 gramos (3) y 105.5 (4).
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