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Ha sido uno los nombres más sonados de esta semana. El aragonés Javier Oliván, a sus 44 años, ha ocupado titulares de prensa de todo el mundo al ser nombrado nuevo director de operaciones de Meta, la compañía que aglutina marcas como Facebook, Instagram o Whatsapp y convertirse en mano derecha de su fundador, Mark Zuckerberg. Algo que quizás ni imaginaba cuando era un joven universitario que trasteaba con algoritmos y ordenadores en San Sebastián, aunque ya apuntaba maneras.
«Era un alumno brillante, sobre todo en lo relacionado con la informática», recuerdan en Tecnun, la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Navarra situada en la capital guipuzcoana en la que Oliván se licenció como ingeniero en Automática y Electrónica Industrial e Ingeniería Industrial, además de obtener un par de premios nacionales de fin de carrera. En estas aulas pasó muchas horas de su vida entre los años 1995 y 2002, y en ellas aprendió las claves que le permitirían poco después emprender el vuelo que le ha llevado a lo más alto de Silicon Valley .
«Era el mejor estudiante de la promoción», apunta el actual director de Tecnun, Raúl Antón, quien no solo fue compañero suyo de promoción sino que convivió con él los primeros años de universidad en el Colegio Mayor Ayete. Lo define como una persona «abierta, alegre, ordenada, educada y que disfrutaba estando con sus amigos. Muy brillante en los estudios y a la vez una persona muy cercana».
En lo académico era de los que «pillaba al vuelo» las soluciones a los retos más complicados que planteaban los profesores. Otra antigua alumna y compañera suya en quinto curso, Igone Vélez, recuerda cómo ayudó a crear un algoritmo que les permitió que fuera un ordenador, y no ellos, quien encontrara todas las soluciones a un problema planteado para uno de sus trabajos.
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Ángel Rubio es profesor de Tecnun y también lo fue de Javier en los años en los que fue estudiante de la Escuela de Ingeniería. «Fue alumno interno conmigo en el área de robótica y veía que era un chaval que tenía mucho vuelo. Hizo un trabajo extraordinario», dice. Su capacidad para la informática estaba al mismo nivel que su potencial para aprender idiomas. «Cuando llegó a Tecnun sabía perfectamente inglés y francés. Después se fue de Erasmus a Alemania y vino sabiendo alemán», indica Rubio. Años después también llegaría a dominar el japonés.
Javier Olivan «era muy inteligente. Y no es que no tuviera vida social porque estuviera todo el día trabajando», añade este profesor para desterrar cualquier idea que vincule a la mano derecha de Mark Zuckerberg con un ratón de biblioteca. «Hacía vida social. Tenía y tiene grandes amigos».
Prueba de ello es que formó parte de la tuna de Tecnun, «disfrutaba cantando con ellos canciones por la ciudad y por medio Europa… Me consta que Javier sigue en contacto con ellos», señala Anton.
También mantiene una buena relación con Tecnun. Participó telemáticamente tanto en el 50 aniversario de la Escuela –hace diez años– como en el 50 aniversario del Colegio Mayor que se celebró el pasado mes de abril. Además, hace unos años estuvo visitando la facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra en Pamplona con el mismísimo Zuckerberg, cuando era director de Producto y Marketing Internacional de Facebook.
Como anécdota, Rubio recuerda que en una estancia que realizó en Stanford (California) en 2016 invitó a Oliván a una tertulia en una residencia de estudiantes en Palo Alto. «Me hizo gracia el comentario que me hizo su secretaria en varias de las conversaciones que estuvimos manteniendo para quedar, porque me dijo ´Javier me ha dicho que para esto tengo que encontrar hueco´.
Además de a Tecnun y a sus antiguos compañeros, su cariño por San Sebastián también lo dejó patente cuando cumplió 40 años y se trajo a toda su familia desde California, donde reside felizmente, a Donostia para que conocieran la ciudad y celebrar el aniversario con sus viejos amigos de su época de universitario. Y como aficionado declarado al surf, seguro que también aprovechó para coger unas olas en la costa guipuzcoana.
Los que le recuerdan su vida en Sabiñánigo (Huesca) cuando era niño ya intuían que era un joven con un futuro prometedor. «Siempre ha sido muy deportista. Pero lo que a él le pirraban verdaderamente eran los ordenadores. Tenía un MSX, y si te descuidabas te abría el ordenador y se ponía a hacer mil y una virguerías», explicaba a DV un antiguo compañero de instituto.
Ahora, Olivan asumirá el cargo de director de operaciones de la compañía, después de haber desempeñado un papel crucial, aunque en gran medida entre bastidores, para impulsar el explosivo crecimiento de la empresa de medios sociales durante 15 años. El español sustituirá a Sheryl Sandberg, que anunció el miércoles su renuncia.
Antes de incorporarse a Facebook a finales de 2007 como responsable de crecimiento internacional, Olivan, de 44 años, trabajó en las empresas japonesas NTT y Siemens. Cuando se incorporó, Facebook era una empresa joven con unos 40 millones de usuarios. Ahora, bautizada con el nuevo nombre de Meta, es una multinacional dueña de otras aplicaciones como Instagrama o Whatsapp, tiene casi 3.600 millones de usuarios y el año pasado facturó más de 100.000 millones de euros.
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