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Darío Gómez (Ezcaray, 1996) afronta una nueva liguilla de cuartos de final tras demostrar ante Peña II que llega preparado. Su duelo de este viernes ... ante Zabala es histórico ya que hace 25 años que dos riojanos no se enfrentan en el Manomanista. No obstante aún hoy se habla de su espectacular sotamano en el Labrit del pasado sábado.
– Las dudas que pudieran existir antes de inciar un gran campeonato las despejó ante Peña.
– Sí, es un campeonato del que disfruto y la verdad es que siempre preparo el Manomanista con muchas ganas. Todos los preparo bien pero en este campeonto las cosas suelen salirme mejor.
– Desde que terminó el Parejas apenas jugó hasta su estreno...
– Jugué hasta Carnaval y mi preparación ha sido diferente a la de otros años porque antes intentaba preparar bien el Parejas, pero con el Manomanista como objetivo principal. Y este año han sido sólo tres o cuatro semanas desde que finalicé el Parejas hasta que empezó el mano a mano. Eso me ha servido para darle menos vueltas a la cabeza.
– ¿Cómo fue su preparación?
– Normalmente a nivel físico planteamos la preparación con vistas a llegar lo mejor posible al primer partido, porque para mí es el más importante ya que te juegas todo y te puedes ir a casa a las primeras de cambio. Este año he cambiado y en lugar de realizar tantos cambios de dirección en las series, hemos hecho series más lineales. Y frontón sí que he hecho más que el año pasado. El año pasado, de manos, llegué sin haber hecho prácticamente nada de frontón y este año he hecho dos y tres días mano a mano con compañeros y un par de días por mi cuenta. En ese sentido estoy contento.
– Comparte grupo con Altuna, Zabala y Larrazabal ¿Cómo lo ve?
– Es un grupo difícil. Son tres pelotaris diferentes, cada uno con su forma de jugar. La forma de jugar de Javier es más parecida a la mía. Es un pelotari muy largo con ambas manos, que saca bien, que de aire se defiende muchísimo porque tiene muy buena volea; Jokin ya sabemos todos lo que juega, hace magia; y Larrazabal es más anárquico. Puede darle con la derecha y ponerla en el ocho a botar y de repente ponerse de botibolea y tirarte una dos paredes. Vamos, que no sabes ni por donde te va a salir. Si tiene el día es un pelotari peligrosísimo, como se vio el otro día ante Joseba donde demostró que tiene unas cualidades terribles para jugar el mano a mano.
– Ya ha sufrido a Altuna. ¿Prefiere encontrárselo ahora o en un posible cruce?
– Es lo que toca así que tampoco hay que darle muchas vueltas. Cuando me ha tocado con él no me ha ido muy bien así que no sé qué decirte.
– El viernes se enfrenta a Zabala. Primer duelo entre riojanos en el Manomanista en los últimos 25 años ¿Qué le dice?
– Eso es una buena noticia para La Rioja, sobre todo ahora que el número de pelotaris ha ido descendiendo en los últimos años. Es una pena pero esperemos que vengan tiempos mejores. Ahora las plantillas son más cortas que antes y es difícil abrirse hueco en profesionales y aguantar tiempo.
– ¿Siente un plus de responsalididad?
– No, al revés. Más que responsabilidad, es un orgullo.
– Hábleme de su partido con Zabala. ¿Cómo lo plantea?
– Creo que va a ser un partido duro en el que intentaré llevar la iniciativa y dominar. Será diferente al del otro día porque entonces igual yo tenía más golpe que Peña y esta vez será un partido de poder a poder en el que los dos intentaremos dominar y, cuando tengamos pelota fácil, terminar.
– ¿Se habían enfrentado alguna vez de forma individual?
– Mano a mano nos enfrentamos hace muchísimo. Igual en 2019 o por ahí, en un partido de fiestas en Barakaldo. Y me ganó fácil. Pero fue hace mucho tiempo y esperemos que cambie la cosa.
– ¿Dónde está su frontera en este mano a mano?
– Vamos a ir partido a partido. Intentaremos jugar y disfrutar estas semanas que son superbonitas y luego ¿hasta dónde llegaremos? Pues dependiendo del físico y las manos iremos viendo. No me pongo grandes objetivos más allá de ganar este viernes.
– Por último, ¿qué me dice del sotamano del otro día?
– Sin más. Tampoco tiene mucho misterio. Vino una pelota de saque, metí la mano y... dos tantos antes había metido la mano dándole un poco con efecto para intentar restar, poner la pelota en juego y empezar el peloteo y no me fue muy bien porque Peña fue a buscarla de aire enseguida y terminó el tanto. Esta vez, en cuanto me vino, pensé que tenía que meter la mano un poco más y darle velocidad a la pelota para complicarle. La empalmé bien y salió así. Al final vale lo mismo que una escapada.
– Cuando le da, ¿intuye que va a hacer el tanto?
– En lo único que pensaba era en mirar que la pelota no se me fuera a la parte de arriba de la izquierda, pero en cuanto vi que él se quedó mirando a la pelota y que no se iba arriba, me quedé muy tranquilo.
– ¿Cuántas veces le han recordado ese golpe?
– Unas cuantas. Me han mandado mucho vídeos y me han felicitado. Cuando llegué al pueblo sólo me hablaban de ese golpe, aunque yo trataba de quitarle importancia. Siempre he sentido el cariño de la gente, tanto en el frontón como fuera.
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