Joseba Lezeta
San Sebastián
Sábado, 18 de mayo 2024
Unai Laso vuelve a la final del Manomanista de Primera. La del domingo 2 de junio será la segunda de una carrera que estuvo a punto de truncar la decisión de Baiko de no renovarle el contrato en 2020 y que comprometió la rotura de labrum en la cadera derecha el año pasado, 2023. Ni la decisión empresarial, por fortuna corregida, ni la lesión han podido con un pelotari de raza que en la semifinal de ayer en el Labrit contra Javier Zabala volvió a hacer gala de esa virtud.
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La victoria clara por 22-12 refleja la diferencia existente sobre la cancha. No explica, sin embargo, el desarrollo de un partido competido hasta el 10-10 en el que incluso Zabala tomó las riendas de los tantos cuando los peloteos se alargaban y se endurecían. Pese a adelantarse 4-0 y aprovechar el saque, lo pasó mal Laso. «No me iban las piernas», reconoció el de Bizkarreta, a quien se le deslizó entre los dedos la ventaja del 8-4.
Zabala corrigió en esa fase la dirección de sus saques, soltó buenos sotamanos de zurda y empezó a lanzarse a por el remate. La mejoría en esas facetas le condujo al 10-10, producto de su primer y único gancho eficaz. Estrenó también con esa jugada el capítulo de saque-remates, que por desgracia para sus intereses no creció más.
Corrió a destiempo Zabala a por una pelota que se le envenenó en la pared izquierda. Desconocía en ese momento qué se le iba a venir encima. Cambió el partido. Laso contó después que «en el descanso del tanto doce he salido fuera del frontón a tomar aire. Me había llenado en esos tantos. He recuperado bien y a partir de ese momento he empezado a gozar con la derecha, algo que me faltaba al principio».
Laso
22
-
12
Zabala
Tiempo de juego: 52 minutos y 4 segundos.
Pelotazos a buena: 212.
Tantos de saque: Laso, 5. Zabala, 2.
Faltas de saque: Laso, 0. Zabala, 0.
Tantos en juego: Laso, 13. Zabala, 4.
Tantos perdidos: Laso, 6. Zabala, 4.
Marcador: 4-0, 4-1, 5-1, 5-2, 6-2, 6-4, 8-4, 8-7, 9-7, 10-7, 10-10, 17-10, 17-11, 21-11, 21-12 y 22-12.
Tantos de diez o más pelotazos: 7 (tres ganados por Laso y cuatro al casillero de Zabala).
Momios de salida: 100 a 50 a favor de Laso. 30 a 100 por abajo.
Botilleros: Jon Mariezkurrena dirigió los pasos de Unai Laso y Jokin Etxaniz, como en la eliminatoria de octavos de final, los de Javier Zabala.
Incidencias: lleno absoluto en el Labrit de Pamplona con 1.000 espectadores. Hacia varias semanas que se habían agotado las localidades de asiento.
La derecha de Laso engulló después la zurda de Zabala. En el choque entre dos de los mejores argumentos de ambos salió vencedor el brazo que ya condujo al de Bizkarreta a la primera txapela. El de Logroño había vivido tres semanas angustiado por la maltrecha mano derecha y abandonó el Labrit preocupado por el estado de la izquierda.
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«La derecha me ha aguantado, pero de tanto jugar de zurda se me ha reventado», declaró. «No sé llevar esa circunstancia y me he hundido». Habrá que ver si la recupera a tiempo para el duelo por el tercer puesto del domingo de la semana próxima en Zestoa.
Ya con el mando del peloteo en su poder, Laso dio otro paso adelante en cuanto a determinación y agresividad. No es de los que deja pasar oportunidades para acabar el tanto. Actúa con decisión y sin apenas dudas. No se acobarda cuando esa estrategia le conduce a algún error. Conoce sus puntos fuertes e insiste en ellos.
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Le funcionó la dejada al txoko, origen de dos de sus tantos de saque-remate. También concluyó de volea situaciones en las que había desplazado de su sitio a Zabala. Cobró una dos paredes y también una dejada rápida de sotamano. Un repertorio variado le ayudó a elevar a 13 el número de tantos de jugada hechos. Unidos a los cinco de saque son ya 18.
La producción ofensiva de Zabala, por contra, se detuvo a partir del 10 iguales. Falló justo cuando tuvo la oportunidad de tomar la delantera por primera y única vez en el marcador, falló. Careció después de capacidad de reacción. «Me he venido abajo moralmente y así es imposible. No he encontrado ningún recurso», reconoció.
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Las dudas con la mano derecha durante las últimas semanas están posiblemente en el origen de otro déficit reseñable, fundamental en el mano a mano. El saque no le ha funcionado. «Cuando sacaba yo parecía que sacaba él». Más claro agua. Laso cazó varios restos de sotamano de derecha que arrebataron a Zabala la iniciativa del tanto. No los cruzaba. Demasiada ventaja para el contrario tanto en el mano a mano clásico como en el moderno. El paso de la historia ha traído numerosos cambios, algunos trascendentales. Pero hay detalles que se mantienen invariables.
Unai Laso aumenta a siete el número de victorias de los pelotaris de Baiko sobre los de Aspe en el presente Manomanista: cuatro suyas y tres de Iñaki Artola. No pierden en los duelos directos desde que comenzó la liguilla. Los representantes de la empresa vizcaína tienen la oportunidad de copar la final por primera vez desde el Urrutikoetxea-Olaizola II de 2017. Mientras, el primer finalista riojano desde Barberito I en 1954 deberá esperar. Han pasado 70 años.
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