'Movember' Altuna en el Larrunarri

Movember, una contracción de los términos ingleses Moustache -bigote- y November -noviembre-, es un evento anual en el que los hombres se dejan crecer el bigote, se organizan encuentros para concienciar sobre temas de salud masculina y el objetivo es recaudar dinero para ayudar en cada país a las instituciones dedicadas a luchar contra problemas como el cáncer o la depresión. Se celebró por primera vez en Australia en 2003 cuando un grupo de jóvenes de Melbourne lo hizo para apoyar a un amigo aquejado de cáncer de próstata. Pues de esa guisa se presentó anoche Altuna III en el Larrunarri de Amezketa. Nada que ver con los que lucían los realistas Zamora, Idigoras, Satrústegui u Olaizola, bicampeones de Liga en la década de los 80. Ni con el de Xalton Zabala, alma mater del club Zazpi Iturri, con quien ha crecido como pelotari hasta convertirse en figura. Se le podía comparar con el de Antoine Griezmann.

Pero con bigote o sin él, Altuna estuvo en su salsa. No pudo ganar, ni estrenar su casillero de victorias en el Campeonato de Parejas después de dos jornadas, pero el público que prácticamente llenó el frontón del pueblo disfrutó con su juego. Jaka y Zabaleta se lo impidieron. El delantero de Lizartza y el zaguero de Etxarren volvieron a confirmar las buenas sensaciones que mostraron en su estreno en Bergara ante Irribarria y Rezusta, pero en esta ocasión les costó mucho más llegar al cartón 22. Aun así, lograron su segunda victoria y se afianzan en el liderato con todo merecimiento en un duro y espectacular partido de remates.

Altuna fue capaz de frenar el explosivo inicio de Jaka, que encontró pelota a placer para entrar al remate. En un abrir y cerrar de ojos, el lizartzarra había cobrado cinco remates seguidos. Empató a seis y se colocó por delante (7-10). Las palmas echaban humo. La igualdad se mantuvo hasta el abrazo en el cartón trece. El amezketarra y Ladis Galarza volvieron a adelantarse (13-14) con un dos paredes, pero el zaguero de Baraibar, que tan bien había manejado la zurda hasta ese momento, entró en barrena. No pudo evitar a Jaka, se le fueron dos pelotas al colchón inferior, una con cada mano, y encajó tres saques que no tenían ningún misterio. El último acabó en el colchón superior. Era el tanto que significaba el triunfo para Jaka y Zabaleta. Dos de dos.