Irrepetible

Bengoetxea VI es el último en irse. Un pelotari con carisma que se ha distinguido por su capacidad para llegar al pelotazale y a los no tan pelotazales. Un gigante de 1,77 de estatura. Argumentos menos físicos le han valido para codearse con verdaderos fenómenos de este deporte. Ha demostrado personalidad para hacerse valer, para ganarles incluso. Ha creado un estilo propio dentro de un riesgo impensable para otros que su maravillosa técnica le permitía mantener bajo control. Se va con la certeza de que lo ha dado todo sobre la cancha. O incluso más.

Su aportación va más allá de las canchas. La implicación que demostró en la huelga de pelotaris de Baiko al lado de sus compañeros fue patente, total. Consciente del riesgo que corría de ver recortada su carrera, no dudó. Sabía dónde estaba su sitio. Lo ha sabido siempre dentro de su carácter indómito, sin dejar de ser un verso libre. A sus 37 años, se va siendo el último pelotari que ha dado un título a una empresa que ha defendido al ciento veinte por cien.

Seguirá jugando a pelota donde le llamen. Con la misma pasión. No renuncia a ella. Si se rompe de nuevo otro de los ocho dedos de las manos en los que ha sufrido fracturas, no dudará en meter la derecha o la zurda. Aguantará y tratará de recuperarlas para golpear de nuevo la pelota con esos efectos tan suyos, tan difíciles. Hasta luego, artista.