El Navarra Arena, epicentro de la fiesta

Pamplona es el epicentro de la fiesta. El Navarra Arena alberga esta tarde la primera final del Manomanista en tierras navarras. El polivalente recinto abrirá sus puertas para recibir a Unai Laso y Joseba Ezkurdia, que buscan su primera txapela en la categoría reina. Los dos navarros tendrán 3.000 gargantas arropándoles, en una final pareja y dividida también en las gradas. Predomina Laso gracias a su alegría sobre la cancha, que ha contagiado a muchos pelotazales.

Desde primera hora de la tarde el respetable ha ido llegando al Navarra Arena procedente de varios puntos de Euskadi. Pese a que por primera vez en años no hay ningún representante guipuzcoano en la final, el pelotazale guipuzcoano no se ha querido perder la final y se ha acercado hasta Iruñea. Los bandos están divididos. Una cuadrilla de oiartzuarras con camisetas azules enfundadas animaba a Laso. Desde el Parejas y después de perder la final junto a su vecino más ilustre Ander Imaz, se han hecho de Laso. «Nos hemos contagiado de su alegría y forma de jugar desde el Parejas. Esta final no se nos puede escapar», decían con camisetas con mensajes de ánimo para los dos subcampeones del Parejas.

Joseba Ezkurdia también tiene parte de su hinchada en Gipuzkoa. Su sabida afición por el fútbol y la Real Sociedad le hace reclutar simpatizantes, como tres amigos zarauztarras que iban de colorado. «Le tenemos cerca en Anoeta y nos lo solemos cruzar mucho, alguna vez nos hemos sacado fotos con él y queremos que gane, claro». El de Arbizu también busca su primera txapela del Manomanista. Sus vitrinas ya tienen cuatro, dos del Parejas y dos del Cuatro y Medio. Ahora quiere la más preciada. A las 16:45 abrieron las puertas del Arena para disfrutar del partido telonero, aunque gran parte de la afición apuró hasta los últimos instantes para poder pedirse otro kalimotxo.

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