Arriaran II, con la txapela, y Soroa en la final manomanista de 1955. PLAZAOLA-CEDIDA POR ISABEL VIDARTE
Pelota

Vuelve a ser posible 65 años después

Erik Jaka y Jokin Altuna están a un paso de emular la final del Manomanista de 1955 entre Joxe Arriaran y Miguel Soroa, última entre dos guipuzcoanos

Joseba Lezeta

San Sebastián

Martes, 17 de noviembre 2020, 07:12

Jokin Altuna y Erik Jaka están a un paso de hacer historia. Si ganan sus semifinales de este fin de semana, protagonizarán el ... domingo 29 en el Bizkaia de Bilbao la sexta final del Manomanista entre dos guipuzcoanos desde que en 1940 esta competición, al amparo de las federaciones, tomó el relevo a los desafíos en los que se dirimía quién era el campeón.

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Hay que remontarse hasta 1955 para encontrar la última de las cinco finales guipuzcoanas disputadas hasta el día de hoy. El 15 de mayo, en el Municipal de Bergara, el arrasatearra Joxe Arriaran superó 22-13 al elduaindarra Miguel Soroa, defensor de la txapela. Dos zagueros de leyenda y dos personas entrañables que dejaron huella entre todos quienes les conocieron.

Arriaran II venía de eliminar a Zurdo de Mondragón y al riojano Barberito I, su oponente en la semifinal, mientras que Soroa accedió directamente a la final como vencedor de la edición de 1954, en la que también coincidieron. Fue en semifinales, en el propio frontón de la villa mahonera. En aquella ocasión el triunfo correspondió al de Elduain por 22-17. No sin apuros. Tras adelantarse 13-0, empataron a 16. Las tacadas no son exclusivas del mano a mano moderno.

En la final de 1955, Arriaran II llegó a dominar 18-3 y 19-5. La postrera reacción de Miguel Soroa, presa de los nervios al inicio, le valió para maquillar el resultado en su segunda y última final del Manomanista. El arrasatearra disputó cuatro consecutivas entre 1955 y 1958 con un balance de dos txapelas y dos subcampeonatos.

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Arriaran II tenía 28 años en aquella final, uno menos que Soroa. Si bien ambos eran nacidos en 1926, el elduaindarra vino al mundo el 31 de enero, mientras que el arrasatearra lo hizo el 13 de agosto, «el mismo día que Fidel Castro», como recordaba a menudo.

El amezketarra Jokin Altuna y el lizartzarra Erik Jaka, como el propio Soroa, son de la comarca de Tolosaldea. Joxe Arriaran procedía de Debagoiena, de una Arrasate que le tributó un recibimiento esplendoroso a su regreso de Bergara.

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Jaka y Altuna III escribirán una página histórica si ganan sus compromisos de este fin de semana. En ese caso, Gipuzkoa volvería a tener una final enteramente suya 65 años después. Aunque sea a puerta cerrada, aunque a los seguidores de uno y otro no les quede otro remedio que seguirla desde sus casas a través de televisión. También será una final histórica por esa razón.

Hace solo tres años que dos guipuzcoanos se plantaron a la vez en semifinales del Manomanista de Primera. Fueron Iker Irribarria y Beñat Rezusta. Al contrario de lo que sucede en esta edición, en la que Altuna y Jaka van por distintas ramas, el sorteo colocó al de Arama y al de Bergara en el mismo lado del cuadro, por lo que en aquel caso era imposible la coincidencia de ambos en la final.

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Que tres años después, en 2020, dos pelotaris distintos a Irribarria y Rezusta hayan logrado colarse entre los cuatro mejores de la competición significa que estamos ante una excelente hornada guipuzcoana de pelotaris. La lista no se reduce a dos nombres. Hay alternativas.

Tercera y primera

A sus 24 años, Altuna III está por tercera vez en semifinales, a las puertas de su segunda final tras la que ganó en 2018 a Aimar Olaizola. En su bagaje figuran asimismo cuatro finales del Cuatro y Medio.

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La llegada de Jaka a la zona alta del panorama manista ha resultado más tardía. Tiene 26 años y pasó antes por los campeonatos de Promoción, en los que alternó alegrías y disgustos que forjaron su personalidad. Menos precoz y acosado por las lesiones durante una época, la progresión y la evolución de Jaka son constantes, fruto del entrenamiento y de una evolución adecuada de sus aptitudes. El de Lizartza ha alcanzado las semifinales en los tres últimos grandes campeonatos: Cuatro y Medio, Parejas y Manomanista. Se ha estrenado en las tres. Le falta dar otro paso adelante para vivir su primera final grande.

Nadie puede achacar a los dos semifinalistas guipuzcoanos de la presente edición de la competición reina que se hayan estancado, que se hayan conformado. Altuna III no para de progresar. Su desarrollo físico le ayuda a ser cada día más completo.

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Medirse en una final manomanista es un aliciente añadido al que supone ya de por sí la reina de las competiciones de la pelota. De todas maneras, conviene centrarse antes en las semifinales. Como bien manifestó Danel Elezkano tras su victoria del domingo en Eibar, «la final está a un partido, pero lejos al mismo tiempo».

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