Toc, toc, «soy Darío»

El riojano entró el pasado domingo como sustituto de Altuna III en la semifinal del Torneo Bizkaia para ganar junto a Martija a Ezkurdia-Rezusta, y este viernes, apoyado en un dominador Zabaleta, se impuso 17-22 en un encuentro que pudo tener un marcador mucho más abultado. «Es mi primer estelar de parejas de nivel como titular. He jugado mano a mano, pero parejas, quitando el debut, es el primero», disipaba cualquier duda el riojano en vestuarios. Si mantiene la confianza, incrementa el nivel y goza de la confianza de la empresa, deberían llegar más. De momento, ya manda un aviso. Toc, toc, «soy Darío».

La tarde del Astelena, insípida como tal en las gradas, fue mejorando a medida que la pareja colorada fue entrando en el partido. De partida, Darío-Zabaleta se colocaron 1-10 en un visto y no visto gracias, en parte, a un desacertadísimo Irribarria, que arriesgó en el remate y terminó con ocho fallos. Demasiados para poder llegar a veintidós. En apenas veinte minutos los azules tenían medio trabajo hecho. «El otro día fue más peleado y hoy hemos abierto brecha desde el principio, a ellos les ha costado mucho entrar en el partido y nos ha valido para llegar a 22», resumía el ayer ganador.

Las ventajas vinieron gracias a errores de Irribarria, pero provocados por un Darío que buscó mucho su derecha. El electrónico, al primer descanso con ¡10-16!, era contundente. Fue entonces cuando mejoró el de Arama gracias a su saque, tratando de amargar la tarde a Darío. Terminó con cinco, insuficientes en todo caso para ganar. Darío no estaba por la labor. El de Ezcaray terminó con nueve tantos hechos en juego, otro más de saque y tan solo dos fallos. Para enmarcar dos maravillosos ganchos cayéndose y cogiendo la pelota muy abajo que levantaron al público. El delantero, que cuajó el año pasado un verano impoluto con dieciocho victorias consecutivas hasta caer en San Mateo, tiene claras sus ideas. No perdona cada vez que se viste de blanco. «Hay mucha competencia en la empresa y es difícil entrar en este tipo de partidos, pero cuando te ponen es cuando tienes que dar el do de pecho. Hay que ganarse el pan tanto en el Astelena como en el frontón de mi pueblo». No bromea, así es su mentalidad.

Del 12-19 se pasó al 17-20 y amenazaron el triunfo del riojano, pero una cortada suya y un rebote de Zabaleta sentenciaron el estelar. «Darío una vez un barquito chiquitito, que no podía...», se animó a cantar la catedral tirando de ingenio. «He disfrutado y no he notado la presión».