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El sector de las energías renovables está exultante en Europa, en España y en Euskadi. La UE acaba de alcanzar el acuerdo para que en 2030 el 32% de la energía producida en Europa sea 'verde', es decir, que el sol, el viento y el agua sean sus actores principales. El objetivo se sitúa en el término medio entre las pretensiones de la Eurocámara, que apostaba por un 35%, y la de la mayoría de los países, que prefería quedarse en un 27%.
España se unió al grupo de los países más ambiciosos, proponiendo un 34%. La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, se ha mostrado firme defensora de las energías renovables. Su historial así lo acredita. Ha presidido el consejo asesor global en cambio climático del Foro Económico Mundial y ha pertenecido al patronato de la Fundación Alternativas.
80.000 millones se invertirán en España para cumplir con la cuota del 32% en 2030, una cantidad que podría elevarse a los 100 millones
46.000 millones facturaron en 2016 las 108 empresas vascas que forman parte del cluster de la Energía, en las que trabajan 21.000 personas
Este alineamiento de los astros ha llevado al director general de la Asociación Española de Empresas Renovables, José María González Moya, a vaticinar que la cuota del 32% podría suponer unas inversiones en España de entre 80.000 y 100.000 millones de euros.
Una parte importante de este negocio será captado por la potente industria de proveedores vasca. El cluster de la Energía acoge 108 compañías, que facturan en torno a 46.000 millones de euros al año y dan trabajo a 21.000 personas, de las que 2.400 se dedican a la I+D. Estos datos, que se refieren a 2016, serán actualizados el jueves de esta semana, una vez dados a conocer en la asamblea de la asociación.
El presidente del cluster, José Ignacio Hormaeche, afirma que los nuevos vientos en favor de las renovables suponen una oportunidad para las firmas vascas, pero añade un matiz importante. «Sería deseable que las políticas de incentivo de la UE impulsen la cadena de valor de los fabricantes de productos y servicios, no vaya a ser que llenemos Europa de plantas solares y eólicas de bajo coste». Hormaeche subraya que si se opta por los concursos donde prevalece el precio, en ese caso «se penalizará a las empresas donde se invierte en la calidad y la sostenibilidad».
El optimismo es la tónica general en el sector. Las empresas consultadas confían en que las inversiones que deberán realizar los países de la UE para alcanzar la cuota del 32% incrementarán su facturación. Jesús Iriondo, director general de Masermic, empresa de Mendaro especializada en plantas solares, se apunta a estas buenas vibraciones. «Hemos vivido una parálisis total en España y en Europa, frente a dinámicas más intensas en Asia, Latinoamérica e incluso en África. En Europa se requiere activar las políticas que favorezcan el impulso de las renovables, especialmente de la solar. En este campo -subraya Iriondo- disponemos de una tecnología muy relevante y cualquier iniciativa que potencie estas plantas nos va a beneficiar muchísimo».
El director general de Masermic añade que España ha padecido una situación de incertidumbre legal, «con numerosos casos de denuncia por parte de operadores externos. Hubo un plan relevante de desarrollo de plantas solares con unas ayudas comprometidas. Posteriormente, las primas quedaron reducidas a la nada, generando cierta inseguridad jurídica que motivó las denuncias y la paralización de las inversiones».
Iriondo considera que la reativación de las normativas de autoconsumo, del 'impuesto al sol' y el hecho de propiciar la seguridad jurídica «será positivo para el sector. En estos últimos diez años en el Estado se ha desarrollado una tecnología muy buena de plantas solares. Antes solo aportábamos mano de obra barata. Este empuje de la UE y del Gobierno pilla al sector muy bien situado. Nosotros disponemos de una tecnología muy relevante, debido a una inversión intensiva en I+D».
Aitor Zurutuza, responsable de I+D en la división eólica de Laulagun (Olaberria), afirma que la apuesta de las instituciones favorecerá un incremento de la producción. «Por la parte que nos toca - el negocio eólico- hay grandes 'players' muy bien situados en Europa, con Siemens-Gamesa y Vestas en Dinamarca, o Nordex-Acciona, Enercon y también Siemens en Alemania».
Además de proveedores de primera fila como Laulagun, Euskadi cuenta con multinacionales situadas en puestos de cabeza en la generación de energías renovables. Este es el caso de Siemens-Gamesa. La vasco-germana también valora positivamente la iniciativa europea, un balance que se extiende al resultado de las subastas realizadas en España en 2016 y 2017. «La adjudicación de 4.600 MW eólicos es una buena noticia para el sector, por su reactivación a corto plazo después de varios años de parálisis», señala Enrique Pedrosa, CEO para el sur de Europa y África.
Siemens-Gamesa estima que en su caso las subastas requerirán este año una inversión de 20 millones de euros y la contratación de 220 empleados en las fábricas españolas, con el fin de dar respuesta a la mayor producción prevista y al consiguiente movimiento logístico.
Iberdrola, la gran multinacional energética vasca, se suma al clima de optimismo. Desde la compañía consede en Bilbao se afirma que «se abren nuevas oportunidades en términos de generación de empleo y riqueza en una actividad en la que las empresas españolas y europeas están muy bien posicionadas».
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