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Unai Laso (Bizkarreta, 25 años) tomó por fin contacto ayer con el Navarra Arena de Pamplona, sede de su primera final del Manomanista, la que le enfrentará la tarde del domingo a Joseba Ezkurdia.
– La semifinal contra Altuna III, su bestia negra, queda lejos.
–Jugamos un partido muy duro. Un 22-17 contra Altuna III, pelotari que te obliga a dar muchos pelotazos, pesa. Acabé reventado. Fue un gran día porque, aparte de la victoria, me gustó el cómo. Supe conservar la tranquilidad.
– ¿Su hombro derecho?
–Cargado. Pero el bíceps, que era lo más importante, terminó bien. No me da calambres. La semana pasada empecé ya a hacer fuerza, algo que me impedían las molestias. No me era posible realizar algunos ejercicios que me manda el preparador. El lunes de la semana pasada, dos días después del partido, ya pude,
– ¿Ha regresado a Vitoria para las sesiones de fisioterapia?
–No. Tenía cita la semana anterior, pero la anulé.
– ¿Esta final es más importante que las dos anteriores en el Cuatro y Medio y en el Parejas?
–Es la que más nombre tiene y la más importante de la temporada. Estaría bien vestirte de rojo todo el año. Desde ese punto de vista tiene mayor relevancia. Pero me la tomo como las anteriores. Es una final más.
– Todo el mundo quiere ganar el Manomanista.
–Eso es. Todos queremos llevar el dibujo de la txapela en la camiseta. El objetivo está muy cerca.
– La tercera final consecutiva ratifica su trayectoria.
–Puede ser. Pero aunque pierda, estoy donde estoy. Afronto una final muy difícil. En la semifinal vimos cómo está Ezkurdia y me va a dar mucha guerra.
– Ya tiene galones en Baiko.
–Merecidos, ¿no? ¿O qué? He estado en todas las finales desde que regresé a la empresa y eso dice algo.
– Mantiene el contrato que firmó al reincorporarse hace un año. ¿Se han producido contactos para la renovación o la ampliación?
–Hablé con la empresa. Me dijeron que reconocían el mérito de lo que estaba haciendo y que me llamarían para hacer otro contrato. Estoy tranquilo en ese aspecto. Soy consciente de lo bien que estoy haciendo las cosas. Me lo he ganado sobre la cancha. Todo lo que tenga que venir, que venga.
– ¿En realidad, pensaba que podía ofrecer este rendimiento?
–Hombre, no creía que llegaría a todas estas finales, pero sí que estaba capacitado para ganar a todos. A base de confianza, llegas a todo. Ahora bien, hay que ir poco a poco. Partidos, eliminatorias, victorias, te sientes bien... Eso ayuda.
– ¿Le sorprende la rapidez con la que se han desarrollado los acontecimientos?
–Claro que sorprende, pero es por algo, no por suerte. Adquieres confianza, quitas presiones. Las finales dan experiencia. Improvisas durante el partido, pero lo más importante para el mano a mano es estar bien físicamente y con chispa. También influye saber gestionar mentalmente estos compromisos, dormir bien la noche anterior. Por bien que te prepares, te cansas más si estás acelerado o nervioso.
– En mayo del año pasado competía aún como aficionado.
–Por estas fechas participé en el torneo de parejas de Irurtzun. Jugué con Mina, muy amigo mío. Me pusieron una previa. Tiene su explicación. En un principio no iba a entrar, pero al final les dije que sí a los organizadores. Ganamos el torneo.
– ¿Hizo algún entrenamiento con pelotaris de Aspe?
–Me entrené un día por parejas y acabamos con un partido mano a mano frente a Zabaleta.
– Aimar Olaizola ejerce de técnico de Baiko. ¿Se nota su mano?
–Bueno, sí. Sobre todo nos ayuda mucho a los delanteros. Tiene experiencia. Siempre me dice que él hacía esto o lo otro. Luego, cada uno es como es. No le hago caso en muchas cosas. En otras, claro que sí. En general, está pendiente de todos los pelotaris, pero ahora se ha centrado más en mí con eso de que estoy en la final.
– Olaizola II era de los que terminaba los entrenamientos con series de 50 ganchos.
–Yo, no. Pero estoy a gusto con Aimar.
– ¿Le molesta que le comparen con Irujo?
–Siempre he dicho que Juan es el pelotari que más me gustaba. Se lo digo al propio Aimar tranquilamente. Es lo que hay. Mi juego se asemeja más al de Irujo que al de otros.
– ¿Ha jugado alguna vez en el Navarra Arena?
–Un tercer partido a 18 tantos después de una final del Masters Codere. Creo que mi zaguero era Erasun y nos enfrentamos a Retegi y Erostarbe.
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Joseba Lezeta
– ¿Recuerda algo?
– Ya ni me acuerdo... Casi me acuerdo más de la final del Campeonato del Cuatro y Medio entre Ezkurdia y Altuna III, a la que acudí para subir al podio como tercer clasificado. La semana pasada no nos dejaron entrenar y me llevé un disgusto. Que nos quiten una semana de entrenamiento para una vez que hacen la final en el Navarra Arena me parece fatal, una falta de consideración hacia el pelotari.
– ¿Se siente perjudicado?
–Joseba conoce bien el frontón. Ha hecho entrenamientos para finales anteriores, ha jugado las finales y partidos de parejas. Yo, en cambio, no sé cómo es. Si hubieran estado ocupados el Bizkaia o el Labrit, no pasa nada. Pero no es lo mismo que nos quiten una semana de ensayos en un frontón como el Arena que no visitamos. Estuve en el Labrit, que no se parece en nada.
– Es la primera vez que juega mano a mano en toda la cancha contra Ezkurdia. En cambio, se han enfrentado dos veces en el Campeonato del Cuatro y Medio. ¿Valen como referencia?
–No. Son modalidades que no tienen nada que ver. El saque, el resto...
– ¿Vio a Ezkurdia ante Jaka?
–Sí, sí. Está muy fresco, con chispa. Jugó muy bien. Tampoco Erik acertó a rematar cuando tuvo pelota, pero Ezkurdia le pasó por encima. Me espera un partido duro.
– ¿Qué destaca de Ezkurdia?
–Le das atrás y responde con una dos paredes de volea. Tiene mucha fuerza y hay que saber jugarle. Exige pegar muchos pelotazos. Aunque le des fuerte, maneja la volea y también le da mucho de zurda. No es un pelotari que acabe rápido los tantos y endurece los partidos. Está muy bien físicamente, siempre bien preparado para los campeonatos importantes. Ya se ve cómo mueve sus 90 kilos.
– Claves
–Trataré de que se sienta incómodo. Yo también voy a darle a la pelota. Será fundamental intentar moverle para que se canse y, por supuesto, jugar bien. Y agarrarme en el resto porque en la semifinal acertó a sacar.
– No es usted de los que se amilana ante nadie.
–Mi juego es así. No pienso en jugar valiente. Me sale solo. Pero también hay momentos en los que toca arriesgar menos, como en los últimos tantos contra Altuna III. Había que darle una más que él. Ya se vio que también Jokin se cansó mogollón. Como no expresa mucho, parece que se agota menos que los demás. Pero no fue así esta vez.
– ¿La ha convencido la liguilla?
–Bueno. No ha salido muy bien. Se han dejado partidos para recuperar lesiones. Es normal. A Jokin y a mí, que llevábamos un trote sin parar todo el año, se nos ha hecho duro. Es lo que hay. La liguilla ha valido para llenar los frontones.
– ¿Es peor la liguilla o jugar un mano a mano semanal?
–Jugar cada semana está bien, pero el mano a mano es muy duro. La liguilla del Cuatro y Medio es exigente para el cuerpo, pero no desgasta tanto las manos. En los partidos de la jaula no tienes que darle de aire desde el siete y no entras igual de sotamano.
– Su padre, José Mari, lleva las estadísticas de sus partidos al detalle. ¿Les hace caso?
–Nada. Ni le pregunto. Me parece muy bien que lo haga porque tiene recopilados todos mis encuentros. Como dice que ETB se equivoca, recoge él mismo las estadísticas. Seguro que yo de mayor lo valoro más. Puede que hasta lo encuaderne.
– ¿Hablan mucho de pelota?
–No mucho. Prefiero que me pregunte por cómo me ha ido la semana. Ha visto millones de partidos, sabe mucho de pelota y siempre extraigo alguna conclusión de lo que me dice.
– Su unión con Jon Mariezkurrena como botillero funciona.
–No analizamos a fondo los partidos. El tándem se basa en la confianza mutua. Nos echamos unas risas, incluso cuando estamos sentados en el set de descanso. Sabe cómo llevarme cuando estoy enfadado.
– ¿Le abronca?
–Sí, pero no me lo dice mal. Si tiro alguna dejada a destiempo...
– También las echa él.
–Sí, le gustan las dejadas. Pero me parece bien. A los zagueros que han jugado conmigo nunca les reprendo por eso.
– ¿Le transmite tranquilidad?
–Un botillero no necesita ser licenciado de la pelota. Tiene que saber llevar al pelotari y jugar con tu mente. No se trata de decirte que debes usar la dejada. Su labor consiste en parar el partido cuando toca, levantarse cuando te ve cansado para echar un trago de agua.
– El Navarra Arena presentará un llenazo.
–Hace días que no quedan entradas y me parecen pocas las 160 que me dieron. Somos nosotros quienes llenamos el frontón. Nos han guardado 80 de las más baratas. ¿A quién le doy yo las de 120, las de 100 o las de 80? Me parece un rollo gestionarlas
– ¿Tiene muchos compromisos?
–Sobre todo con la gente que va al frontón durante todo el campeonato. ¡Cómo vas a dejar fuera a esos! No les voy a hacer pagar 120 euros la entrada a los de mi cuadrilla y a los de mi edad. Muchos estudian o están sin trabajo. Es un esfuerzo muy grande para ellos.
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