Ponen la guinda al verano en otoño

Aunque no ocurre siempre, esta vez dominar el peloteo significó manejar el juego. Así superaron 22-15 a Altuna III e Imaz en una buena y laboriosa final que solo se decantó en los últimos compases. Dos tantos largos y duros pesaron en el desenlace. Elevaron la moral de la pareja ganadora y rebajaron la tenacidad de la guipuzcoana, rendida a la evidencia en la tacada final de cinco tantos.

Tanto el 17-14, de 52 pelotazos, como el 18-15, de 54, acabaron en sendos derechazos de Mariezkurrena imposibles para Imaz. También Ezkurdia incrementó en la recta final su aportación ofensiva con dos voleas a la pared izquierda y una preciosa cortada de zurda desde abajo que significaron otros tres tantos.

Ezkurdia y Mariezkurrena II llevaron la iniciativa en el electrónico desde el 3-3. Altuna III e Imaz solo se les pusieron a la par en el 9-9, si bien la distancia entre unos y otros no pasó de tres tantos hasta la tacada definitiva que cerró el encuentro.

Ander Imaz volvió a hacer gala de resistencia, de dotes defensivas, de esfuerzo, de amor propio. Ahora bien, parar los pies a una pareja tan potente en la que el delantero apenas regala y defiende tanto como tú exigía a Jokin Altuna un grado de inspiración que no alcanzó en esta ocasión. Cometió el amezketarra solo cuatro errores, pero se quedó en otros cuatro tantos de jugada debido a un par de chapas al principio y de una parada al txoko bajo chapa con todo a su favor que significó el 16-13 en lugar del 15-14. Quizá no hubieran bastado para cambiar el signo de la final, pero sí cuando menos para apretarla.

Porque Jon Mariezkurrena sigue a lo suyo, convencido de que en estos momentos no hay zaguero que le pare, sobre todo después de contrastarlo en un par de enfrentamientos directos con Zabaleta. Fallar seis pelotas queda en mera anécdota si firmas siete, abres huecos enormes en la cancha, arrimas con frecuencia la pelota, mantienes alejado al zaguero contrario y le desgastas.

Ezkurdia, encima, contribuye a que la derecha de su zaguero brille todavía más a base de fabricar ventajas y dejarle pelota servida a la altura de cuatro y del cinco, cuadros desde los que el de Berriozar castiga sin piedad.

El Masters CaixaBank queda en buenas manos, las mejores del verano de 2022.