Iker Larrazabal se hace mayor. El delantero de Olabezar consiguió este sábado su primera txapela profesional tras derrotar 21-22 a Asier Agirre, que dignifica la pelota con el pundonor que demuestra sobre la cancha. Larrazabal confirma con títulos su enorme progresión. Cuando debutó demostró ... que tenía unas cualidades magníficas para jugar a pelota. Pero era débil de mente. Cometía errores sencillos. Se salía de los partidos. Casi cuatro años después, el de Baiko lleva la primera txapela desde hace mucho tiempo para tierras alavesas y jugará la temporada que viene el Manomanista de Primera. Peña II le arrebató la posibilidad de jugar con los mejores en la previa de Baiko, pero ahora se ha ganado la plaza por méritos propios. Larrazabal mira para arriba.
Publicidad
La final cumplió las expectativas del guión. Dura, larga, física, con altibajos de juego y alternancias en el marcador. «No esperaba que fuese tan duro, la verdad. Físicamente no he estado bien, no sé si por el calor. Me encontré mucho más cómodo en la semifinal», declaró el campeón, obligado a levantar un 19-17 después de mandar dos saques sencillos de Agirre al colchón de arriba.
Los dos tuvieron su momento en la final, y ninguno supo aprovecharlo para terminar de romper el choque. Ambos estuvieron cinco tantos por encima. Agirre, 10-5 y con buenas sensaciones. Sacaba bien, atrasaba la pelota, hacía daño con el sotamano. Larrazabal con el 11-16 después de meterse de lleno y sumar once tantos de los siguientes doce. Pero para superar a Agirre tienes que matarlo tres veces. Incluso hay pelotaris que alcanzando el cartón veintidós se siguen sin fiar del de la Rochapea. Reaccionó para poner emoción a la final.
Si con 19-17 fue Agirre quien hizo dos tantos de saque, Larrazabal respondió con otros dos con el primer disparo para voltear el electrónico. 19-20. El tanto con más calidad llegó justo después. Larrazabal se jugó desde el cuatro una dejada al txoko de derecha, con rosca para que cayese muerta tras tocar pared izquierda para quedarse a un tanto de la txapela. Maniobra al alcance de solo unos pocos. Incluso con ese movimiento que hubiese dejado a cualquiera en la lona, Agirre reaccionó. Veintiuno iguales. Todos a la silla para cuadrar las traviesas. Norma no escrita de la pelota. Agirre tiró fuera el gancho. «Es difícil contrarrestar su juego, me generaba muchas dudas. Ha sido una final con muchos altibajos. Me la he jugado y no me ha salido», dijo el navarro.
Publicidad
Asier Agirre se queda con la miel en los labios, no solo por no poder ganar la txapela del Manomanista Serie B, sino porque la triple corona de Segunda tendrá que esperar. Al de la Rochapea solo le queda la txapela manomanista para completar su excelso palmarés de Segunda. Ganó el Parejas B (2018, 2020 y 2024) y el Cuatro y Medio (2017). «Me fastidia también bastante por eso, la verdad», se lamentó. Ahora el que se queda también a un paso de conseguir los tres campeonatos es Larrazabal. Venció en el Parejas de segunda el año pasado. Solo le queda el de la jaula.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Las zarceras tras las que se esconde un polígono industrial del vino en Valladolid
El Norte de Castilla
El Diario Montañés
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.