La fe da la segunda txapela a Imanol Ansa

«Era cuestión de fe con el 16-23 en contra. Tocaba sufrir». En lugar de sufrir, Imanol Ansa disfrutó desde ese momento hasta la conclusión, hasta certificar la victoria por 30-26 frente a Endika Barrenetxea que le otorga su segunda txapela en el Campeonato Individual-Eusko Label, además consecutiva. El de Urnieta se convierte así en el sexto remontista de la historia que retiene el título. Engrosa una selecta lista en la que ya figuraban Matxin II, Koteto Ezkurra, Zeberio II, Urrutia y Urriza, todos apellidos y nombres ilustres en esta modalidad.

Jugaba sin apenas margen de error en el 16-23 favorable a Barrenetxea IV. No cabía otra que hilar fino. Desde la elección de la pelota conveniente. «He andado con dudas», analizó Ansa II. «Mi material era más ligero y me costaba meter los saques en la pared izquierda. He hablado con Julen Loitegi, mi botillero, y nos hemos inclinado por una pelota de Endika con mayor carga y salida. Desde ese momento he hecho más daño con el saque». Además de tantos directos, dispuso de oportunidades para resolver a través del segundo pelotazo. Las aprovechó bien.

Barrenetxea IV conoce perfectamente a Ansa II y esperaba esa reacción. No le sorprendió. Confiaba en frenarla. No pudo. «Cuando me he adelantado 16-23 le he dicho a Zubiri, mi botillero, que Imanol se iba a jugar todas. Ha sacado muy bien y ha resuelto con el segundo pelotazo. Han sido pelotazos imposibles para mí. ¿El físico? Si bien al principio he estado agarrotado por la tensión, después me he sentido fresco. No ha sido una final de tantos duros. Incluso diría que me habrían venido bien peloteos largos para asentarme».

Consiguió además Ansa equilibrar el poderío de Barrenetxea a la hora de sacar. Lo atestiguan sus nueve tantos con el primer disparo, tres más que los del hernaniarra, magnífico especialista. Tres de esos nueve llegaron a través del segundo saque después de sendas pasas que no le encogieron el brazo. «Es algo que traía estudiado con Loitegi», revela el hernaniarra. «Coincidíamos en que no bastaba con hacer buena, algo que muchas veces te lleva incluso a cometer falta. Se trataba de darle a la pelota como en los primeros saques».

Por contra, el saque traicionó a Barrenetxea IV en el momento de mayor necesidad, una vez que el contrario se le echó encima y cuando le rebasó en el marcador. Rota la tacada de Ansa, cometió falta con 22-24. Pocos minutos después, con 26-25 en contra y la posibilidad de poner de nuevo las tablas en el electrónico, puso la pelota en la mano del adversario, quien respondió con un latigazo imposible de devolver. Y con el 29-26, apurado por el resultado, cometió el hernaniarra una nueva falta de saque, la tercera. Las tres botaron cortas.

El Imanol Ansa de mentalidad frágil forma parte del recuerdo de los pelotazales. A sus 28 años ha adqurido un bagaje y una experiencia que se dejan sentir sobre la cancha. Las victorias ayudan. «Este comportamiento no es nuevo. He ganado las dos últimas ediciones del Individual y del Masters. Durante un tiempo me pesó el deseo de brindar una txapela a mi padre –ya fallecido–. La primera, en el Masters, supuso un cambio grande en mi trayectoria».

Sin ese ánimo a prueba de bomba, Imanol Ansa se habría venido abajo con el 30-9 que Javier Urriza le recibió en el partido inaugural de la liguilla. Ese resultado habría minado a cualquiera, incluso al máximo favorito antes de encenderse el semáforo verde de la presente edición. El punto negativo condicionaba sus siguientes actuaciones y le obligaba a desenvolverse en el filo de la navaja. Ni se asustó ni se arrugó el de Urnieta. Creyó en sus posibilidades. No es cuestión de fortuna. «La suerte llega cuando se juntan la preparación y la oportunidad», asegura a sus allegados.

Reaccionó con una buena victoria sobre Juanenea en un partido clave para hacerse con la tercera posición, la última con recompensa. Garantizada su presencia en la semifinal, perdió pero causó buena impresión contra Barrenetxea IV. En los dos últimos compromisos ha aparecido el mejor Imanol Ansa, el número uno del remonte en la actualidad. Ha creído en su preparación y no ha desperdiciado segundas oportunidades.