La competitividad de nuestro tejido económico es la piedra angular sobre la que se asientan nuestro bienestar y calidad de vida y la clave para que Gipuzkoa sea uno de los territorios con menor desigualdad del mundo. Una economía fuerte requiere, necesariamente, de un sistema financiero con la misma cualidad, basado en la excelencia, adaptado a la realidad y tamaño de nuestras empresas, a sus necesidades, y a sus retos. Si bien con frecuencia ponemos el acento en otros desafíos como el tecnológico, o el ligado al talento, el sector financiero constituye un elemento relevante de la ecuación de nuestro desatrollo económico y social.

Publicidad

Las distintas medidas coyunturales adoptadas para garantizar liquidez están siendo fundamentales para que pymes y autónomos puedan afrontar la crisis y avanzar hacia la recuperación de la actividad y del empleo, especialmente en los sectores más perjudicados. El consenso interinstitucional, desde el ámbito europeo al local, para sostener la economía ante la crisis se ha traducido en toda una batería de ayudas económicas, fiscales y de crédito que han permitido proteger los cimientos de nuestro tejido productivo y, con ello, el bienestar de personas y familias. ERTEs, ICOs o Elkargis son términos con los que la sociedad se ha familiarizado.

Pero el sistema financiero va a ser también un agente clave a la hora de realizar las apuestas que marcarán nuestro futuro económico y social, como ya lo fue en anteriores épocas de reconversión. Las grandes transiciones en curso, especialmente la ecológica y la digital, hacen que nuestras empresas y nuestra industria vayan a necesitar recursos para abordar transformaciones que determinarán su po- sición competitiva. El peso de la pequeña empresa familiar en Gipuzkoa, con el telón de fondo del cambio generacional y el desafío del arraigo, va a exigir que adoptemos decisiones valientes que nos permitan escalar y redimensionar los proyectos empresariales en un contexto cada vez más competitivo. Asimismo, tenemos en el territorio toda una hornada de start ups tecnológicas bien posicionada en ámbitos de gran potencial como las biociencias o la nueva movilidad, que requerirán de financiación inteligente.

Una economía fuerte requiere de un sistema financiero con esa cualidad, basado en la excelencia

La colaboración y la reflexión compartida entre agentes, entidades financieras, sector público y empresas son fundamentales para consolidar un sistema financiero innovador. Al igual que trabajamos para afianzar un nuevo modelo de gobernanza en la política, o para extender la cultura de la innovación, el sector financiero debe apostar por reinventarse en un contexto de cambio y competencia.

La contribución de espacios como FINANZA reside en comprometer a distintos actores en pos de ese objetivo de gran importancia para que el tejido económico siga avanzando, internacionalizándose y generando empleo y bienestar. Nos permitirá compartir reflexiones y las mejores prácticas en torno a la financiación como un elemento más para la competitividad, además de mejorar el conocimiento de las empresas en torno a las distintas posibilidades y herramientas existentes. Un foro que cuenta con el apoyo de las tres diputaciones y con el aval de un agente como Elkargi, con 41 años de experiencia y una base de más de 22.000 empresas. Por todo ello, desde la Diputación Foral de Gipuzkoa vamos a seguir apoyando iniciativas que hagan posible mejorar en este ámbito, creando comunidad, y colaborando estrechamente con agentes como Elkargi. No solo por la aportación que realiza en términos de liquidez financiera, sino por el papel que está jugando para profundizar en la profesionalización de la gestión económico-financiera de las empresas, algo indispensable para activar los liderazgos que nos permitan afrontar los desafíos citados en este artículo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad