Borrar
Cómo dejar de ser morosos

Cómo dejar de ser morosos

El 15 por ciento de los españoles no tiene al día el pago de sus deudas que proceden, principalmente, de créditos al consumo e hipotecarios. Para facilitar sufragarlas existen alternativas como negociar con el acreedor, refinanciar la deuda y, como últimos recursos, acogerse a un concurso de acreedores o a la ley de segunda oportunidad

esther garcía lópez

Viernes, 27 de enero 2017, 16:29

La crisis trajo consigo el aumento del desempleo y el endeudamiento de miles de familias que vieron mermados sus ingresos y no han podido hacer frente a créditos hipotecarios y de consumo que contrajeron en época de bonanza. En la actualidad, el 15 por ciento de los españoles son morosos y para hacer frente a sus deudas, el 19 por ciento recurre a sus familiares, según recoge el estudio 'Deuda al estilo europeo' elaborado por la empresa de gestión de cobro de deuda Kruk. «En España, las familias suelen ayudarse entre sus miembros a saldar las deudas, lo que en algunas ocasiones deriva en más endeudamiento. La educación financiera es una asignatura pendiente para afrontar los pagos y salir de situaciones económicas difíciles», afirma Ana Suárez, directora general de Kruk en España.

Según este estudio, solo un tercio de los españoles encuestados, el 29 por ciento, admite haber tenido retrasos en los pagos, de los que el 1 por ciento reconoce que estos se prolongaron durante meses. Hoy casi la mitad de los españoles, el 48 por ciento, está pagando un crédito y uno de cada siete planea solicitar préstamos el próximo año con el objetivo de comprar un coche, una vivienda o pagar las vacaciones. El problema se produce cuando el crédito no se puede devolver, y el deudor se convierte en moroso.

Para solventar estos casos existen alternativas que facilitan el pago de la deuda y, según los expertos, negociar con el banco o la entidad financiera con la que se ha contraído el crédito es la primera, ya que estas entidades prefieren cobrar, aunque sea con retraso, que tener que iniciar reclamaciones judiciales. Deudor y acreedor pueden negociar refinanciar la deuda, reducir el importe de la cuota y alargar el tiempo a pagar o establecer un período de carencia en el que solo habría que pagar los intereses.

«Cuando un ciudadano prevea que no va a poder pagar un crédito debe afrontar el problema lo antes posible», afirma Pau A. Monserrat, economista de iAhorro. Para ello recomienda contratar los servicios de expertos y si el afectado no posee recursos, acudir al colegio de abogados en demanda de justicia gratuita. «La negociación extrajudicial de las deudas es posible, pero para tener éxito hay que ir de la mano de un abogado». Cuando se trate de deudas hipotecarias, Monserrat recomienda acogerse a un código de buenas prácticas. «La dación en pago se puede plantear si no hay forma de reconducir la situación y también el concurso de acreedores para personas físicas si el tipo de endeudamiento y la situación económica lo recomiendan». Pero el concurso de acreedores de personas físicas es muy poco utilizado en España, en 2016 solo 624 personas se acogieron a él.

Segunda oportunidad

Otra opción, que Pere Brachfield, morosólogo y profesor de EAE Business School, califica de «último recurso» es la ley de segunda oportunidad que puede permitir a las personas físicas liberarse definitivamente de sus deudas. Para ello, el moroso debe iniciar un procedimiento con la presentación de solicitud de mediación ante el notario. Este nombrará a un mediador concursal cuya función será mediar entre los intereses de los acreedores y del deudor. Remitirá a los acreedores un plan de pagos realista teniendo en cuenta los ingresos y gastos del deudor así como su situación personal.

Si esto no es aceptado por los acreedores, presentará ante el juez la solicitud de concurso donde se incluirá un plan que prevea la forma de liquidación del activo del deudor -es necesario que se cedan los bienes por un valor igual o inferior al de la deuda-. Concluida la liquidación, el juez podrá dictar sentencia condonando toda la deuda bajo dos condiciones: cuando considere que el deudor no tiene dinero ni activos para afrontar sus deudas y cuando ha demostrado obrar de buena fe.

Acreedores

Por su parte, los acreedores también cuentan con instrumentos para cobrar lo que les adeudan. Llevar al moroso ante el juez es una de ellas y otra es contratar los servicios de una empresa de recobro extrajudicial de deudas, que ofrecen servicios de cobro de facturas impagadas, recobro de créditos en mora y negociar con los deudores hasta llegar a un acuerdo de pagos adaptado a su situación financiera. No obstante, España es uno de los países de la UE en los que menos se externaliza la gestión de recuperación de deudas. Según un estudio realizado entre 500 empresas solo el ocho por ciento declaró haber utilizado estos servicios.

Entre los motivos que aducen para no contratarlos destaca el temor a que utilicen métodos expeditivos para cobrar a los morosos y la existencia de agencias que actúan de forma fraudulenta y desaparecen con el dinero recobrado. Según Brachfield, «en España solo se externaliza el recobro de deuda cuando el acreedor ve que por las buenas no va a cobrar, que las facturas impagadas llevan tres años en el cajón. En estos casos el índice de recobro es muy bajo».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Cómo dejar de ser morosos