![Directivas pioneras y de matrícula de honor](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/2025/02/09/newspaint-1739120257079-1200x840.jpg)
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Sandra Montes Pérez, cofundadora y directora de operaciones de ScrapAd, y Mari Jose Aranguren Querejeta, directora general del Instituto Vasco de Competitividad-Orkestra de la Universidad de Deusto y Catedrática de Economía del Deusto Business School, comparten muchas virtudes. Una de todas ellas es la determinación y capacidad de liderazgo en un mundo empresarial y académico en el que cada vez hay más directivas. Montes lo ha logrado a través de una plataforma tecnológica de compraventa de materiales reciclables. La firma que cofundó en 2020, pionera en Europa en el objetivo de promover la reutilización y la circularidad de los residuos, cuenta con un equipo de treinta profesionales de cinco nacionalidades y más de 3.000 usuarios ubicados en todo el mundo. Licenciada en Ingeniería Industrial y ADE por la Universidad Europea de Madrid, recibió la matricula de honor en su proyecto de fin de carrera sobre la 'Captura criogénica de CO2' en Repsol, y cuenta con experiencias en cargos de dirección de empresas como Indra y Cometel.
Mari Jose Aranguren, por su parte, dirige desde 2014 el Instituto Vasco de Competitividad de la Universidad de Deusto, Orkestra, donde ha liderado tres planes estratégicos en los que la organización ha alcanzado importantes hitos: un nivel de ingresos de 3,3 millones de euros anuales, con 41 proyectos ejecutados en colaboración con 98 entidades, una plantilla de 43 personas, de las cuales once están realizando el doctorado, y una extensa red de alianzas con instituciones internacionales, entre las que destacan los trabajos con la Universidad de Harvard y otras de América Latina.
Son dos formas distintas de dirigir, pero ambas igual de merecedoras del premio que anualmente otorga la Asociación de Empresarias de Gipuzkoa (Aspegi). Sandra Montes, de 36 años, ha sido distinguida en el apartado de Empresaria, y Aranguren, de 55 años, en el de Directiva/Profesional. Un premio que este año cumple su décima edición y tiene como objetivo dar visibilidad a mujeres con gran trayectoria profesional, y que han realizado «una aportación destacada a la economía del territorio». La entrega del galardón tendrá lugar el próximo jueves día 20, en el Parque Tecnológico de Miramon. Con el lema '10 años dejando huella', Aspegi pretende rendir un homenaje a la trayectoria de las mujeres que, con esfuerzo y determinación, han dejado «una huella profunda en el tejido empresarial y profesional de Gipuzkoa». Los premios se han convertido en esta década en un referente de la visibilización del talento de las mujeres en el territorio. Cada edición ha reforzado la idea de que la igualdad de género «es un motor clave para el desarrollo económico y social».
Sandra Montes sucede en el palmarés, entre otras, a Pilar Mitxelena (Iñaki Bereziartua S.L.) Izaskun Larrañaga (Lacor Ibili) y Concha Vidales (DNA Data), mientras que Mari Jose Aranguren toma el relevo de Nerea Aranguren (Ideko), ganadora el año pasado, Leire Etxetxikia (DHL), y Kontxi San Juan (Viralgen), distinguida en 2022, que eran las últimas ganadoras de un premio convertido ya en un clásico de la empresa guipuzcoana y que cumple su décima edición.
Sandra Montes Directora de ScrapAd
La elgoibartarra Sandra Montes, de 36 años, pilota junto a su socio y marido, Samuel Ruiz, una firma que en apenas dos años ha pasado de operar en un país a hacerlo en 44. Montes reivindica la figura femenina en los cargos directivos porque «es importante que las nuevas generaciones tengan referentes».
- Usted es ingeniera y licenciada en empresariales. ¿Es una buena combinación ¿no?
- Sí, suelo decir que, en este caso, he sido muy influenciada por mi aita y mi aitite. Al primero le hacía mucha ilusión que fuera ingeniera porque él no lo había sido, y el segundo me decía que 'sí, que la ingeniería está muy bien, pero que también conviene tener formación en economía para que no te engañen con el dinero'. Y creo que tenían razón porque las dos carreras me han aportados cosas diferentes.
- ¿El carácter emprendedor le viene desde casa?
- Más o menos. Siempre me gustó el mundo empresarial, y mi familia ha estado relacionada con ello desde que nací. Mis padres fundaron Cometel en diciembre de 1987, y yo nací tres meses más tarde así que, de alguna manera, la empresa ha estado muy presente en mi vida. Y siempre digo que he tenido mucha suerte por ello, porque me han ayudado mucho en mi carrera profesional y en convertirme en la persona que soy ahora.
- Después de experiencias en empresas como Indra y Cometel, decidió dar el salto para fundar ScrapAd.
- Fue justo antes de la pandemia, el 3 de marzo de 2020. Mi marido y socio, Samuel Ruiz, y yo detectamos una necesidad en el sector del reciclaje, que es un área enorme en tamaño y hasta ahora ha sido un sector muy desconocido y, en ocasiones, hasta despreciado. En resumen, fundamos ScrapAd con el objetivo de ofrecer una herramienta digital global para que las reciclables fuesen tan sencillas como comprar un libro por Amazon.
- ¿Cómo fueron aquellos primeros días tras el inicio de la pandemia?
- Bueno, los emprendedores somos un poco idealistas, ¿no? Pero hay una expresión que me gusta mucho, que dice que los emprendedores son capaces de hacer lo que hacen porque muchas veces no se paran a pensar en las dificultades. También es verdad que en el inicio sólo estábamos Samuel y yo por lo que no tuvimos problemas en ese sentido.
- Y desde entonces hasta ahora, ¿cómo se encuentra la empresa?
- En 24 meses hemos pasado de operar únicamente a nivel nacional a operar en 44 países. Tenemos un equipo de 27 personas de 7 nacionalidades con una presencia de casi el 40% de mujeres, que en un sector tecnológico y del sector del reciclaje es un reto en sí mismo. Y la verdad es que me siento bastante orgullosa por ello, aunque todavía hay mucho por hacer.
- ¿Cómo definiría su estilo para dirigir la empresa?
- Un estilo basado en el esfuerzo y la meritocracia. Nunca pedimos algo que nosotros no podamos hacer.
- ¿Han cambiado los modelos de liderazgo en los últimos años?
- Más allá de los modelos masculinos o femeninos, creo que nos hemos dado cuenta de que las formas de gestión tienen que ser diferentes porque las situaciones son cambiantes y los entornos son fluidos y dinámicos.
- ¿Ha notado un cambio en el rol que ejercen las mujeres en la industria?
- Creo que, indudablemente, se ha avanzado mucho en ese sentido, pero existen roles que, sin ofender a nadie, se atribuyen al colectivo femenino. En el caso de posiciones de dirección y gerencia, queda mucho trabajo por hacer, pero creo que se están dando los pasos correctos.
Mari Jose Aranguren Directora de Orkestra
Mari Jose Aranguren recibe con orgullo el premio Aspegi, pero insiste en que éste es también un reconocimiento a la labor del Instituto Vasco de Competitividad, Orkestra, desde donde ha tratado de ejercer «como puente entre el mundo académico y los problemas reales de las personas».
- ¿Qué supone este galardón?
- Un orgullo. Para mí es también un reconocimiento al hecho de poner en valor unos estilos de liderazgo más femeninos que ayudan, combinados con otros, a mejorar la competitividad de nuestras empresas. Porque estamos viendo que a mayor igualdad los resultados empresariales y de desarrollo económico son mejores.
- ¿Siempre le atrajo el mundo académico?
- Creo que siempre me ha atraído el papel que puede jugar la economía en el desarrollo de los territorios, y cómo afecta en el bienestar de las personas. Es, de alguna manera, el trabajo que queremos hacer en Orkestra.
- ¿Cómo empezó en Orkestra?
- Me llamaron en el año 2006 cuando, precisamente, estaba de baja por maternidad. Y la verdad es que la misión de Orkestra me motivó mucho. Nuestro trabajo fue tejer una red de conexiones entre el mundo académico y la empresa, es decir, hacer de puente entre el trabajo de investigación de la universidad y los problemas reales.
- Orkestra es, sin duda, uno de los institutos de investigación referentes en Euskadi, y también en el resto del Estado. ¿Cuál es la receta?
- Creo que hemos sabido tejer una red de colaboración entre las empresas y otras entidades internacionales muy extensa que nos ha permitido crecer. Y, sobre todo, podemos presumir de tener unos investigadores de primer nivel, quienes van de la mano de actores que toman las decisiones en el ámbito de la competitividad y bienestar. También aprendemos mucho de las experiencias internacionales, con la colaboración del Instituto de Estrategia y Competitividad de la Universidad de Harvard, la Universidad de Agder, en Noruega, y otras de América Latina.
- En 2016 recibió, precisamente, un reconocimiento de la Universidad de Harvard.
- Sí. Fue un galardón por mi rol en el desarrollo del bienestar y la competitividad en el territorio que impulsamos a través de la creación de una red de colaboración de más de 120 universidades.
- ¿Qué proyecto tienen ahora en marcha?
- Ahora, por ejemplo, estamos trabajando en un proyecto junto a la Universidad Católica de Córdoba, en Argentina. Quieren inspirarse en Orkestra para crear un marco propio de competitividad para el bienestar.
- ¿Cómo ha visto la evolución del papel que ejercen las mujeres en la economía?
- Aunque la evolución es positiva, todavía las tasas de ocupación son menores en las mujeres que en los hombres. Y eso está muy relacionado con que las mujeres seguimos desempeñando un rol más importante en los cuidados. Además, existe también una mayor temporalidad en los contratos laborales del colectivo femenino, y una parcialidad no deseada mayor.
- Los últimos estudios también inciden en que continúa existiendo una cultura de trabajo masculina en los entornos laborales.
- Una cuestión son los porcentajes, y otro tema es en qué medida las organizaciones están integrando también otros estilos de liderazgo. Y pueden haber lugares donde aún existe una cultura de estilo más masculina y ese cambio aún no se está dando tanto. El premio Aspegi también valora, de alguna manera, esos estilos de liderazgo más femeninos basados en la confianza.
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