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En contra de lo que dicta la leyenda urbana, los autónomos sí se ponen enfermos. Y cogen bajas. Menos que los asalariados, pero con una mayor duración. Así consta en un informe elaborado por la principal asociación del sector, ATA. El estudio dice que el ... pasado año los trabajadores por cuenta propia que estuvieron de baja por enfermedad lo hicieron por un periodo medio de casi 91 días, frente a los 39 que, de media, duraron las de los asalariados.
En el caso de los autónomos vascos, esa cifra fue inferior a la media nacional: 78 días, la cuarta más baja después de Aragón (77 días), La Rioja (70) y Navarra (59). Si hablamos de bajas en el sector de asalariados, las de los vascos duraron una media de 37 días (39 en el conjunto de España). En este apartado, de nuevo Navarra se aupó a lo más alto del podio de autonomías en las que los asalariados cogieron las bajas más cortas (sólo 25 días).
El estudio también recoge el número de trabajadores españoles que el pasado año solicitaron la baja por incapacidad temporal, tanto entre los autónomos como los asalariados. Evidentemente esa cifra fue más baja en lo que se refiere a los autónomos, al ser un colectivo menos numeroso que el de los asalariados (29.673 bajas frente a 355.748). Pero para poder establecer una comparación, se cuantifica la incidencia media mensual por cada mil trabajadores. Y este índice sí refleja cómo las bajas son mucho menos frecuentes entre los autónomos que entre los asalariados. En el primer caso (con datos a nivel nacional) es de 9 por cada mil, mientras que en el segundo es de 22. Es decir, más del doble.
En lo que respecta a Euskadi, diez de cada mil autónomos se dieron de baja por enfermedad cada mes. Por contra, la incidencia media mensual entre los asalariados fue más del triple: 28 por cada mil. «Los autónomos se dan mucho menos que los asalariados de baja por enfermedad, pero sus bajas son mucho más largas, ya que un autónomo no solicita una baja por un constipado», reflexiona Lorenzo Amor, presidente de ATA. «Un autónomo siempre está pendiente de su negocio y sólo cuando la enfermedad es lo suficientemente complicada y larga como para impedirle atenderlo solicita esa baja por incapacidad temporal», añade.
A su juicio, «estas cifras confirman algo que ya sabíamos: cuando un autónomo se da de baja es porque está enfermo de verdad. Por eso es tan importante que los autónomos adecuen en cada periodo su base de cotización a lo máximo que puedan. Porque cuando estén de baja, va a ser para largo tiempo y necesitan poder recibir lo máximo posible».
Cabe destacar que la gran mayoría de los autónomos cotiza por la base mínima, pese a que la actual legislación ofrece la posibilidad de flexibilizar esa cantidad en función de los ingresos que vaya obteniendo el trabajador por cuenta propia. Así, a partir de este año al autónomo se le abren cuatro ventanas para poder cambiar la base de cotización: a partir del 1 de abril para las solicitudes realizadas entre el 1 de enero y el 31 de marzo; a partir del 1 de julio para las realizadas entre el 1 de abril y el 30 de junio; a partir del 1 de octubre para las realizadas entre el 1 de julio y el 30 de septiembre; y a partir del 1 de enero del año siguiente para las solicitudes realizadas entre el 1 de octubre y el 31 de diciembre.
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