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Las ideas más simples a menudo son las más eficaces. Este es el caso de AirCrane, la grúa autorreptante diseñada por la ingeniería donostiarra HWS ... y la empresa Amond Group, de Zizurkil, que ha construido el prototipo. Su objetivo es liderar el negocio del montaje de torres eólicas, gigantes de más de cien metros de altura a los que hay que izar las enormes turbinas y palas que transforman el viento en energía.
El funcionamiento de AirCrane es sencillo (ver gráfico). La grúa no se asienta en el suelo, sino que se adosa a la torre y 'trepa' por ella sustentándose en unos anclajes. A medida que se instalan las piezas y la torre gana altura, al mismo tiempo la grúa se repliega y despliega en un movimiento ascendente, para colocar finalmente la turbina y las palas en el punto más alto.
Decíamos que la idea es simple, pero solo en apariencia, porque su ejecución requiere de una tecnología de extrema precisión. La patente ha sido desarrollada por HWS Concrete Towers, firma fundada en 2015 y con sede en Portuetxe (Donostia). La compañía se dedica a concebir, desarrollar, y comercializar soluciones innovadoras para el sector eólico.
La grúa autorreptante nace para dar respuesta a uno de los mayores retos a los que se enfrentan las empresas de este sector, el abaratamiento de los costes para competir en un mercado feroz. Y una de las facturas más onerosas proviene del montaje y mantenimiento de los molinos.
Mariano Abadía, cofundador y CEO de HWS, explica que el sistema habitual de ensamblaje de los pilares se basa en el uso de enormes grúas apoyadas en el suelo. «Es una práctica carísima, porque en el mundo hay muy pocos fabricantes de estos grandes equipos elevadores, de manera que son ellos los que marcan la agenda». Abadía señala que a este handicap hay que añadir que este tipo de grúas no se puede utilizar con vientos superiores a 8 metros por segundo. «Es decir, está a la orden del día que cuando una empresa eólica por fin tiene los equipos sobre el terreno, no puede utilizarlos, pero eso no evita que siga pagando por ellos, aunque estén parados».
AirCrane, subraya Abadía, puede ser utilizada con vientos de hasta 12 metros por segundo. «Se trata de una gran ventaja, porque los promotores de los parques eólicos no estarán tan expuestos a paradas y a que el coste de la obra se dispare al estar las grúas fuera de servicio. No hay que olvidar que, obviamente, los molinos se instalan en lugares donde hay mucho viento».
AirCrane parece una proyecto brillante pero, como es sabido, el papel lo aguanta todo. Por tanto, ¿en qué fase de desarrollo se encuentra? ¿Se ha pasado de los planos a la fundición? Aquí entra en juego Keytech, asentada en Lekunberri y propiedad de Amond Group. La empresa 'madre' radica en Zizurkil y está especializada en piezas mecano-soldadas de geometrías complejas para sectores como el aeroespacial, aeronáutico, energía o máquinas especiales.
Keytech ha sido la encargada de fabricar el primer AirCrane, capaz de elevar piezas de hasta 30 toneladas y que ya se puede ver en funcionamiento en la planta navarra. Se muestra a modo de prototipo, pero es más que eso, porque equipos similares a este se utilizarán para el mantenimiento de las torres. De todas maneras, su tamaño y potencia todavía quedan lejos de los que se fabricarán para la construcción de los pilares de 'verdad', que contarán con hasta 165 metros de altura, los mismos que tiene la torre Iberdrola de Bilbao, el edificio más alto de Euskadi. Esas grúas tendrán que ser capaces de elevar piezas de hasta 250 toneladas.
Abadía explica que ya se ha iniciado la búsqueda de los primeros clientes dispuestos a optar por esta tecnología «disruptiva». «Mantenemos conversaciones con potenciales compradores desde los inicios del proyecto, es decir, desde hace tres años. Ha sido muy interesante porque hemos recibido ideas, entre otros, de Siemens Gamesa, Acciona y Nordest. Ahora, llegados a este punto –subraya el CEO de HWS– pueden ver físicamente cómo funciona. Ha levantado un gran interés. De hecho, estamos muy cerca de firmar un acuerdo con un gran fabricante de turbinas».
ventajas
Si HWS y Amond Group dan en la diana, el mercado que se les abre es apetitoso. Anualmente se montan unas 1.800 turbinas sobre torres de hormigón, para las que se ha diseñado AirCrane. Además, ambas firmas quieren fabricar grúas para aeroneradores sustentados en pilares de acero. El objetivo sería vender entre cinco y diez al año. Abadía explica que se trata de equipos a medida, de manera que no es posible la producción en serie.
El proyecto ha llamado la atención de la Comisión Europea, de la que obtuvo en 2018 una subvención de 1,5 millones del programa Horizon 2020. A su vez, cuenta con el respaldo de inversores como el Grupo Mondragon y el Ministerio de Economía, a través del CDTI.
AirCrane se iba presentar en septiembre en la feria Wind Europe, en Hamburgo, pero la pandemia obligó a aplazarla a diciembre, volviéndose a suspender. Finalmente, se mostrará en abril de 2021, en Copenhague.
HWS también ha desarrollado AirBase Repowering, un sistema que reutiliza la cimentación vieja existente en los aerogeneradores, agregando en la parte superior dos nuevas vigas prefabricadas en forma de cruz. Entre sus ventajas se encuentran el ahorro de costes de hasta un 45% en comparación con la construcción de una nueva cimentación. Además, evita nuevas ocupaciones de terreno, así como la construcción de carreteras, plataformas de trabajo y la demolición de la infraestructura existente. En conclusión, podría convertirse en la solución óptima para la reutilización de parques eólicos de la década de los noventa próximos a su fin de vida.
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