![Carlos Álamo (a la derecha), gerente de Iñaki Mecanizados, conversa con un empleado en el pabellón ubicado en Hernani, que ayer retomó la actividad.](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202004/14/media/cortadas/empredas-k1f-U100912061160KUH-624x385@Diario%20Vasco.jpg)
![Carlos Álamo (a la derecha), gerente de Iñaki Mecanizados, conversa con un empleado en el pabellón ubicado en Hernani, que ayer retomó la actividad.](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202004/14/media/cortadas/empredas-k1f-U100912061160KUH-624x385@Diario%20Vasco.jpg)
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El polígono industrial Ibaiondo de Hernani amaneció ayer con más movimiento en sus pabellones. La recuperación de la actividad económica no esencial, suspendida hace quince días por el Gobierno para frenar la transmisión del coronavirus, se dejó notar en sus terrenos, aunque la ... vuelta al trabajo se produjo a un ritmo bajo todavía, lejos de la quinta marcha. Fue un regreso al ralentí, a medio gas, nada que ver con la velocidad de crucero ejecutada en los momentos gloriosos o, cuando menos, en los más próximos a la normalidad.
Este polígono creado hace dos décadas alberga principalmente empresas del sector de la transformación metálica, que son las que ayer reanudaron su actividad, así como de alimentación, que sí han permanecido abiertas estas dos últimas semanas de restricciones al ser consideradas esenciales en la normativa que rige el estado de alarma.
Un recorrido por diferentes pabellones permitía comprobar que la vuelta era tibia. La inmensa mayoría de las empresas abrió sus puertas y retomó la producción, aunque ninguna lo hizo al 100%, más bien al 30 o al 40%, tal como confesaban varios responsables. Una estimación en línea con las declaraciones ayer de la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, quien tras asegurar que aún era «pronto» para facilitar un dato sobre el porcentaje de actividad de la industria en la primera jornada tras el fin de la hibernación, se remitió a ese 30% como «mera intuición». Una cifra que las patronales Confebask y Adegi no se atrevieron a secundar y coincidieron en que «hay que esperar a la próxima semana» para extraer las primeras conclusiones.
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Tapia aseveró en una entrevista en la radio pública vasca que la industria de Euskadi -que da de comer a más de 170.000 vascos, entre ellos 53.000 guipuzcoanos- «ya ha sufrido daños» por la situación derivada del coronavirus y señaló que simplemente por la bajada de actividad internacional que se está produciendo se han visto «afectadas» todas las cadenas de suministro.
Unas reflexiones que llevadas a pie de calle fueron refrendadas en el polígono Ibaiondo, donde las empresas consultadas definieron el retorno como «la vuelta de las vacaciones, cuando dedicamos la jornada a ponernos al día». Así de claros fueron en Erke, firma especializada en el equipamiento de furgonetas, donde Iker Balzola y Ander Etxezarraga, bien pertrechados con mascarilla y guantes y respetando la distancia de seguridad, volvían a la actividad después del parón forzoso de dos semanas. Son dos de los catorce empleados que tiene esta empresa, que de momento se dedica en cuerpo y alma a los pedidos realizados por sus clientes de Chile y de Portugal. Una vuelta a medio gas -los turnos fueron de cinco horas en vez de las ocho habituales-. No hay que olvidar que el sector de la automoción, estrechamente relacionado con su función, no retomará su actividad hasta finales de mes y habrá que ver a qué intensidad.
Arantxa Tapia, Consejera Desarrollo Económico
Carlos Álamo, Gerente de Iñaki Mecanizados
Iker Balzola, Empleado de Erke
Fernando del Río, Jefe de taller de Astikar
No muy lejos, apenas a cincuenta metros, también retomaba la producción Iñaki Mecanizados, dedicados a la mecanización de piezas, con siete empleados respetando las distancias de seguridad, aunque alguno no iba provisto de mascarilla y no se tomó el control de temperatura a nadie. Eso sí, cada uno tuvo diez minutos en el vestuario para vestirse en solitario y evitar así la posibilidad de contagio.
En cuanto al ritmo, el gerente de la planta, Carlos Álamo, no tuvo reparos en reconocer que la producción está «al 50%». «La carga de trabajo ha sufrido un bajón», reconoció sin paños calientes.
Los camiones y las furgonetas iban y venían alrededor de la estación de servicio Carabel. Un movimiento que no fue incesante pero sí superior al de las dos últimas semanas de marzo, cuando la orden del Gobierno de suspender aquellas actividades consideradas no esenciales paralizó la actividad laboral en estos polígonos industriales.
Como el cercano de Bidebitarte, en la vecina Astigarraga, donde el trasiego de camiones evidenciaba ayer actividad, aunque ni mucho menos la de día un «normal». En Astikar, especialistas en carrocería industrial a medida, Fernando del Río, jefe de taller, se afanaba en explicar los detalles y pormenores de la vuelta al tajo de sus trabajadores: «En nuestro caso, sí podemos decir que tenemos bastante faena. El problema es la incertidumbre que nos genera que nuestros clientes dejen de llamar o reduzcan su ritmo de encargos».
Y es que ayer ya tenían un vehículo nuevo para carrozar y estaban esperando la llegada de un camión de basuras que debían reparar. En cuanto a las medidas de seguridad, las dimensiones de la planta son amplias y no les plantean dificultades. «Curiosamente, donde más problemas tenemos es en la oficina, donde estamos más juntos», decía señalando el lugar. Además, a los dos empleados de mayor edad -60 años-, al ser considerados pacientes de riesgo, les permitieron no venir a trabajar para evitar riesgo de contagio.
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Ainhoa Múgica
A pesar de que la actividad volvió ayer poco a poco a los polígonos industriales de Gipuzkoa y de Euskadi, otras grandes empresas como ITP Aero, en cambio, una de las señeras del sector de la aeronáutica, con cuatro plantas en Euskadi -Zamudio, Derio, Sestao y Barakaldo-, anunció que tiene previsto plantear un ERTE por causas productivas. El expediente de regulación temporal de empleo se aplicaría en las seis plantas del país -las cuatro vascas más las de Madrid y Albacete- ante el impacto en la demanda de clientes que se puede producir en los próximos meses, según informaron desde la compañía. ITP Aero cuenta con 4.006 empleados, de los que alrededor de 1.900 trabajan en las factorías del País Vasco.
Corporación Mondragón
Las cooperativas de la Corporación Mondragón llevaron a cabo ayer, en líneas generales, una reactivación «muy tímida» de la actividad de sus fábricas, que cifraron entre un 20% y un 25%, una vez finalizada la paralización de las actividades no esenciales por el Covid-19. Fuentes de la Corporación explicaron que gran parte del negocio industrial de Mondragón está orientado al sector de automoción, que «todavía está al ralentí en muchos países, particularmente en Europa, con muchas plantas cerradas». Las mismas fuentes agregaron que el grupo se está centrando en la próxima semana, desde «la confianza de que se vaya reactivando la demanda de los clientes para incrementar de forma progresiva las actividades industriales».
Michelin
Las plantas de Michelin en Lasarte-Oria y en Vitoria reabrieron ayer sus instalaciones y reiniciaron su actividad a un 50% aproximadamente, en el caso de la factoría guipuzcoana, mientras que en el de la planta alavesa la actividad apenas alcanzó un 25%. En el caso de Lasarte-Oria, el reinicio de la actividad comenzó con los tejidos textiles y metálicos que se incorporan a la fabricación de neumáticos de uso agrícola o de turismo. La vuelta al trabajo en ambas fábricas, después de dos semanas de paralización por la suspensión de la actividad no esencial decretada en el marco de las medidas preventivas del Gobierno frente al coronavirus, se produjo entre importantes medidas de seguridad para evitar posibles contagios.
Sidenor
Sidenor arrancó ayer la actividad en todas sus plantas aunque se hizo de forma paulatina, por lo que no se incorporó toda la plantilla y tampoco se pusieron en marcha todas las líneas de producción. La firma siderúrgica, que cuenta con una planta en Azkoitia, paró sus instalaciones en la madrugada del 30 de marzo, tras la entrada en vigor del decreto ley del Gobierno. La compañía decidió retomar la actividad en el área de expediciones, que prepara la salida del producto ya acabado y en las próximas semanas irán arrancando el resto de líneas de producción. La empresa estableció diversas medidas de prevención, entre ellas la toma de temperatura a todos los trabajadores que ayer volvieron al tajo, pese a no ser una medida obligatoria.
Tubacex
Tubacex recuperó ayer su actividad habitual en sus plantas tras el Decreto Ley del Gobierno central que obligaba a un parón en los sectores no esenciales y alrededor del 77% de su plantilla trabajó, según afirmaron desde la empresa. Las mismas fuentes señalaron que durante el periodo de vigencia de ese decreto, cuya aplicación se flexibilizó al poco en Euskadi, Tubacex mantuvo una actividad mínima en sus plantas de Llodio y Amurrio de en torno al 30% del personal. Por otra parte, el grupo dedicado a la producción y venta de tubos sin soldadura en acero, con presencia en los cinco continentes, recordó que están negociando un ERTE para contar con «la flexibilidad necesaria para responder a la demanda del mercado».
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