El fin del estado de alarma impulsará la economía pero exige «prudencia»

Todos las personas consultadas en este reportaje coinciden en ese presumible efecto positivo, pero antes que eso resaltan la necesidad de que impere la prudencia. De otra forma, –así lo indicó recientemente el lehendakari Urkullu– se corre el peligro de una recaída que puede ser terrible también en lo económico.

«Lo importante es que se vacune y que la gente utilice el cerebro, que a veces no se usa«, dice Iñigo Ucín. «No hace falta que nos diga nadie nada, ya sabemos que cuando nos sueltan el bicho gana, y rápido. No queda mucho, así que esto va a ser una lucha entre el sentido común y lo que nos apetece hacer», añade.

«Lo que está en la cúspide de la pirámide es la salud, la economía va detrás. Entiendo que hay que salvar el verano, pero actuando con prudencia. Si no se desmanda, irá la cosa mejor, pero no hubiera venido mal un tiempo más de alarma», explica Joseba Madariaga. «Hay que acelerar al máximo las vacunas, pero no podemos desmadrarnos. Tenemos que salir cuanto antes, pero todos», señala Eduardo Aréchaga.

«Lo importante es la vacuna, que va a dar movilidad, pero no me atrevo a limitar la mejora a este aspecto», dice Javier Zubía.

Según Aitor Urcelay, «esto tiene una doble lectura: mejorará el vigor económico pero tiene cierto riesgo; sin recuperación sanitaria no llegará la económica». Zenón Vázquez cree que «el impacto positivo para la hostelería y el turismo será brutal».