![«Cuando crees que has alcanzado el éxito, te relajas y pierdes»](https://s3.ppllstatics.com/diariovasco/www/pre2017/multimedia/RC/201612/26/on-extra/media/cortadas/trader-dos_xoptimizadax-kwo-U21942798328G3F-575x323@RC.jpg)
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cristina vallejo
Jueves, 5 de enero 2017, 18:33
Josef Ajram se acuerda perfectamente de cuando entró por primera vez en la Bolsa. Fue el 5 de abril de 1996. Tenía 18 años. Abrió una cuenta de valores y compró acciones de Continente. Desde entonces no se ha despegado de la Bolsa. Incluso dejó ... la universidad para ir todos los días al parqué porque en la carrera sentía que no le enseñaban nada de los mercados. «Iba con mi traje y mi corbata. Y simulaba: tenía una libreta con operaciones ficticias. No tenía dinero y perdía sobre el papel. Lo malo que le ocurre al pequeño inversor es que cuando pierde, no sólo pierde dinero, también confianza», recuerda Ajram en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Poco después comenzó a trabajar en Agentes de Bolsa Asociados. Hace 17 años. E inició su especialización: «La gente habla de los mercados en general. Pero mi padre no es médico, es pediatra. Hay que escoger en qué se quiere centrar cada uno y ser especialista de algo muy concreto. Yo no sé cómo va el fórex». Él se dedica a la Bolsa española. Por el camino, se topó con la crisis tecnológica, donde aprendió que hay precios que bajan y que luego no suben.
Y con los atentados del 11 de septiembre, el hito decisivo en su vida: la estrategia seguida, ponerse corto para luego comprar abajo, resultó acertada, y pensó que si en la mayor catástrofe la operativa se le había dado bien ello significaba que era lo suyo. Por entonces trabajaba 15 o 16 horas diarias. Y se encontró con alguien que, de alguna manera, le recordó la regla de los tres ochos: una vida equilibrada conlleva destinar ocho horas al trabajo, ocho al sueño y las otro ocho horas a lo que uno quiera. Ello significa que, con suerte, un ser humano sólo puede disponer de verdad de un tercio de su vida.
Y ello fue lo que le animó, quizás, a hacerse dueño de su tiempo convirtiéndose en autónomo en 2002: creó una sociedad limitada para hacer 'trading'. «Fue la decisión que con más seguridad he tomado en mi vida», afirma. Y añade: «El 'trading' te permite realizar la actividad sin tener un gran capital, porque el control de los costes fijos es muy grande. Además, se puede hacer desde cualquier lugar y sobre cualquier mercado del mundo».
Además, se puede aprender a trabajar menos, localizando las ventanas de oportunidad, el cuándo hacer una operación, porque se necesita volatilidad y volumen. En la Bolsa española, el mejor momento para hacer 'trading', en su opinión, es cuando no están interfiriendo los inversores americanos: por la mañana. Y disponiendo de más tiempo, empezó con el deporte.
Disciplina y analizar errores
Así planteado, parece muy fácil, pero exige una gran disciplina y una gran humildad también. «Saber que uno se ha equivocado en una operación, saber aceptarlo, es lo que marca la diferencia entre tener éxito en Bolsa, o no», afirma, e insiste: «Hay que plantearse cuánto se quiere perder en una operación. Así uno no se va arruinar jamás». O con un horizonte temporal de una semana. Decirse, por ejemplo: cuánto quiero perder esta semana y a la que se llega a esa cantidad perdida, cerrar el ordenador. «No hay que ir al pelotazo. Vamos a ir a ganar cosas lógicas», añade Ajram, que cita a Peter Lynch: «Uno no decide enriquecerse lentamente. Por eso uno decide arruinarse rápidamente».
En definitiva: hay que limitar las pérdidas. Y reconocer y analizar los errores: «Hay dos tipos de personas cuando se equivocan: los que creen que ha sido mala suerte o piensan que alguien les vigila; y los que analizan el error, los que se preguntan qué han hecho mal». Según Ajram, hay que ser de los segundos y, de cada operación errónea, sacar una lección. También hay que reconocerse los aciertos, pero sin euforia: «La primera palabra prohibida en la bolsa es 'éxito'. Cuando te crees que has alcanzado el éxito bursátil, te relajas y pierdes. Hay que mantener la máxima concentración en cada estrategia. Nunca hay que dejarse llevar por los impulsos, ni por la euforia ni por el pesimismo».
Pero sí, Ajram se ha equivocado a veces. Primero, con Continente. Y también, por ejemplo, con Astroc, en 2007, operación con la que perdió 110.000 euros. «Cuando me la pegué, lo asumí. Cerré la operación y pagué. Por muy dolorosa que sea la pérdida, hay que aceptarla», insiste. Y añade: «Un 'trader' ha de ser honrado consigo mismo y con la filosofía del 'trading': comprar y vender en el día». La operación errada con Astroc también le enseñó a cuidar el apalancamiento y, por tanto, a advertir contra él: quizás el 90 por ciento de los inversores no debería trabajar con apalancamiento en años. Y, en todo caso, no aconseja arriesgar más del 1 por ciento de la garantía, es decir, no más de 100 euros de los 10.000 que, por ejemplo, se tengan para hacer 'trading'.
El mercado en la actualidad
Yendo a lo concreto, a lo que está haciendo ahora... ¿cómo ve el mercado Ajram? El 'trader' explica que los mercados están complicados desde enero de 2013. Y que ahora está preocupado por la gran exposición de las empresas españolas a América Latina, por todo lo que tienen Santander y BBVA en Brasil y México. También, por cómo acabará la banca mediana. En este entorno, la estrategia con su sicav está siendo buscar recorridos cortos, con límites de pérdidas y objetivos de beneficios.
Cree que el año 2017 puede ser bueno para las empresas pequeñas con buenos fundamentales. Ahora, su sector favorito es el inmobiliario, con Colonial y Renta Corporación. También le gusta IAG. Y está seguro que la banca mediana dará oportunidad de entrada, aunque aún no sea el momento de entrar en ella. El mercado español ahora está falto de tendencia. Y cree que la gran incertidumbre reside en qué pasará si Wall Street se da la vuelta (algo que no ve mientras sus índices se muevan en máximos históricos), en si pese a ello, el Ibex-35 sería capaz de mantener su autonomía. «Tres años de apatía son muchos», sentencia.
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