Altuna no está libre de que le remonten

En un mal estelar plagado de errores de los dos zagueros y salvado en parte por la emoción final, Peio Etxeberria y Mariezkurrena II levantaron un 21-16 a Altuna III e Iztueta para imponerse 21-22 gracias a una postrera tacada de seis tantos. Paró por fin de fallar el zaguero de Berriozar, que terminó con diez tantos perdidos y un resto defectuoso de saque. Más de la mitad de los tantos colorados, once de veintinuo, fueron suyos.

Pese a ello, Peio Etxeberria y Mariezkurrena II abandonaron Bera líderes del Masters CaixaBank, con el tercer punto en el zurrón y además imbatidos después de coquetear con la derrota durante un buen rato.

El 21-17, producto de una dejada al txoko del delantero de Zenotz, giró el encuentro. Tanto duro de 48 pelotazos, hizo mella en Iztueta. Pidieron descanso los colorados. No le bastó a Martxel Iztueta para recuperarse lo suficiente. Dos tantos de saque al ancho de Etxeberria añadieron nerviosismo al cansancio del tolosarra. Mariezkurrena II aportó el resto con varios derechazos al fondo del Eztegara cuando poco antes daba la sensación de tener por lo menos tocada la mano. No la tenía bien y parará para recuperarla. Queda mucho verano por delante.

Esto también forma parte del aprendizaje en el que se halla embarcado Iztueta. Jugar contra un zaguero como Mariezkurrena es un examen exigente, aliviado esta vez por los errores del oponente. De todas maneras, los zarpazos del de Berriozar pusieron a prueba a su compañero de empresa de 20 años, que sumó ayer más pelotas perdidas, siete más dos saques sin respuesta, que en sus dos compromisos anteriores en el Masters. Pero el debutante también dejó constancia de que extiende la pelota con la derecha, sabe arrimarla, posee defensa de aire... Le faltó en esta ocasión mayor solidez con su elegante zurda.

Precedió al estelar un telonero en el que Arkaitz Gabirondo adquirió un protagonismo involuntario a raíz de los calambres en la pierna izquierda durante la disputa del 19-21. Tumbado de dolor en el suelo, no quitó ojo al juego y tuvo arrestos para levantarse dos veces y devolver sendos pelotazos de los rivales, Salaberria y Aldabe, que habían rebasado a su delantero, Elordi. Ya de pie, si bien con evidentes gestos de dolor, le tocó darle a la pelota cinco o seis veces más antes de fallar la última. El público le ovacionó por el esfuerzo.

Atendido por el doctor Urrutia en el set de descanso, donde se sentó junto a los otros tres pelotaris, el detalle más llamativo llegó a continuación: fue el primero de los cuatro en levantarse de la silla. Volvió a la cancha mientras el resto seguía sentado. El de Gaztelu está hecho de otra pasta.