Un visto y no visto en el Astelena

Altuna logró un triunfo cómodo, justo y merecido. Pasó por encima de Zabaleta. Hubo un solo color, el azul de la camiseta del amezketarra, quien añadió una victoria más a su racha en el Astelena, donde lleva once victorias consecutivas. Su última derrota data del 20 de marzo de 2022 en un partido del Campeonato de Parejas. Ha llovido desde entonces

Si le llegan a decir con antelación que iba a dejar en seis tantos a Zabaleta, habría contestado dónde había que firmar. Cuando a uno le sale todo y al otro nada suelen pasar estas cosas. Partido de expectación, partido de decepción. Así reza el refrán. Volvió a cumplirse una vez más.

Altuna se fue creciendo a medida que los tantos subían a su casillero, mientras que el de Etxarren rindió muy por debajo de su nivel. Las facilidades que concedió fueron aprovechadas una y otra vez por el amezketarra. Salvo en los compases iniciales, cuando Zabaleta se adelantó 3-0 gracias a dos dejadas al txoko y un derechazo al rebote, estuvo a merced del favorito. Acabó desquiciado. «No sé dónde ponerme al resto. Si adelanto la posición o espero atrás. No soy capaz de hacer dos cosas bien», le decía Zabaleta a Fermín Escudero en uno de los descansos. Los consejos del veterano botillero caían una y otra vez en saco roto.

Zabaleta regresaba a la cancha con la consigna de hacerle daño a Altuna con el saque, pero tampoco tenía su día a la hora de ejecutar el disparo inicial. El campeón del Cuatro y Medio estaba cómodo en la cancha, lo cual se tradujo en una tacada de trece tantos que dejó el duelo encarrilado (3-13).

Durante esa fase, Altuna sacó petróleo de los continuos errores del zaguero navarro, que siguió sin quitar pelota con el resto y cuando lo hizo se vendió más de una vez a continuación.

Altuna jugó de cara. Su primer y único error en juego -cometió dos faltas de saque, una por tiro largo en el 5-15 y otra por corto en el 6-21- llegó en el 4-13, cuando su dejada al ancho desde el seis hizo sonar la chapa. Con tan pocos fallos y el saque casi siempre en su poder era muy difícil que el partido se le escapase de las manos.

El amezketarra vivió la recta final del partido con la tranquilidad de saberse dominador. Hacía tiempo que Zabaleta había entregado definitivamente la cuchara. El de Etxarren, al que el rival le mantuvo en tensión y fuera de sitio en todo momento, vivía un verdadero calvario. La pelota se le marchó a la contracancha en el último tanto. Emprendió el camino a los vestuarios con rostro serio. Está eliminado. Ttodo lo contrario que Altuna. Vuelve a depender de sí mismo y su sonrisa contagia optimismo.