Nadie regala nada, hay que sufrir

Altuna III y Mariezkurrena II volvieron a dar anoche en Urduliz una versión más adecuada al juego que atesoran dentro, no sin sufrimiento. Sumaron algo más como pareja, a diferencia de jornadas precedentes en las que cada uno le sacaba las castañas del fuego al otro, y sumaron el séptimo punto que les permite liderar la clasificación en solitario a expensas de lo que mañana hagan Elezkano II y Zabaleta en el Astelena de Eibar. Por su parte, Jaka y Martija encajaron su quinta derrota consecutiva y su futuro cada vez es más negro. Están obligados a ganarlo prácticamente todo en las seis jornadas que restan para la conclusión de la segunda fase de la liguilla de cuartos para seguir con opciones de entrar en el playoff.

«Si queremos hacerles daño, tendremos que arrimar la pelota a la pared y buscarle la zurda a Mariezkurrena II porque con la derecha le va a dar mucho más que Martija», decía Jaka en la elección de material. Y a ello se dedicaron en los primeros compases del partido con la colaboración del zaguero de Berriozar que arrancó con ciertas dudas. Le bastó un soberbio derechazo para disiparlas de momento.

A partir de ahí, comenzó el acoso a Martija. Cuando no le castigaba Mariezkurrena, lo hacía Altuna. Jaka trataba de ayudarle entrando de aire al resto y mantenía a raya a Altuna, pero el lizartzarra arriesgaba demasiado en el remate y llegaban los errores. Aún así, no se rendía. Seguía luchando en un partido en el que no tenía opción al lucimiento. Había que ganar sí o sí. Esa fe en sus posibilidades les mantuvo vivos hasta el primer descanso obligatorio (10-12).

Dos fallos consecutivos de Mariezkurrena pusieron de nuevo las tablas en el luminoso (12-12), pero el de Berriozar volvió a soltar otro sopapo con la diestra que poco faltó para llegar al rebote (12-14). Lo alternó con otro error de bulto y otro nuevo derechazo imperial (13-15). Pero seguía estando irregular, con el punto de mira desviado.

Jaka y Martija siguieron intentándolo (15-16), pero se vinieron abajo. Altuna III tomó las riendas y no las soltó. El amezketarra, con mejores sensaciones a las de hace una semana en Idiazabal, no permitió que el punto se les fuera de las manos. Su defensa en el 15-20 fue para enmarcar. No le importó lanzarse a la contracancha, ni devolver de aire hasta en tres ocasiones ejerciendo de zaguero. Todo lo ponía en el frontis para desesperación de Jaka, que acabó mandando la pelota bajo chapa. Altuna lo celebró como si hubiese ganado la txapela.