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Manomanista
Otro Amezketa-Alegia 104 años despuésJoseba Lezeta
San Sebastián
Viernes, 17 de mayo 2024, 07:39
Amezketa y Alegia lindan. Los apodos de euliak (moscas los amezketarras) y txintxarriak (cencerros). Ocho kilómetros separan los cascos urbanos de dos pueblos cuyos vecinos ... mantienen un trato estrecho y la mayoría de las veces cordial, si bien la cercanía también propicia el pique.
La contienda deportiva forma parte de la cultura de unos y otros, con la pelota como principal referente. La lesión de Iñaki Artola en el dorsal les hurtó en la primavera de 2021 de una final especial contra Jokin Altuna. No ocurre siempre, pero esta vez habrá segunda oportunidad, aunque sea en una semifinal.
Altuna III y Artola elevan al cubo el Amezketa-Alegia en la competición reina, en un escenario ideal, el Atano III de Donostia, el frontón de referencia durante tantos años, presente en los sueños infantiles de Jokin y de Iñaki.
Ellos recogen el legado del amezketarra Lorentzo Artola y del alegitarra Ceferino Lasa, protagonistas del «primer gran desafío entre pelotaris de estos dos pueblos del que existen referencias», según Joxe Mari Otermin. «Tuvo lugar el 19 de junio de 1920 en Alegia y ganó el pelotari local, si bien los amezketarras acusaron a los alegitarras de alguna intriga que decantó el resultado».
«Lorentxo era hijo de Mandegi, casa ubicada en la plaza de Amezketa, a 70 metros del frontón abierto y a siete pasos del kontzejupe. Ceferino era el padre de los tres hermanos Lasa que jugaron posteriormente a pelota. Uno de ellos fue campeón de Gipuzkoa aficionado mano a mano».
La rivalidad creció, según Otermin, varias décadas después «gracias sobre todo a la creación del Luistarren txapelketa en Amezketa. En las primeras ediciones participaron solo pelotaris locales. Posteriormente, hacia 1950, empezaron a acudir de otros pueblos. De Alegia llegaban los Lasa y Aiestaran, entre otros».
«Era habitual que alegitarras vinieran en bicicleta a Amezketa para jugar a pelota», prosigue Otermin. «Y se jugaban con los amezketarras alguna botella de sidra del bar Domingonea». Hay quienes recuerdan los lanzamientos de piedras a cargo de niños con los que despedían a los visitantes cuando emprendían el viaje de vuelta a casa.
Joxe Mari Otermin considera que «la rivalidad entre Amezketa y Alegia ha sido sana, diría que hasta agradable. Ha predominado el fair play. De todas maneras, como amezketarra debo decir que la reputación de nuestro pueblo en la pelota ha sido mayor siempre».
Entre los signos de esa buena relación cabe subrayar que el botillero con el que Joxan Tolosa se proclamó campeón manomanista en 1989, Miguel Letamendia, era alegitarra. Como el actual de Jokin Altuna, su primo Gorka, si bien su familia hunde sus raíces en Amezketa.
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