JOSEBA LEZETA
Pamplona
Domingo, 29 de mayo 2022
Mientras tres mil pelotazales aclamaban al nuevo campeón en el interior del Navarra Arena, Aitor Alduntzin salía al exterior con los ojos llorosos. Zaguero destacado dentro del campo aficionado, mantiene una estrecha relación con Unai Laso. Ambos comparten piso en Antsoain, y seguro que emociones ... y vivencias, desde que el de Bizkarreta decidió dar un giro a su vida tras ver comprometida su carrera de pelotari. Baiko, su empresa, no le renovó el contrato en septiembre de 2020. Dejó la casa de sus padres, cambió de entrenador y buscó nuevos alicientes.
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Aquel pelotari de 23 años –ahora tiene 25– y una proyección indiscutible estaba al borde de la retirada. Quizá se habría visto abocado a ella de no mediar una defensa clara de sus compañeros de plantilla, que fueron a la huelga con una serie de reivindicaciones entre las que figuraba la readmisión de Laso, de Mariezkurrena II, de Eskiroz y de Víctor. Solidarios, no cedieron hasta conseguir un regreso con retardo que en el caso del delantero de Bizkarreta se consumó en junio de 2021 tras nueve meses de exilio en el campo aficionado.
Por eso, pedacitos de la txapela conquistada ayer en Pamplona pertenecen también a esos pelotaris que supieron dónde estaba la justicia laboral y deportiva. De no mediar esa fidelidad, los pelotazales no habríamos disfrutado de Laso durante un último año en el que ha rendido a un nivel excepcional, sin un mal partido, con una entrega que ha calado entre unos pelotazales a los que ha metido en su bolsillo a centenares.
1-2 Inicio duro. En tres tantos cruzan 52 pelotazos a buena. Laso para de botivolea en el txoko una devolución apurada de Ezkurdia.
1-9 Ocho tantos de renta para el delantero de Bizkarreta, que coge bien altura en el frontis y se va del 1-2 al 1-9 en 41 pelotazos.
3-9 Una falta de saque corta el intento de reacción de Ezkurdia.
4-13 Segunda falta de saque del delantero de Arbizu. Si la primera se le queda corta, la segunda se le va larga.
5-15 Primera de las dos acciones de saque-remate firmadas por Laso, una de esas dos paredes que tan bien ejecuta.
7-22 Cruza otro derechazo y explota de júbilo el campeón.
No solo eso. Unai Laso se centró de lleno en la preparación, encontró acomodo en el club de Huarte y hace un año aceptaba con humildad pasar una previa en el torneo de parejas de Irurtzun porque, simplemente, primero había dicho a los organizadores que no iba a participar.
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Estaba en las listas del paro. Once meses después su nombre entra con todos los honores en el palmarés del Manomanista junto a todos los grandes de la disciplina reina, de la modalidad que da y quita.
Y de paso rompe con una racha de catorce txapelas consecutivas de Aspe en campeonatos oficiales. Baiko, antes Asegarce, no ganaba desde el Manomanista de 2017 obra a Bengoetxea VI. ¿Quién salva a la empresa vizcaína? El descartado.
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El delantero de Bizkarreta confirmó en la primera final manomanista disputada en un frontón navarro todo lo bueno mostrado durante once meses de fábula que ha rematado con la txapela más apreciada. Venía de deshacerse de cuatro guipuzcoanos por este orden: Peña II, Artola, Jaka y Altuna III, estos dos los últimos campeones de la competición reina. Le faltaba rematar ante un navarro. Lo hizo con autoridad.
Mantuvo sus señas de identidad Laso, las que le han conducido a lo más alto, las que le habían permitido discutir el reinado de Jokin Altuna primero en el Cuatro y Medio y después en el Campeonato de Parejas: la derecha más larga entre los delanteros, rapidez para llegar a las esquinas y meter la cintura, postura para coger altura en el frontis, cruzar a la pared izquierda y mandar lejos la pelota, valentía y fuelle para defenderse, determinación para atacar, habilidad para terminar los tantos, saques bien dirigidos...
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Tantos de saque: Ezkurdia 2, Laso 4.
Faltas de saque: Ezkurdia 2, Laso 0.
Tantos en juego: Ezkurdia 5, Laso 12.
Tantos perdidos: Ezkurdia 4, Laso 0.
Tantos de diez o más pelotazos 11, 4 para Ezkurdia y 7 para Laso.
Joseba Ezkurdia solo se pareció a Joseba Ezkurdia en los tres primeros tantos, duros, exigentes. Prometían un equilibrio que no existió. Sufrió al resto el de Arbizu, no encontró la manera de tomar la iniciativa, se vio ocho tantos por detrás (1-9) y le condenaron dos faltas de saque, corta la del 3-10 en el intento de buscar el ancho y larga la del 4-13. Dos disparos en el pie.
Esperaba a Laso en el Navarra Arena una txapela que eleva todavía más su cotización. Cada semana su caché es más alto. O debería serlo si las dos empresas que lucharan por conseguir y mantener a los mejores pelotaris en sus filas.
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También guardaban en el Arena un zapato extraviado que pertenecía a uno de los dos finalistas. El ganador iba a ser el primero en probarlo y el cuento de la Cenicienta invitaba a pensar que era de Laso. Ya no hay discusión. Era del héroe repudiado.
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