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omparten el logro de haber transformado la historia del deporte desde Gipuzkoa y acuden a la llamada de DV para refrendar el mensaje de la revolución silente que han protagonizado. 41 mujeres deportistas pioneras –las primeras que abrieron camino en sus respectivas disciplinas y aquellas que caminan ahora por esa misma senda– se unen en una fotografía cuya energía trasciende del lugar y el momento. La suma de brillos que proyectan sus miradas dibuja un horizonte lleno de oportunidades para las nuevas generaciones de mujeres deportistas, símbolo de su incontestable victoria social. Ellas colonizaron un nuevo territorio, por donde hoy despliegan su afición y talento tantas y tantas jóvenes sin complejos.
El crecimiento del deporte femenino en Gipuzkoa atañe tanto al plano recreativo como al competitivo, desde la cantidad a la calidad. En medio siglo, la mujer ha pasado de ejercitarse de manera casi clandestina –con improperios nacidos de estereotipos arcaicos– a protagonizar un espectáculo ineludible para las federaciones de las distintas disciplinas. Donde había deportistas vocacionales aisladas en pueblos y barrios, hoy hay 17.932 mujeres federadas en una treintena de deportes. La aportación del territorio a los Juegos Olímpicos arroja un buen indicador.
Hasta 1988 no había habido representación femenina guipuzcoana en la cumbre del deporte mundial. Las atletas Blanca Lacambra (Donostia, 1965) y Maite Zuñiga (Eibar, 1964) despejaron el futuro en Seúl. Hoy son diez las deportistas que hacen las maletas para París. Y con ambiciones de éxito inspiradas en los logros como los de Nagore Gabellanes, Teresa Motos y Maider Telleria –oro en hockey hierba en Barcelona 92–, o Maialen Chourraut –oro en Río 16–, a las que se añaden historias de superación como la de la nadadora paralímpica Sara Carracelas, con diez medallas olímpicas en cuatro Juegos.
Sus logros individuales han abierto el camino, pero encima de los éxitos personales, la fuerza del grupo resulta ya imparable. La imagen que protagoniza este suplemento, con 41 deportistas pioneras de Gipuzkoa, representa precisamente la potencia de un colectivo que ha pasado de ser invisible a ser capaz de superar metas a priori infranqueables. Lo subraya Maialen Chourraut, la deportista más laureada del territorio. «Es una gozada juntarnos mujeres de distintas generaciones, haciendo camino y agrandando ese camino para todas las que vienen por detrás», afirma.
La mujer ha copado el día a día del deporte, con éxitos rotundos de regularidad en deportes como el balonmano –el Bera Bera ha ganado Copa y Liga–, el hockey hielo –título de Liga para el Txuri Urdin– o el fútbol, con la Real jugando su segunda final de Copa en un lustro. 1.820 chicas juegan hoy al fútbol de manera federada, más de mil (1.047) practican de manera reglada el balonmano y hasta una disciplina históricamente hostil a la mujer como el remo ha reclutado 675 licencias femeninas.
El día de la foto de portada, esa fuerza imparable impregna en 'DV Gunea', el espacio del periódico que sirve de 'plaza pública' y que hoy reconoce a las artífices del mayor de los progresos experimentados por la sociedad guipuzcoana a la que se debe. 41 rostros simbolizan una conquista sin vuelta atrás.
Las primeras en llegar son las que más tiempo llevan esperando. Vienen de lejos. «Hemos estado cincuenta años en la sombra y por eso me emociono con este reconocimiento», revela con los ojos humedecidos Cristina Patús, integrante del Medina Gipuzkoa que ganó la Liga Nacional de Balonmano en 1973 y 1975.
Representación de una jugadora obligada a jugar con falda por la Guardia Civil
Medina fue un equipo amateur que ganó dos campeonatos de España de balonmano, en las temporadas 72/73 y 74/75
Juana Mari
Roldán
Cristina
Patús
Cristina
Arcelus
Marivi
Cortés
Izaskun
Calleja
Integrantes del Medina en DV
Representación de una jugadora obligada a jugar con falda por la Guardia Civil
Medina fue un equipo amateur que ganó dos campeonatos de España de balonmano, en las temporadas 72/73 y 74/75
Juana Mari
Roldán
Cristina
Patús
Cristina
Arcelus
Marivi
Cortés
Izaskun
Calleja
Integrantes del Medina en DV
Cristina
Arcelus
Juana Mari
Roldán
Izaskun
Calleja
Cristina
Patús
Marivi
Cortés
Integrantes del Medina en DV
Representación de una jugadora obligada a jugar con falda por la Guardia Civil
Medina fue un equipo amateur que ganó dos campeonatos de España de balonmano, en las temporadas 72/73 y 74/75
Cristina
Arcelus
Juana Mari
Roldán
Cristina
Patús
Izaskun
Calleja
Marivi
Cortés
Representación de una jugadora obligada a jugar con falda por la Guardia Civil
Integrantes del Medina en DV
Medina fue un equipo amateur que ganó dos campeonatos de España de balonmano, en las temporadas 72/73 y 74/75
Viene acompañada por cuatro de las heroínas que abrieron una prometedora senda: Juana Mari Roldán, Izaskun Calleja, Cristina Arcelus y Marivi Cortés. Acreditan sus éxitos con medallas de la época, fotografías de su participación en Campeonatos de Europa y balones de aquellos años. Las muestran como reliquias. Pero lo que más valoran es que «pusimos una pequeña semilla y vemos que ha crecido, tal y como nos demuestran ahora las jugadoras del Bera Bera».
Según van llegando las demás homenajeadas, se suceden los abrazos y gestos de admiración. Entre las idas y venidas al photocall, entre pose y pose, mientras dos fotógrafos van captando las imágenes de este día histórico, los intangibles flotan en conversaciones que abordan el mismo campo semántico: progreso, deporte, mujer, impulso, agradecimiento y futuro.
El esfuerzo de liberar cuarenta agendas al unísono merece la pena, según las presentes. La última en aparecer llega directa del entrenamiento de Zubieta. Amaiur Sarriegi, delantera de la Real, ha heredado el mundo que imaginaron sus antecesoras, pero ella también es pionera. Pionera en plantar referentes a las niñas del momento y pionera en atraer a un estadio 5.000 aficionados para ver un partido de fútbol de mujeres.
En los corrillos emerge un consenso sobre la especificidad de Gipuzkoa en materia de deporte e igualdad. Resultan reveladoras las palabras de la entrenadora del equipo sénior del Txuri Urdin de hockey hielo, Irene Senac. «Nací en Zaragoza y viví en Madrid hasta que con 22 años me vine aquí. Me enamoré de este territorio por el apoyo brindado al deporte. Hice un máster en Psicología Deportiva y en Madrid me encontraba frustrada. Veía demasiado postureo con el deporte femenino. Aquí flipé con el ambiente que había. Este es mi sitio. ¡Y ahora esta idea tan loca de DV que me parece increíblemente guay!».
Su equipo se ha proclamado esta temporada campeón de liga por segunda vez en los últimos tres años. Solo un indicador del nivel de los logros cosechados por las protagonistas de la foto y representativo del éxito que ha abrazado al deporte femenino guipuzcoano. Abruma, por ejemplo, la naturalidad de las primeras 'chicas de oro' que ganaron unos Juegos en Barcelona 1992. Teresa Motos, Maider Tellería y Nagore Gabellanes conquistaron el título olímpico en hockey hierba, en un momento en el que «en todo el Estado sólo había 400 fichas de jugadoras», recuerda Gabellanes. «Ahora es diferente, al deporte femenino se le hace más caso, hay otro reconocimiento», celebra.
Otro oro olímpico como Maialen Chourraut no se ha querido perder la cita, en plena preparación para los Juegos de París. Eder Etxeberria, exremera y actual preparadora física del equipo ciclista World Tour Education First, ha hecho un paréntesis en su agenda a pocos días del inicio del Tour de Francia. Tati Garmendia, responsable de la sección de Balonmano del Bera Bera, viene a representar la cúspide de su deporte en España tras sumar Copa y Liga este curso. Itziar Eguren, presidenta de Donostia Arraun Lagunak, lidera un proyecto de mujeres campeonas de Liga y La Concha en traineras, Maria Eraunzetamurgil ha ganado la Liga Endesa de baloncesto con el Valencia Basket, Irati Idiakez es campeona del mundo de snowboard adaptado... Ese es el nivel.
La fotografía promovida por DV supone un punto de inflexión en la evolución del deporte femenino. Es el retrato del salto desde la lucha individual o por disciplina a la toma de conciencia global para seguir empujando en una misma dirección.
Así lo interpreta Cristina Guntín, exjugadora y ahora entrenadora de rugby del Eibar de División de Honor. «Esta foto sugiere cuál es el paso que nos toca dar ahora. No solo se trata de tener buenas jugadoras a nivel individual. Toca dar el paso de ir juntas y liderar un proyecto grupal sobre deporte femenino para que no haya abandono, para lograr unas buenas condiciones a nivel profesional y para poder hacer deporte toda la vida. Para eso necesitamos colaborar todas juntas».
Algunas portadas históricas protagonizadas por mujeres deportistas
Algunas portadas históricas protagonizadas por mujeres deportistas
Algunas portadas históricas protagonizadas por mujeres deportistas
Algunas portadas históricas protagonizadas por mujeres deportistas
A la salida, circulan los números de contacto de unas y otras. Brotan los emplazamientos directos a encontrarse de nuevo. En la sede de la producción informativa de DV en todos sus soportes no podía faltar la reflexión acerca del rol social de los medios de comunicación. La mera presencia de este grupo extraordinario de pioneras indica la aprobación explícita a una cobertura creciente en cantidad y calidad.
Lo verbaliza desde su experiencia la exatleta Naroa Agirre. «Me sigue sorprendiendo que todavía se acuerden de mí. Es bonito el contexto que nos ha reunido. Me encuentro con periodistas que siempre me han tratado muy bien. En DV siempre he sentido el cariño y el cuidado hacia lo que hacíamos». No siempre ha sido así, rescatan las que mayor perspectiva histórica pueden aportar. «Lo milagroso es que con aquellos entrenamientos y el puñetero caso que se nos hacía, se juntara una cuadrilla de mujeres que aunaban fuerza, inteligencia, disciplina y talento, e hicieran lo que hicieron», concluye una amiga que acompaña a las campeonas del Medina Gipuzkoa.
20%
de las licencias de fútbol en el territorio corresponden a mujeres
25%
es el objetivo de la Federación Guipuzcoana para 2030
La capitana de la Real Sociedad Amaiur Sarriegi, y la del Eibar, Arene Altonaga
20%
de las licencias de fútbol en el territorio corresponden a mujeres
25%
es el objetivo de la Federación Guipuzcoana para 2030
La capitana de la Real Sociedad Amaiur Sarriegi, y la del Eibar, Arene Altonaga
20%
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La capitana de la Real Sociedad Amaiur Sarriegi, y la del Eibar, Arene Altonaga
de las licencias de fútbol en el territorio corresponden a mujeres
es el objetivo de la Federación Guipuzcoana para 2030
25%
20%
es el objetivo de la Federación Guipuzcoana para 2030
de las licencias de fútbol en el territorio corresponden a mujeres
La capitana de la Real Sociedad Amaiur Sarriegi, y la del Eibar, Arene Altonaga
El tiempo les ha dado la razón y «ahora nuestras hijas y nietas juegan con toda naturalidad cuando nosotras éramos las raras», retoma Cristina Patús. El fútbol ejerce de punta de lanza y un 20% de las licencias en el territorio corresponden a mujeres, dato de los países punteros a nivel internacional, mientras que el reto que se marca la Federación Guipuzcoana es que esa cifra llegue al 25% en 2030.
La transformación generacional constituye solo una estación intermedia para una locomotora que cada vez engancha más y más vagones. «Estoy seguro que veremos cómo se rompen marcas, cómo el espectáculo crece, cómo hay más mujeres en competiciones importantes y cómo crecen los esponsors», aprecia Eder Etxeberria. «Tal vez algún día se lleguen a los mismos sueldos», presagia. Con todo, considera «importante la discriminación positiva y el empuje que significa esta foto. Todos juntos llevaremos arriba esto».
El consenso, por lo demás, es amplio acerca de la incidencia del deporte como vehículo para seguir transmitiendo valores a la sociedad. La exciclista Ainhoa Ostolaza, primera mujer española en conseguir una medalla en los Campeonatos del Mundo –en Moscú 1989–, recuerda que «nuestro empoderamiento, en aquel momento, no tenía valor; ahora, sí». Trabaja hoy desde la Federación, «y con la ayuda de todos, va para delante el asunto del empoderamiento de la mujer. Mi madre era bastante moderna, pero los valores que recibieron ellas fueron otros. Ahora tenemos otra perspectiva y eso se trabaja».
Ostolaza no tuvo referentes cuando empezó a rodar sobre la bici «con 12 o 13 años». Su autenticidad precursora fue abriendo una senda por donde hoy transitan muchas jóvenes, algunas de ellas agrupadas en el equipo ciclista Laboral Kutxa, un ejemplo de gran empresa involucrada con la promoción de la igualdad de género en el deporte. La implicación de firmas y corporaciones con fuerte capacidad económica, más allá del impulso desde las instituciones, es uno de los desafíos del sector.
Los inicios del baloncesto en Gipuzkoa lo representan aquellas estrellas de la Sección Femenina de San Sebastián que jugaban con largas faldas y ganaron el campeonato en su primera edición en 1939
De izquierda a derecha Elena Moreno, Carmen Muguruza, Maria Eraunzatamurgil, Lara González y Nieves Alza
Los inicios del baloncesto en Gipuzkoa lo representan aquellas estrellas de la Sección Femenina de San Sebastián que jugaban con largas faldas y ganaron el campeonato en su primera edición en 1939
De izquierda a derecha Elena Moreno, Carmen Muguruza, Maria Eraunzatamurgil, Lara González y Nieves Alza
Los inicios del baloncesto en Gipuzkoa lo representan aquellas estrellas de la Sección Femenina de San Sebastián que jugaban con largas faldas y ganaron el campeonato en su primera edición en 1939
De izquierda a derecha Elena Moreno, Carmen Muguruza, Maria Eraunzatamurgil, Lara González y Nieves Alza
De izquierda a derecha Elena Moreno, Carmen Muguruza, Maria Eraunzatamurgil, Lara González y Nieves Alza
Los inicios del baloncesto en Gipuzkoa lo representan aquellas estrellas de la Sección Femenina de San Sebastián que jugaban con largas faldas y ganaron el campeonato en su primera edición en 1939
El testimonio de muchas deportistas en activo repite el mismo argumento: «De pequeña mi ídolo era Juan Carlos Navarro, no había referentes femeninos, pero el baloncesto femenino ha crecido mucho y ahora cada vez más podemos encontrar más jugadoras de nivel», afirma Lara González, integrante del IDK Euskotren. Nieves Alza, expresidenta del Hondarribia, le recuerda que «aunque ahora a nadie le choca que las mujeres hagamos deporte, aunque ya nadie lo discute, en mi época estaba mal visto». Abierta la veda de la naturalidad, todo empezó a crecer de forma espontánea, asume. «Cuando en el 83 pudimos abrir la primera escuela de baloncesto en Hondarribia, el primer año se apuntaron más de cien niñas».
Pese a la valoración positiva, no hay lugar a la autocomplacencia. La mirada retrospectiva viene seguida por el señalamiento de reivindicaciones. «La profesionalización», con los consiguientes derechos en materia de maternidad o incorporación tras bajas, asuntos que ya se abordan en diferentes comisiones, indican un margen de avance. O la incorporación a organismos de decisión. O la disponibilidad de medios para la mejora física. O la financiación de estructuras de cantera... Queda camino por recorrer, «sobre todo en deportes minoritarios alejados de los ecos del fútbol».
Todo sumará, si bien las partes coinciden al ensalzar el valor del reconocimiento social, cuya traducción directa es la asistencia de público a las competiciones de mujeres. Hace tres décadas, «iban a vernos familiares, parejas y amigos», asegura Nagore Gabellanes. En los 70, al balonmano femenino «iban el primo, el tío y el que pasaba por allí», confirma Cristina Patús, embriagada por una emoción indescriptible al ver ahora el Gasca lleno –1.800 espectadores– para asistir a un partido del Super Amara Bera Bera. ¡Cómo han cambiado los tiempos! Y cómo van a seguir cambiando gracias a estas pioneras.
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Dirección David Taberna
Coordinación Arantxa Aldaz y Álvaro Vicente
Narrativa Visual Iñigo Puerta, Izania Ollo y Amaia Oficialdegui
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Edición gráfica Borja Luna
Fotografía Lobo Altuna, Félix Morquecho e Iñigo Royo
Producción audiovisual Verónica Melo, Raquel Mendizabal y Estrella Vallejo
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Lucía Palacios | Madrid
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