Disfrutemos del momento

Con la que está cayendo, menos mal que podemos seguir contando con Nadal. Una vez más, Rafa ha demostrado que su motor es su actitud, su capacidad de adaptación, de buscar soluciones, y su capacidad de superación. Lo demostró en su forma de encarar este ... torneo. Empezó protestón, no le gustaban las bolas, el frío y la falta de libertad de movimientos en la burbuja. Pero encontró la forma de desbloquear esos obstáculos y sacar adelante el Roland Garros más complicado que ha jugado. Y encontró la forma de encarar una nueva final con Djokovic. Lo bordó. El serbio le había cogido el truco, le jugaba rápido, casi a bote pronto, sin dejar que las bolas liftadas de Rafa le echaran para atrás, y con muchos paralelos. Eso sacaba a Rafa de su zona de confort. No había forma de darle la vuelta. Hasta este domingo en el que el mallorquín hizo un planteamiento perfecto que ejecutó de forma impecable, sin apenas fisuras. Jugó más recto, sin tanto efecto, con golpes más ganadores e hizo cambios de ritmo usando su revés cortado, frenando los peloteos. Djokovic cayó en la trapa y permitió a Nadal sumar su decimotercer Roland Garros y su vigésimo título de Grand Slam. Los tres dicen que esto de los títulos no va con ellos. Seguro que no. Pero cada uno ha hecho mejor a los otros dos. Mientras, nosotros a disfrutar.