Las cañas las tira Gorka Altuna

También reinará el buen ambiente en la contracancha. Altuna III llevará como botillero a su primo Gorka, vecino de Alegia y amigo de Artola desde la infancia, mientras que el delantero alegiarra recibirá los consejos de su hermano Mikel.

Gorka Altuna ofrece detalles sobre la relación entre los cuatro. No puede ser más sana. «Conozco a Iñaki y a su hermano desde niño porque hemos jugado mucho con el club (Intxurre de Alegia). Es casi como de la familia». El sábado le tocó hacer de botillero del equipo de Alegia en la semifinal del Interpueblos ante Oiartzun debido a la baja de Beñat Urretabizkaia, que no pudo acudir a la cita.

Unai Altuna, hermano de Gorka y primo a su vez de Jokin, cayó derrotado en categoría juvenil aunque dejó detalles de calidad con un gancho perfecto y una dejada con rosca que ni el mismísimo Altuna III habría devuelto a buena. Llevan la magia en los genes.

Todos los ingredientes hacen que la del domingo sea una final «muy bonita». Gorka, en cambio, tiene sentimientos encontrados. «También es dura porque tienes que ir con uno, en este caso mi primo, cuando en el otro lado tienes a un amigo. Pero es solo deporte, es lo bonito de la pelota», se ríe Gorka, quien se 'escapa' de sus quehaceres para hacer de botillero.

Tras jugar a pelota como aficionado, trabaja de camarero en el bar Hilario de Alegia, centro neurálgico de la fiesta en caso de que su vecino Artola consiga la primera txapela de su carrera. «No hay nada organizado en el bar, pero seguro que hay buen ambiente. Aunque si gana Iñaki, entre que termina el partido, atiende a la prensa y demás no dará tiempo a nada porque a las doce hay que bajar la persiana», vuelve a sonreír.

El majestuoso Bizkaia se hubiese quedado pequeño para alentar a los dos amigos. «En ese sentido nos ha salido todo al revés. Al principio pensábamos qué hubiese sido ver a Jokin e Iñaki en una misma final del Manomanista. Se hubiera llenado solo con aficionados de Alegia y Amezketa», lamenta contrariado.

Las noticias acerca de la dolencia de Artola son como un puñal. «Luego llega la lesión de Iñaki para rematar la faena, ojalá pueda jugar», afirma justo cuando el protagonista irrumpe en el frontón. Oiartzun se terminó llevando el segundo partido ante Alegia, y Artola apareció a pie de cancha para animar a sus vecinos, que habían perdido los dos primeros partidos. «Ponte un pantalón, el gerriko y a jugar», grita uno de los aficionados desde la grada del frontón Elorri. «Qué más quisiera», ronda en la cabeza de un Artola que saluda cariñosamente a su amigo Gorka en los prolegómenos del tercer partido.

La final está en el aire; el dolor no da respiro a Artola, que tiene previsto realizar una prueba mañana antes de tomar la decisión de disputar o no la final. Una final gris y atípica. Sin público, pero entre amigos. Quien gane pagará una ronda en el Hilario. Las cañas las tira Gorka Altuna