Los optimistas irredentos que navegan en aguas gubernamentales parapetan su entusiasmo sobre la coyuntura económica tras la excelente evolución del empleo. ¿Cómo van a ir mal las cosas si el empleo va tan bien? Una opinión rotunda sustentada sobre los 278.900 empleos creados en ... el conjunto del ejercicio, que ignora eso tan sutil que llamamos tendencia. En 2022 el empleo ha ido bien, es cierto, como lo es que según nos acercábamos a su final cada día iba menos bien.

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Enfrente, los cenizos de toda condición, ese grupo de seres antisociales que nos dedicamos a amargarle la vida a la gente y por eso discrepamos de la visión progresista dada por el Gobierno de progreso, poníamos pegas a las cifras, pues no veíamos claro eso de figurar como empleado a la vez que se cobra la prestación por desempleo y no creíamos viable eso de crecer muy poco, o nada y aumentar de golpe el empleo.

Un mes es un tiempo escaso para extraer conclusiones definitivas de sus datos, pero es evidente que los resultados de la última Encuesta de Población Activa, conocidos ayer, suponen un varapalo para el Gobierno y un indeseado respaldo para los agoreros. La ocupación cayó en España en 81.900 personas y el número de parados subió en más de 43.800 al cierre del año. El número total de cotizantes se mantiene por encima de los 20 millones, pero el paro supera otra vez la deshonrosa barrera de los 3 millones. El saldo del cuarto trimestre es el peor de los últimos diez años y el paro sufre la mayor subida de la década. La tasa se va al 12,8% y el paro juvenil sube 1,7 puntos hasta el 29,2%. ¿Una debacle? Todavía no. ¿Un motivo de preocupación? Sí y creciente. Y eso que el sector público echó una mano ¿al cuello del futuro? al crecer contra toda coyuntura presupuestaria.

Los datos del empleo en España suponen una vergüenza nacional para todo el país. Para todo, pues el Gobierno no es el único culpable. La mentalidad frente a los emprendedores, explicitada a la perfección esta misma semana por la ministra de Asuntos Sociales, Ione Belarra, es un lastre que deberíamos revertir con urgencia. Y el Gobierno de Pedro Sánchez debería cambiar el enfoque y colocar a la creación de empleo en el centro de todas, de todas, sus políticas. Le encanta dar subvenciones, pero el objetivo central debería ser el convertirlas en innecesarias. ¿Cómo? Creando empleos. Es mas digno y mas provechoso para todos. En especial para quienes los ocupan.

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