Arantxa Tapia Otaegi (Astigarraga, 1963) ha roto moldes esta semana al anunciar un 'plan Renove' que subvenciona, además de la compra de vehículos eléctricos o ... híbridos, la de coches diésel o gasolina. En estas páginas la consejera de Desarrollo Económico del Gobierno Vasco repasa la situación del sector de la automoción, habla de la «prevista» desaceleración, alerta de la necesidad de que las empresas se preparen y justifica la normatuiva que ultima Lakua sobre los VTC.
-La economía vasca sufre una desaceleración en su crecimiento, al parecer por el frenazo de la industria. ¿Cómo lo ve la responsable de la política industrial del Gobierno Vasco?
-Es cierto que, a pesar de que esperábamos una ralentización tras cinco años de crecimientos importantes, existe una cierta preocupación en el sector. Pero es más por la incertidumbre general en el mundo. Hay países que crecían al 7%, como China, que ya no lo hace. Está el 'Brexit', las dudas sobre el vehículo diésel... Son varias las dudas. De todos modos vamos a seguir creciento. Lo que tenemos que hacer es estar preparados para ser ágiles y flexibles.
-La geopolítica no está en nuestra mano. ¿Hay que preocuparse por lo que pueda venir?
-No, lo que hay que hacer es ocuparse y estar preparados para todo. Lo que siempre digo... internacionalización, tecnología, digitalización... el mundo va a seguir creciendo por encima del 3% y tenemos que estar ahí, siendo competitivos. ¿Qué países van a crecer? ¿Qué productos van a ser necesarios? ¿Cuáles son los nichos de mercado? Insisto, estar ocupados. Me preocuparía una desaceleración si solo fuera en Euskadi, pero no es así, hablamos de una conyuntura general.
«La iniciativa busca la renovación del parque, colaborar con el sector y ayudar al medio ambiente»
-Acaba de mencionar el coche diésel. Esta misma semana ha anunciado un 'plan Renove'. ¿Puede concretar algo más ese proyecto? Presupuestos, ayudas...
-Sí. Se trata de un plan con el que se pretende ayudar a la renovación del parque de vehículos en Euskadi y, además, colaborar con el sector de la automoción, que es importante para el país. Tendrá un presupuesto de cinco millones de euros, a cargo del Ente Vasco de la Energía (EVE), y subvencionará la compra de vehículos de cualquier tecnología, también diésel o gasolina Euro6, los que menos contaminan, con una ayuda de unos 2.000 euros por operación [se desconoce si, como es habitual, habrá también aportación del concesionario]. Aún hay que cerrar algunos detalles.
«Euskadi va a seguir creciendo; tenemos que ser ágiles y flexibles y estar preparados para el futuro»
-El Gobierno de Pedro Sánchez defiende que el diésel tiene «los días contados»...
-No creo que sea así. Hay margen y espacio para todas las tecnologías y lo que hay que buscar es una transición ordenada y tranquila, también para el sector de la automoción. En este sector nos estamos centrando, quizá, en exceso en el vehículo eléctrico. Es algo que va a venir y tenemos que preparar también al sector.
-¿A que se refiere?
-Pues a preguntarnos si tenemos que hacer baterías o si lo que hoy fabricamos en acero tendremos que hacerlo en materiales mucho más ligeros.
-¿Hace falta una fábrica de baterías en Euskadi? ¿Trabajan usted o el Gobierno para ello?
-Va a hacer falta alguna en Europa. Si se instalara en Euskadi, mejor que mejor. Aquí tenemos suficiente tecnología pero la transferencia al tejido productivo es crítica y no sé... Quizá antes tengamos que volver al hidrógeno.
-Suena a revolución...
-Es una revolución profunda. Y el vehículo autónomo, y los servicios que tendremos que dar, y qué va a ocurrir en el transporte de mercancías... ¿Se va a pasar directamente de la combustión al eléctrico? ¿Están las redes preparadas? Probablemente habrá una transición apoyada en el gas. Y tampoco me olvido de la eficiencia energética y las renovables. Son muchas cosas y no podemos afrontarlas de manera rápida. La transformación nos va a llevar 30 años y en ese periodo, de la manos del sector, podemos prepararnos.
-¿Solo sufre la automoción, como asegura el consejero de Hacienda, quien resalta que no se puede extrapolar su situación al resto de la industria?
-Yo no diría que es así. Y lo hablaba con él. Es cierto que Mercedes ha parado y volverá a hacerlo. La automoción sufre, pero también quien exportaba a China y ahora no puede como consecuencia de la 'guerra comercial' con Trump. El ámbito energético también tiene sus dificultades. Piense que si sufre el diésel también sufren las gasolinas. Los graneles líquidos, no es que vayan mal, es que tienen altibajos. Ni somos los más listos ni sufrimos solo nosotros; si hemos aprendido algo es a tener y exportar productos de gama alta. La propia Adegi acaba de decir que los datos para este año son positivos. ¿No hubiéramos firmado todos los crecimientos que hemos tenido en ejercicios pasados y un 2% o algo más para 2019?
«Los mensajes del Gobierno central han demonizado el diésel y no ayudan a la industria»
-¿Cree que los mensajes del gabinete de Pedro Sánchez han podido minar de algún modo a la industria de la automoción? ¿Tambien a la vasca?
-Desde luego, no sé si han sido el único factor, pero esos mensajes no han ayudado. El Gobierno Vasco observa que no ha sido un mensaje adecuado, sin matizar lo suficiente y demonizando los motores de combustión interna. El resultado ha sido un descenso de las ventas de diésel, un incremento de las de gasolina y un alza de las emisiones. Ya le trasladamos a la ministra la necesidad de abordar esto desde una neutralidad y sabiendo que no hay una tecnología perfecta. Hoy, por el mix energético que tenemos, un coche eléctrico puede estar emitiendo, de manera indirecta, más CO2 que un diésel o gasolina. No nos podemos hacer trampas al solitario.
-¿Es irresponsable ese mensaje del Gobierno central en una España en la que cuatro millones de personas viven de la automoción?
-Irresponsable es una palabra dura. Pero sí creo que no lo han pensado lo suficiente ni lo han matizado. Hay que verlo desde el punto de la ministra de Transición Ecológica pero también desde el industrial y del empleo. Hay que ser muy cuidadosos y tenemos que colaborar con el sector.
Colaboración con Gipuzkoa
«Uber y Cabify no son una VTC. ¿Que alguien quiera meterlos a los dos en ese grupo? Vale...»
-¿Cuál va a ser la aportación del Gobierno Vasco a la estrategia de movilidad sostenible y almacenamiento de energía de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Mubil?
-Eso lo tenemos bastante pactado con la Diputación. Vamos a tratar de buscar la mejor de las herramientas y lo que hemos propuesto es firmar un convenio entre el EVE y la fundación de Mubil, que se va a constituir. Y, a partir de ahí, todo lo que está en nuestro plan de movilidad lo vamos a desarrollar desde esa colaboración.
-¿Puede Gipuzkoa contar con que todos los esfuerzos que vaya a hacer el Gobierno Vasco en este ámbito se centren en el territorio? Se lo pregunto tras los esfuerzos paralelos observados, por ejemplo, en ciberseguridad.
-Creo que estuve presente en la presentación de Mubil, y no voy a los sitios por estar. Si estamos es porque nos creemos que lo tenemos que desarrollar. Eso no quiere decir que si aparece algo distinto a lo que incluye Mubil como, por ejemplo, el transporte de mercancías o por mar, no lo vayamos a trabajar. ¡Claro!
-Acláreme, por favor, cuándo llegará el AVE a Euskadi.
-(Sonríe) En su momento, con el ministro De la Serna, hablábamos de 2023 porque es posible. Vamos apretados, sí, pero los cuellos de botella son el nudo de Bergara y la entrada en las dos capitales. El nudo de Bergara tiene tres años máximo de ejecución, 2019, 2010 y 2021. Si son capaces de preparar (y nosotros de presionar) para que licite y ejecute la obra civil en paralelo a la superestructura del resto hablaríamos, yendo a uña de caballo, de llegar a 2023 aunque la arquitectónica no estuviera en las capitales. Yo, todavía, sigo apostando por el 2023, aunque habrá que trabajar mucho.
-¿Cómo marcha aquel fondo de inversión público-privado con el que apoyar a empresas en el que trabaja el Gobierno Vasco desde hace ya bastante tiempo?
-Ese vehículo está en este momento contratando el gestor. En cuanto esté, los primeros 90 millones existen y se levantará el resto del dinero.
-¿Y cuando veremos la primera operación de ese fondo?
-Uy... No es sencillo, pero espero que este mismo año haya varias operaciones para hacer.
-¿Y el otro fondo, el que sería única y exclusivamente público?
-Ese no tiene ninguna operación en cartera. Hay alguna que podría hacerse desde uno u otro instrumento y tenemos que verlo.
Taxis
-Hablemos de la pura actualidad, consejera. Su departamento promueve una regulación para los llamados VTC (vehículos de turismo con conductor) que exige una hora de antelación a la hora de llamar a esos coches.
-Sí.
-¿Y quién pide un taxi con 60 minutos de antelación?
-Es que no es un taxi. Y muchísima gente pide con antelación. Hablamos de una VTC que no es un servicio público sino, por ejemplo, un servicio a una empresa a la que le viene un grupo de visita de Suecia. Un grupo de gente al que hay que ir a buscar al aeropuerto, trasladarles a la empresa y también al hotel.
-¿Y un particular?
-Puedes necesitar ir a Hondarribia o Loiu y sabes que tu vuelo sale a las diez de la noche y que regresas mañana a las diez de la noche. Pues llamas y ya está. Eso es el servicio típico de una VTC.
-Esa hora de margen es cuatro veces lo que plantea Barcelona, de donde, por esa razón, se van Uber y Cabify.
-Nosotros no somos Barcelona.
-¿Renuncia Euskadi a plataformas como Uber y Cabify?
-Nosotros no somos Barcelona.
«Hay que preguntarse si lo que fabricamos en acero tendremos que hacerlo en materiales más ligeros»
-(De nuevo)¿Renuncia Euskadi?
-Insisto, no somos Barcelona.
-¿Renunciamos?
-Lo que nosotros tenemos es una regulación que va a permitir convivir, como han hecho hasta ahora pero de una forma mucho más regulada, a un servicio de taxi, que no podemos olvidar que es un servicio público, y a un VTC, que es otra cosa. Uber y Cabify son otra cosa. ¿Que alguien lo quiera meter en la VTC? Vale...
-¿Para usted no son una VTC?
-No. Y compararnos con lugares como Barcelona, flaco favor nos hace.
-Es que habrá quien se sorprenda al ver que con 15 minutos de preaviso obligatorio esas empresas se van de una ciudad y nosotros ponemos una hora...
-Demos la vuelta al argumento. Si se genera la huida de esas empresas por un cuarto de hora de antelación eso significa que estaban haciendo la competencia a los taxis. Y si son un taxi, son un taxi. Perfecto, pero con los derechos y obligaciones de un taxi. Y si no, son otro tipo de compañía.
-¿Ha tomado usted en alguna ocasión un Uber o un Cabify?
-No.
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