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Jorge Murcia
Viernes, 3 de marzo 2017, 10:20
Pese a su relativa juventud, Iñigo Ansola (Markina-Xemein, 1974) atesora un destacable currículum en cargos de responsabilidad pública: ha sido director de Aguas de la Diputación de Bizkaia, de Infraestructuras Ambientales en la misma institucion, y finalmente máximo responsable de URA, la Agencia Vasca ... del Agua. Y desde hace poco más de dos meses pilota el Ente Vasco de la Energía (EVE), adonde llegó para sustituir a la abogada Pilar Urrutikoetxea. Desde esa posición, Ansola será uno de los encargados de poner en marcha la Estrategia Energética de Euskadi 2030. Un plan que se propone avanzar en la sostenibilidad energética mediante el impulso de la eficiencia energética y el desarrollo de las energías renovables. Eso sí, con una decidida apuesta por el gas como energía de transición. Y si es gas extraído en Euskadi, mejor.
¿Qué objetivos se propone cumplir al frente del EVE?
Hay un plan estratégico definido, denominado 20-30, aprobado el año pasado, y ese es nuestro libro a seguir. Ahí están fijados los objetivos.
Ese plan estratégico habla de potenciar el uso de las renovables un 126% en el 2030 ¿Cómo se hace eso, teniendo en cuenta que el campo de expansión de este tipo de tecnologías está muy acotado?
Es evidente que las renovables tradicionales (eólica, fotovoltaica, etc.) todavía tienen un margen de mejora y de implantación. Y no solo en cuanto a la instalación de nuevas infraestructuras, sino también de repotenciación. Pero también tenemos otras renovables menos conocidas pero con un gran potencial como la geotermia, donde por cierto el EVE participa en una empresa, llamada Telur, que da buenos resultados. Por otra parte está la biomasa. En Euskadi se generan al año cuatro millones de metros cúbicos de madera, de los que aproximadamente 1,1 ya tienen una utilización. El resto no tiene destino definido. Esa biomasa puede estar destinada a general calor con la astilla. O cambiar el 'chip' en la construcción en Euskadi, y en vez de ir sólo a estructuras de hormigón, acero o hierro, pasar a estructuras de madera. Hay ingenierías que están preparadas para definir estructuras de edificios de madera, de hasta siete alturas. Ahí existe un potencial importante. Y eso lo ligo a la eficiencia energética. Es más eficiente que una de hormigón. Aparte está toda la investigación que estamos desarrollando en energías marinas. En el futuro nos puede venir una fuente importante de renovable, en cuanto a la energía que tienen las olas, y la eólica marina.
Pero las características del litoral peninsular hacen complicado el desarrollo de esta tecnología.
En Alemania, Escocia y otros lugares de Europa tienen aguas menos profundas y los aerogeneradores que se instalan van anclados al suelo. Nosotros no contamos con esas profundidades tan pequeñas. Para conseguir más cantidad y calidad de aire hay que ir a aguas más profundas. Por tanto, lo que se está investigando en cuanto a los aerogeneradores es que estas plataformas tienen que ser flotantes. Y esa es la gran innovación que se está dando. Esperamos que en un corto-medio plazo podamos tener algún aerogenerador experimental en la costa vasca.
El plan estratégico del Gobierno vasco habla de la integración de nuevas instalaciones de aprovechamiento de las renovables para autoconsumo térmico y eléctrico. Pero, hoy por hoy, el autoconsumo está penalizado. ¿Espera un cambio de rumbo por parte del Gobierno en ese aspecto?
Ese debate se está produciendo ya entre los partidos políticos. Incluso hay ya una proposición de ley para regular el autoconsumo. Veremos a ver a qué llega.
A la búsqueda de gas
Hablemos del gas, y de los planes de exploración proyectados en Álava. ¿Qué porcentaje de posibilidades hay de encontrarlo?¿Y en qué cantidades?
Históricamente en Euskadi se han hecho varias perforaciones, en la búsqueda de petróleo. Pero en vez de eso, salía gas. Los expertos geólogos con los que contamos en el EVE -a través de Shesa, la sociedad de hidrocarburos- hay indicios de que en la formación Balmaseda (en el subsuelo alavés) hay una cantidad importante de gas. Lo que tenemos que conseguir es testar a través de alguna perforación si se puede extraer ese gas con métodos convencionales, no con 'fracking'. Lo que no podemos decir es la cuantía. Hasta que no entremos, no sabemos cuánto tenemos como para explotar.
Entonces ni siquiera es seguro si existe esa posibilidad de extraer el gas con técnicas menos agresivas que la fractura hidráulica, ¿no es así?
El cuerpo técnico está convencido de que sí va a haber gas para sacarlo con métodos convencionales. A finales de la década de los 90 ya se extrajo en 'Armentia 1', a cinco metros de donde prevemos hacer el siguiente pozo. Lo que pasa es que entonces las técnicas del momento no nos permitían llegar a más profundidades. Con todo lo que ha avanzado desde entonces la tecnología, esperamos al menos poder llegar a más profundidades y ver si existe suficiente gas para llevar a cabo una explotación.
¿Cree que así se va a minimizar la contestación social?
Lo que tenemos que saber es que en la actualidad todos los hidrocarburos que se consumen se producen fuera. En cuanto al gas, que es el combustible fósil menos contaminante -el 50% menos que el carbón, y el 30% menos que el petróleo-, es la energía de transición hacia un futuro de energía renovable. Es evidente que sólo con renovables no podemos satisfacer la demanda. Por lo tanto, queremos que el gas sea el combustible de transición. Y ese gas que consumimos en Euskadi nos llega por dos vías: por tubo, desde Francia o Argelia, y a través de buques metaneros al puerto de Bilbao. Ese gas se ha extraído en alguna parte del mundo, se ha enfriado utilizando una gran cantidad de energía para convertirlo en líquido. Luego se transporta en barco -que también contamina- y luego se regasifica para devolverlo al estado gaseoso y distribuirlo por la red. El coste económico, energético y ambiental, es infinitamente mayor que el que podríamos tener extrayéndolo en nuestra propia casa. Lo bueno que tiene un ente público en la extracción de gas en Euskadi, es que los rendimientos que se generen -independientemente del empleo que pueda generar- en un porcentaje muy importante irá a los fondos públicos. Será un beneficio para la sociedad. A través de ese control público, que también lo será en lo medioambiental, el beneficio recalará en la sociedad vasca. No tenemos que olvidar que esto no se está dando en muchos sitios de Europa, apenas en Noruega y Polonia.
¿Y cómo se llevaría a cabo esa explotación?
Para el pozo de 'Armentia 2', que se encuentra en trámites administrativos para iniciar la exploración a través de métodos convencionales, el operador es la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi, donde el Gobierno vasco participa en un 44%. Por tanto, el 44% de los beneficios que se obtengan en la extracción será para el EVE. Más lo que se genere como Impuesto de Sociedades, autorizaciones y demás en el entorno del mismo pozo, que en este caso es Álava.
¿Cuál es el balance, qué réditos le proporciona al EVE su participacion en Bahía Bizkaia Gas (BBG)?
-Estamos al 50% con Enagás. En 2016 la facturación fue de 54 millones de euros con un beneficio neto de 10,5 millones de euros. De esa cantidad, la mitad es para el EVE. Independientemente de los beneficios económicos, es mucho más importante el servicio que está dando. BBG almacena gas líquido y lo regasifica. Una parte de ese gas va a Bahía Bizkaia de Electricidad (central de ciclo combinado) para generar electricidad, y la otra es para meterla en el circuito de distribución.
Del gas a la energía nuclear. El Gobierno vasco ha dejado clara su oposición a Garoña. Pero, ¿está en contra de la energía nuclear como tal?
Lo que es evidente es que en Euskadi no se prevé ninguna central nuclear. Y justo la que está al lado (Garoña) es una central muy vieja, y supone sólo un 0,4% de la potencia instalada en España. Por tanto no es una central primordial. Y en la estrategia del Gobierno vasco desde luego la energía nuclear no está en la agenda desde luego. Lo que queda patente es que a futuro nadie va a ir invirtiendo en centrales nucleares. Y nuestra apuesta de energía de transición en Euskadi es por el gas. Y no me voy a manifestar en un ámbito que no me compete. Aquí no va a haber centrales nucleares.
La tarifa eléctrica de las empresas vascas
¿Las empresas vascas van a tener que resignarse a pagar unas tarifas de acceso a la red más caras que la del resto de autonomías?
Como EVE estamos en contacto con la plataforma 25-30 kilovoltios de tensión. Como bien es conocido, muchas empresas vascas están pagando unas tarifas de acceso a la red que no son justas. Esta semana, a través del grupo nacionalista del Senado, ha comparecido en la comisión de Energía para debatir sobre esta circunstancia, a nuestro entender injusta. En su día se vio como única solución tener una línea de tensión de 30 kilovoltios. Pero no queremos que la industria vasca se vea penalizada, porque aunque técnicamente se hizo lo correcto, ahora se están pagando unos peajes que no son justos. Queremos que estas líneas de 25-30 kilovoltios se consideren de segunda y no de tercera categoría. Porque una empresa asentada en Euskadi está pagando mucho más que la misma en otra parte del Estado por tener otro tipo de líneas. En su momento no hacía falta más tensión. Y aprovecharemos todas las oportunidades para demandar al Gobierno español que se solucione.
Uno de los pilares de los compromisos medioambientales es el de la eficiencia energética. ¿Cuál es la situación de Euskadi?¿Qué se está haciendo?
Es uno de los retos principales, porque estamos convencidos que podemos conseguir unos ratios de eficiencia mucho mayores. Las ayudas que todos los años se lanzan a través del EVE van encaminadas a que seamos más eficientes. Este año ya empezamos con un hito muy importante, que es el cumplimiento del decreto de sostenibilidad energética que aprobó el pasado año el Gobierno vasco. Atañe a todos los edificios del Gobierno vasco (son 803) y toda la flota de vehículos del Gobierno y sus entes dependientes. Se quieren llegar a unos ratios importantes de implantación de renovables, de más control de consumo energético, compras energéticas agrupadas, flotas de vehículos con energías alternativas, sobre todo el eléctrico, etc. A su vez estamos trabajando en la ley de Sostenibilidad Energética que queremos aprobar este mismo año, donde se hacen extensibles estos objetivos a todas las administraciones de Euskadi: Gobierno vasco, diputaciones, ayuntamientos, etc. Está en fase de borrador.
¿Y en las casas?
Lo que podemos hacer en nuestras casas es, en primer lugar, tener más información. Estamos en la era digital, hay tecnología suficiente que tiene que ser implantada para que a cada titular de un contador se le dé información en tiempo real para saber qué estamos consumiendo en cada momento, cuáles son los tramos horarios beneficiosos para nosotros, qué tipo de potencia tenemos instaladas, qué tipo de electrodomésticos, de calefacción y hacer un uso adecuado de todo ello. También impulsamos auditorías energéticas para ver cómo están nuestros edificios, nuestras empresas, para detectar de dónde nos salen los flujos de energía, en qué podemos mejorar, qué medidas podemos tomar para tener un diagnóstico adecuado.
¿Puede el EVE promover o ayudar a cambiar en la forma de generar la calefacción central de los edificios mediante fuentes de energía más sostenibles que las que se dan en muchos de ellos?
En el sector terciario, en cuanto a las eficiencias estamos ayudando en las auditorías energéticas, como te comentaba antes, en las instalaciones de climatización, en la cogeneración. Fuentes de energía como la geotermia no sólo se pueden implantar en edificios nuevos, sino también en existentes. Y lo mismo nos pasa con centrales de biomasa. En Euskadi tenemos ejemplos en los que los edificios públicos y las propias viviendas están adquiriendo calor para el agua sanitaria y la calefacción a través de la biomasa. El reto está en las ciudades, pero también es viable. Son tecnologías que se pueden aplicar en todos los sitios. De hecho ha habido experiencias aquí. Es cierto que tenemos una orografía muy abrupta, pero también un montón de tejados donde se pueden instalar placas fotovoltaicas o térmicas, o miniaerogeneradores.
La revolución del coche eléctrico parece imparable, aunque transcurra con lentitud por la necesaria colaboración entre las empresas privadas y las instituciones públicas. ¿Qué papel está jugando o quiere jugar el EVE?
Va a haber una revolución en muy poco tiempo. No me atrevo a decir cuánto tardará en eclosionar el coche eléctrico y el híbrido enchufable. El Gobierno vasco, a través del EVE, creó hace varios años una empresa que se llama Ibil, que se ocupa de la infraestructura de recarga. La apuesta del gobierno es la de ir instalando puntos de recarga en toda la red viaria vasca para que los coches puedan circular. Y ahí hay distintos tipos de carga. La tecnología avanza, y ya hay puntos de recarga ultrarápida, en cuestión de 10 minutos. Tenemos que apostar para que exista esa infraestructura. Por eso estamos en Ibil.
Usted reside en Markina-Xemein. Por curiosidad, ¿cómo se desplaza habitualmente hasta su lugar de trabajo en Bilbao?
En un coche híbrido. Hay que dar ejemplo.
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