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Cuarenta y tres días después de la magnífica final del Cuatro y medio navarro que Jokin Altuna y Unai Laso jugaron en el Labrit de ... Pamplona a puerta cerrada la mañana de San Fermín, ambos vuelven a ser rivales sobre una cancha, esta vez en el Atano III de San Sebastián. El frontón donostiarra, templo del mano a mano durante durante décadas, está listo para el acontecimiento.
Solo falta ese plus de tensión que aporta la competición. Porque el Altuna III-Laso de este jueves presenta el resto de ingredientes posibles, todos buenos. Es un dulce, un bombón. El duelo cambia además de distancia. Pasa del acotado al mano a mano en toda la cancha, la verdadera medida según muchos, sobre todo para los clásicos. El festival, nocturno, comienza a las 22.00 horas con un telonero de parejas y ETB1 conectará entre las 22.20 y las 22.30.
El Altuna III-Laso incluye un desafío paralelo que incumbe, además de a los dos protagonistas, a sus empresas y a la pelota a mano en general. Va más allá de lo meramente deportivo. Examina la capacidad actual de este deporte para atraer pelotazales al frontón, puesta en entredicho desde que en junio se abrieron de nuevo las puertas al público.
3 partidos individuales como rivales suman con el de hoy los dos anteriores en la jaula.
550 entradas están ya vendidas y reservadas para un total de 800 disponibles.
Bajo el límite de 800 espectadores con el que trabajan ahora mismo Aspe y Baiko, está en cuestión cuántos espectadores serán capaces de reunir cuando la mayoría de los festivales de este verano han rondado los 200. No existen ahora mismo pelotaris más atractivos para la juventud pelotazale, la que acude cuando encuentra algo que le llama la atención y le cautiva.
Ya el domingo en Azkoitia se dejó sentir ese colectivo al que antes se le acusaba de ser demasiado ruidoso pero al que todos hemos echado de menos cuando ha desaparecido de las butacas de cancha y de las gradas. La pelota les necesita. Así de claro.
La presencia de un Laso que conecta con ese tipo de aficionado, y también con el clásico, es el reclamo ideal para acompañar a un Altuna III instalado en la cúspide a base de txapelas, títulos y victorias en los últimos años. Eso sin perder la frescura de su juventud, siempre presente.
La venta de entradas se ha acelerado los últimos días. La ausencia de Laso de las programaciones de Baiko durante casi tres semanas en julio tras dejarle fuera de las parejas titulares del Masters CaixaBank no ayudó a la hora de vender este partido. Parece que alguien corrigió a tiempo el error.
El número de reservas y entradas vendidas ascendía a cerca de 550 a primera hora de la tarde de ayer. Quedaban todavía butacas de cancha y asientos de grada disponibles, si bien la mayoría de las zonas centrales estaban ya ocupadas. Seguro que algunos se animan a última hora.
El bar del ambigú del Atano III se abrirá para atender a los clientes. Donostia Kirola, el patronato que gestiona el frontón, ha concedido el permiso pertinente. No está permitido el consumo en los asientos.
Altuna III y Laso oponen distintos estilos dentro de la obligación actual de asumir riesgos y jugar a un ritmo elevado, características innegociables hasta para los más cerebrales. El amezketarra tratará de encontrar en la medida de lo posible un punto de pausa frente a un rival impulsivo y valiente que ahora mismo rebosa confianza por todos sus poros.
El saque, el resto, los primeros remates, la defensa, las rachas, la capacidad para cortarlas... Parece una temeridad aventurarse a adelantar la clave del encuentro. Será difícil alcanzar el nivel de juego que ambos demostraron el día de San Fermín. Deberían alinearse de nuevo todos los astros.
Jugarán con la antigua raya de pasa, ahora falta, a la altura del seis y medio en lugar del siete. Y el campeón, al contrario de lo habitual hace años, no concederá ventaja en el saque al aspirante. Ese 'privilegio' no estuvo presente ya en las últimas revanchas.
El Manomanista regresó este año al Atano III después de dos ediciones ausente. Lo hizo, eso sí, a puerta cerrada y con dos eliminatorias de cuartos de final: Altuna III contra Ezkurdia y Zabaleta contra Darío. El delantero de Amezketa, a la postre campeón, y el zaguero de Etxarren alcanzaron el pase a semifinales.
Hace dos agostos, en 2019, también estaba programado en la feria de San Sebastián un mano a mano entre Iker Irribarria y Mikel Urrutikoetxea. Se trataba de la revancha de la final de aquel año, ganada por el de Arama en Bilbao. Sin embargo, una rotura de fibras en el pectoral del delantero de Zaratamo obligó a suspenderla. Las empresas optaron por un partido de parejas entre delanteros en el que curiosamente intervinieron los dos protagonistas de esta noche. Altuna III e Irribarria se enfrentaron a Laso y Olaizola II.
Aquella combinación se recuerda por la anécdota del cambio de posición en la pareja de Baiko a lo largo del encuentro. Aimar empezó delantero y acabó zaguero tras intercambiar puestos con Laso cuando caían 17-10.
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