La guerra en Ucrania parece haber impulsado el gran reto de la transición energética en Europa. Molinos eólicos gigantes, parques 'off-shore', placas fotovoltaicas, vehículos eléctricos, hidrógeno verde... Repasamos con Iñigo Ansola, director general del Ente Vasco de la Energía (EVE), un año con mucha ... actualidad en materia energética y hablamos de las nuevas fuentes de energía y de los grandes avances tecnológicos en los que Gipuzkoa y Euskadi ya trabajan para afrontar el tremendo reto de la transición.
Publicidad
– ¿Qué balance energético hace de este invierno, el primero marcado por los costes energéticos de la guerra, en Euskadi?
– Desde diciembre hemos apreciado cómo gracias al aumento de los recursos hídricos y eólicos la utilización del gas natural ha decrecido notablemente, incidiendo también en el precio de la electricidad y del gas. Durante estos primeros meses de 2023, el precio del gas se mantiene alrededor de los 50 euros/MWh, lo que se traduce en que el coste eléctrico también sea mucho más bajo que en verano de 2022, tras el estallido de la guerra en Ucrania.
– ¿Hemos sido concienciados los vascos y hemos ahorrado lo suficiente?
– Estamos haciendo un seguimiento del consumo de gas, tal y como dicta la comisión de la Unión Europea, y hemos constatado que desde el 1 de agosto del año pasado hasta finales del mes enero ese consumo se ha reducido un 19,4% respecto a la media, en esos meses, de los últimos cinco años. No cabe duda de que toda la ciudadanía se ha concienciado y ha contribuido a utilizar menos gas, aunque no es solo eso, también hemos usado menos electricidad. Podemos confirmar que estamos cumpliendo con esa reducción voluntaria del 7% que planteó la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, en verano del año pasado.
– En un foro reciente organizado por DV, el experto Iván Martén aseguraba que el próximo invierno será realmente el más problemático. ¿Coincide con él?
– El año pasado la preocupación era respecto a este invierno. Nunca sabemos qué tiempo va a hacer y cómo puede afectar a la actividad económica. Yo no diría que el problema esté en el siguiente invierno, considero que la preocupación es la misma. Lo que tenemos que tener en cuenta es cómo van a estar los niveles de almacenamiento de gas natural para poder afrontar este próximo invierno, aunque partimos con una visión más europea. Alemania ya trabaja con terminales de regasificación, unas plantas con las que no contaba para este invierno. Tampoco hay que olvidarse de China. El país asiático estuvo cerrado por la política de cero Covid y, sin embargo, se prevé que este próximo invierno ya va estar a pleno rendimiento, lo que tendrá una incidencia directa sobre la disposición de los hidrocarburos.
Publicidad
– ¿Cómo están las reservas de gas en Euskadi?
– En este momento no tenemos ningún problema de almacenamiento. Primero tenemos que ver cómo terminamos este invierno para luego afrontar la recarga de ese nuevo almacenamiento. En Euskadi contamos con el yacimiento de la Gaviota –una antigua plataforma marina para la extracción de gas que actualmente se utiliza como almacén subterráneo de gas– pero no solo abastece al País Vasco, también a toda la Península. Gaviota tiene una capacidad de almacenamiento de 1bcm (1.000 millones de metros cúbicos) y el consumo en Euskadi es de 2.500 millones.
– Desde el inicio de la guerra, ¿cuánto hemos logrado reducir la dependencia energética de Euskadi y cuánto falta?
– Hay que ser conscientes de que en Euskadi consumimos mucha energía y, de ese consumo energético, obtenemos un 10% de autoabastecieminto. Dependemos mucho de los combustibles fósiles y reducir esa dependencia a favor de las renovables va a requerir mucho esfuerzo. Creo, no obstante, que vamos por la buena senda, promoviendo intensamente pequeños proyectos de autoconsumo. En los dos últimos años hemos tramitado más de 1.350 expedientes y solicitudes de ayuda con una potencia instalada de alrededor de 32MW. Para hacernos una idea de lo que esa cifra significa, el mayor parque fotovoltaico de Euskadi tiene 24MW. En dos años hemos instalado más potencia en proyectos de autoconsumo que en el mayor parque fotovoltaico del País Vasco. Desde el EVE nos consta que hay muchos proyectos eólicos y fotovoltaicos en tramitación y, si finalmente llegan a buen puerto, tendremos una cuota de participación importante. Pero, recalco, somos muy consumidores de energía y cambiar el pastel o el mix energético a favor de las renovables nos va a costar muchísimo.
Publicidad
– Según los últimos datos de Enagás la demanda de gas en Euskadi se ha desplomado un 44% en este arranque de año. ¿A qué cree que se debe?
– Puede deberse a varios factores. Por un lado está la propia reducción de gas que está acometiendo la industria y también la ciudadanía. Sabemos también que la utilización de los ciclos combinados se ha visto reducida por esa mayor participación de las renovables en el mix energético y, por último, también nos encontramos con el cambio de combustible que hayan realizado tanto los hogares como la propia industria.
– ¿Cuáles son los retos energéticos de Euskadi?
– El reto es claro. Necesitamos tecnologías limpias. Empezando desde los proyectos más pequeños hasta los más grandes. En Euskadi necesitamos de esa energía renovable por varias cuestiones. En primer lugar, porque tenemos que combatir el cambio climático y reducir las emisiones de CO2 y, por otro, para reducir la factura energética. El verdadero reto está en la instalación de parques fotovoltaicos y eólicos respetuosos con el medio ambiente y hacer participe a la ciudadanía a través de la propiedad física de estos proyectos o mediante el beneficio directo que se genere en la comercialización de esta energía. Repito, tenemos una industria que consume mucha energía y necesitamos proveerla de energía más barata y con precios estables. Otro de los desafíos a los que nos enfrentamos está en la mar, donde hay una energía de las olas muy importante. Para ello, ya se trabaja en energía eólica con plataformas flotantes de gran profundidad. Estamos convencidos de que esta tecnología tendrá un futuro prometedor y queremos que nuestra industria esté bien posicionada.
Publicidad
– ¿Cree que se lograrán implantar más parques eólicos pese a la oposición de algunos municipios? Por ejemplo, ¿considera que los parques de la empresa pública noruega Statkraft en Azpeitia serán algún día realidad?
– A todos nos gusta la naturaleza. Yo soy montañero y me encanta ir al monte, pero también me encanta, y necesito, cuando llego a casa, encender la luz, el horno, disponer de agua caliente y saciar las necesidades energéticas que tengo en mi casa. Por lo tanto, de lo que se trata es de buscar un equilibrio entre ambas cosas. Es evidente que existe una oposición. Por ello, tenemos que trabajar en que el impacto sea el menor posible. Ojalá todos los proyectos y parques que se están promoviendo en Euskadi salgan adelante. Son muy necesarios.
Publicidad
– Hace pocas semanas el Gobierno central blindó 100 kilómetros cuadrados para el I+D+i eólico marino en la costa vasca. ¿Se trata solo de labores de investigación e innovación o también de generación de energía real? ¿Se va a quedar Euskadi desenganchado de esta alternativa?
– En los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) publicados hace pocos días se hacía referencia a aquellas zonas de la Península que tienen vientos de más 8 metros por segundo. Euskadi no cumple con ese requisito pero sí se ha blindado un área de 100 kilómetros cuadrados en la costa vizcaína para seguir investigando e incluso para instalar un parque eólico comercial. Por lo tanto, no creo que Euskadi se haya quedado apartado. Ha sido una gran noticia para nosotros, puesto que aquí tenemos una cadena de valor muy importante en el sector eólico que además ya trabaja en posicionarse en las conocidas plataformas flotantes. En Euskadi contamos ya con cinco proyectos distintos de este tipo y disponemos de una plataforma flotante en el puerto de Bilbao que esta próxima primavera esperamos llevar a Bimep (Biscay Marine Energy Platform).
Noticia Patrocinada
– Entonces, ¿sí cabe la posibilidad de instalar un parque eólico marino en ese área de 100 kilómetros cuadrados?
– Sería una plataforma de investigación y desarrollo pero a su vez también sería un parque comercial. Para hacernos una idea, tres aerogeneradores en el Bimep generarían 45MW de potencia, frente a por ejemplo, el parque eólico terrestre que proyectamos en Labraza con ocho molinos que generarán 40MW potencia.
– Euskadi está en la red de hidrógeno del Estado y ustedes, desde el EVE, están fomentando también el Corredor Vasco. ¿Qué potencial tiene esta fuente de generación de energía y cuándo podría empezar a dar resultados?
Publicidad
– Cuando hablamos de que en 2050 queremos conseguir emisiones netas cero estamos hablando de descarbonizar, y para ello tenemos una parte de nuestra industria que no puede electrificar sus procesos industriales. El gas natural no se puede sustituir en varios procesos como el vidrio, el papel, el químico... Ahí entendemos que el hidrógeno puede y va a jugar un rol muy importante. Pero claro, necesitamos un hidrogeno conseguido a través de la electrolisis o los biocombustibles. La electricidad que vamos a utilizar en la electrolisis también tiene que ser verde. Con el Corredor Vasco abordamos toda la cadena de valor de generación, producción y consumo con el objetivo de mejorar e investigar tecnología para que en ese campo nuestra industria esté bien posicionada. Hablamos de electrolizadoras, hidrogeneras, autobuses que puedan utilizar hidrogeno verde. Se trata de una colaboración público-privada en la que todos los agentes son necesarios.
El uso de vehículos no contaminantes es uno de los pilares sobre los que se sostiene la transición energética. La consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, pidió este pasado lunes «flexibilidad» para acometer el gran reto de dejar de fabricar vehículos de gasolina y diésel en 2035.
- ¿Es factible el final de los coches de combustión en 2035?
- Suscribo totalmente las palabras de Arantxa Tapia. En Euskadi tenemos un parque de vehículos ligeros de un millón de coches, de los cuales tan solo 3.500 son eléctricos. Creo que va a haber un compendio de tecnologías que van a tomar parte en ese objetivo de descarbonización. En este momento, a nivel europeo, tanto Alemania como Italia están pisando el freno a la hora de adoptar una decisión tan importante. En Euskadi, en el Corredor Vasco del Hidrógeno, uno de los proyectos se basa en los combustibles sintéticos, cuyas emisiones son cero. Para generar ese combustible necesitamos capturar CO2 para generar ese nuevo combustible. Luego, el propio motor de combustión utiliza ese combatible sintético y emite un CO2 que ya ha sido capturado, por lo tanto el balance neto es cero. Alemania ya está diciendo que en ese objetivo de 2035 se incluye ese combustible sintético, por lo tanto, ese motor de combustión puede jugar un papel importante. Si en este momento damos señales de que el motor de combustión va a desaparecer, también damos a entender que no se invierta en motores de combustión cada vez más eficientes y menos contaminantes. No cabe duda de que es un tema peliagudo. ¿Estamos realmente capacitados para modificar todo el parque de vehículos europeo por el eléctrico? ¿De dónde obtenemos toda la materia prima necesaria para cubrir esa necesidad? Está claro que el objetivo es la descarbonización, pero las cosas hay que hacerlas ordenadamente.
- Otro de los debes del coche eléctrico son los puntos de recarga. Parece que la tecnología ya está pero, ¿qué es lo que falta para su despliegue?
- Es cierto. Faltan más puntos de recarga públicos. Cuantos más vehículos eléctricos haya sobre las carreteras más electrolineras habrá, aunque hay que poner el foco sobre los puntos de recarga rápidos o ultrarrápidos. Las propias empresas energéticas también están haciendo una apuesta por aumentar esa red de recargas y las propias estaciones cada vez vemos más. Es evidente que hacen falta más. La demanda tiene que ir creciendo para que los puntos de recarga vayan aumentado.
- ¿Tiene usted un coche alternativo? ¿Lo recomendaría?
- Tengo un híbrido enchufable porque tengo un uso interurbano muy importante. El siguiente coche que me compre va a ser eléctrico. Han aumentado mucho su autonomía y la conducción es mucho más cómoda así como las prestaciones, que son mejores. Eso sí, para los desplazamientos largos, vacaciones sobre todo, sí tengo un coche de combustión.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.