Treinta pelotazos de postre en el último

La exuberante derecha de Darío, imparable para el rival, había desaparecido para dejar paso a una pegada terrenal. El innegable dominio de Darío en el peloteo perdió intensidad con la acumulación de tantos y de esfuerzos. Su fulgurante salida dio pie a recordar el 22-2 que endosó al propio Etxeberria el año pasado en la previa de Aspe disputada en Oñati.

El partido de anoche en Azkoitia, cien por cien exigente, poco tuvo que ver con aquel. Peio Etxeberria, que optó por restar a bote diecisiete de los veintidos saques de Darío, planteó un partido físico, agónico. La estrategia empezó a funcionarle cuando la derecha del oponente empezó a perder frescura y gas.

El pelotazo que Darío puso a botar en el cuadro ocho en el 7-2 no volvió a repetirse. El de Zenotz empezó a conectar las voleas para buscar la zurda al favorito. Alargó los tantos. Le convenía. Ocho de los trece que alcanzaron o rebasaron la decena de pelotazos cayeron de su lado.

Darío no huyó del sufrimiento. Lo asumió. Consciente de lo que se cocía sobre la cancha, optó por buscar la pared izquierda para cruzar la pelota en lugar de obsesionarse con romper la defensa del contrario. También se concentró en el saque, origen de cuatro tantos directos. Le fue bien a ratos. En otros tocó aguantar.

Peio Etxeberria no es de los que cede con facilidad. Compensó su menor pegada con defensa, esfuerzo, sacrificio, tres acciones certeras de saque-remate y algún gancho suelto... Limó la desventaja inicial para aproximarse a un tanto, 9-8. Aguantó el posterior estirón de Darío para volverse a acercar a uno en el esperanzador para él 19-18.

Más entero desde el punto de vista físico, coqueteó con la remontada. Parecía posible. Sin embargo, pagó errores claros como dos pelotazos por encima del fleje de la pared izquierda, uno de zurda con 16-13 y otro de derecha con 17-15. Significaron un respiro para Darío.

Necesitado de recuperar la derecha para dar lo mejor de sí en el Manomanista, el punto obtenido en el partido inaugural del grupo B debe tranquilizar a Darío para afrontar a Ezkurdia o Jaka en la siguiente jornada. Peio Etxeberria sale de Azkoitia con una derrota pero a la vez reforzado por un estilo trabajador, intenso, enérgico. Si lo conserva y limita el número de fallos, entraña peligro para muchos.