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El Manomanista, la competición reina de la mano profesional, la que da y quita, conocerá entre hoy y mañana, en el Labrit de Pamplona ... y en el Bizkaia de Bilbao, qué dos pelotaris lucharán por disputar la gran final del 13 de junio en el recinto de Miribilla y quién sucederá en el palmarés al lizartzarra Erik Jaka. El vencedor lucirá la camiseta roja de campeón durante todo el año. Tres guipuzcoanos y un navarro buscan la gloria. Dos delanteros y dos zagueros.
Solo uno de ellos, Jokin Altuna, sabe lo que se siente al subirse a lo más alto del cajón y saborear las mieles del triunfo. Lo hizo en 2018 al derrotar en la final a Aimar Olaizola por 14-22. El año pasado se quedó a las puertas de repetir txapela al caer ante su amigo Erik Jaka por 22-18. El resto desconoce la gloria y también quiere sentir las mismas sensaciones en el podio, pero solo uno podrá lograrlo.
Las semifinales arrancan hoy (ETB1-17.15) en el Labrit de Pamplona con el partido que enfrenta a Beñat Rezusta e Iñaki Artola. Dos pelotaris guipuzcoanos en busca del mismo objetivo. Sería la primera final de Primera para ambos mano a mano y ninguno quiere quedarse fuera antes de tiempo.
La tarjeta de presentación del zaguero zurdo bergararra es inmejorable en esta edición. Viene de dejar en la cuneta en octavos (14-22) a todo un campeón como Oinatz Bengoetxea en el Bizkaia de Bilbao y después en cuartos a Danel Elezkano en el Igarondo de Idiazabal (8-22). Campeón de Promoción en 2014 al batir a Ibai Zabala por (10-22) en el Beotibar de Tolosa, aspira a disputar su primera final grande mano a mano. No se conforma con lo hecho hasta ahora. Ambicioso, aunque no lo parezca de cara al exterior, está safisfecho de lo conseguido, pero quiere más y eso significa plantarse en la final. Está al alcance de esa zurda privilegiada. Existe un precedente en 2016, en el Municipal de Bergara con victoria del delantero alegiarra por 22-17. Ha pasado un lustro desde entonces y el pelotari mahonero prefiere pasar página y centrarse únicamente en el duelo de hoy en el Labrit (ETB1-17.15).
Es consciente de que la dificultad es grande ante un delantero incómodo, trabajador, con golpe y que también sabe terminar el tanto, pero la ilusión de disputar la final está por encima de de todo para reivindicar la presencia de los zagueros en la competición reina de la mano profesional. Se quedó a las puertas en 2017. Su verdugo fue su amigo Iker Irribarria. Y ahora vuelve con ilusiones renovadas, consciente de las dificultades que entraña ganarle a Artola porque el alegiarra también está con juego. El bergararra quiere reivindicar la figura de los zagueros en el Manomanista. La última final fue en 2002 entre Beloki y Barriola. Le gustaría jugarse la txapela ante Zabaleta, pero antes tiene que derrotar a un Artola que defiende el pabellón de su empresa, Baiko, en inferioridad.
El delantero alegiarra, por su parte, está ante la oportunidad de plantarse en la gran final por primera vez en su carrera. Sabe que el reto al que se enfrenta es grande. «Es la primera vez que llego a semifinales en el mano a mano. Tenía esa espinita clavada, quería dar un pasito adelante. Antes del inicio del campeonato mi objetivo era dar la sorpresa, meterme entre los mejores y lo he conseguido», afirma.
De los semifinalistas, es el que más partidos ha disputado hasta el momento, incluyendo una previa. «Eso es una moneda de dos caras. El mano a mano es muy exigente y puedes ir gastándote poco a poco. Antes del inicio del campeonato no partía entre los favoritos, pero estoy aquí, a un paso de la final. Cada partido te vas desgastando, pero he logrado entrar en semifinales. Creo en mis opciones. He empezado desde abajo, pero estoy con confianza. Los partidos que he ganado han sido de mucha tensión, de mucho desgaste psicológico, pero no hay excusas. Esto funciona a rachas y a ver si esta es la buena y dura todavía varias semanas».
Conoce bien a su rival, con el que ha disputado el Campeonato de Parejas. «A Beñat le ha pasado algo parecido a mí. No ha tenido buenas sensaciones en el Parejas y después del bache ha recuperado su juego. Es un especialista, ha conseguido mejores resultados que muchos delanteros y está con confianza. Hace cinco años fuimos rivales mano a mano, pero en este tiempo han cambiado muchas cosas. Además, el Labrit es un frontón que me gusta. Veo un partido muy abierto, sin favoritos», dice.
Mañana en el Bizkaia de Bilbao (ETB1-17.15) se enfrentan dos viejos amigos, José Javier Zabaleta y Jokin Altuna, con un objetivo común, plantarse en la final. El delantero amezketarra aspira a luchar de nuevo por la txapela, como lo hizo el año pasado ante Erik Jaka, aunque tuvo que dar su brazo a torcer ante el empuje del lizartzarra. Para el zaguero de Etxarren es su primera semifinal, mientras que el delantero amezketarra está a las puertas de luchar de nuevo por la txapela más preciada.
Altuna III es consciente de las dificultades que va a encontrarse en el camino para plantarse en la final. Zabaleta es un rival muy complicado, por lo impredecible de su juego. Tiene condiciones innatas para el mano a mano, una pegada demoledora y recursos para acabar el tanto con la dejada y el dos paredes. Pero el amezketarra es capaz de ganar a cualquiera. Y más cuando hay una txapela en juego. Según el zaguero de Etxarren, está más hecho que él para el mano a mano. Mejor ir de tapado.
Altuna III espera dar todo lo que lleva dentro y volver a tener opciones de colocarse en la cabeza la txapela de campeón. La empresa no es fácil, pero el amezketarra es capaz de todo. Tiene un gen ganador.
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