Hacienda de Gipuzkoa ha decidido reforzar la atención al público ante el aluvión de jubilados que están reclamando una compensación económica por los cobros indebidos en la tributación del IRPF de sus pensiones. Un error relacionado con las aportaciones a las mutuas antes de 1978 ... y reconocido ya por sentencia del Tribunal Supremo (TS). Esta resolución y la publicación por este periódico del problema está movilizando a miles de extrabajadores que quieren saber si tienen derecho a solicitar la rectificación en las declaraciones de renta presentadas en los ejercicios no prescritos (los últimos cuatro) para que se aplique la sentencia del Tribunal Supremo sobre mutualidades laborales. El TS reconoce el derecho de estos mutualistas a considerar libre de impuestos el 25% de lo que perciben como pensión y que no debieron tributarla al 100%, como ocurrió, sino al 75%.
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En principio se pensaba que la compensación estaba exclusivamente dirigida a jubilados de la banca, ya que la resolución del TS aludía a una denuncia de una persona de este sector, pero poco a poco las reclamaciones se han extendido a otros sectores que también aportaban dinero a mutuas para planes de previsión de ahorro y que también se están movilizando. Hacienda de Gipuzkoa, que se desmarca de cualquier responsabilidad en este error, tiene constancia de varios sectores como el Metal, con gran penetración en Gipuzkoa, Educación, Enfermería, sector ferroviario, Construcción, pesca o astilleros, entre otros.
Ante tal avalancha, que se cuenta por varios miles de personas y provoca un goteo incesante en las oficinas, Hacienda ha decidido reforzar la atención al público, creando una ventanilla propia para atender a los interesados, normalmente gente mayor que se presenta sin cita previa, ya que para este trámite no es necesario pedir hora. Para separarlos de las gestiones ordinarias con cita previa, a los jubilados se les ha habilitado una fila propia con un asesor con peto naranja para ser identificado, que les explica los pasos a dar. Así lo pudo comprobar ayer este periódico en la sede central del fisco en el barrio donostiarra de Errotaburu, donde en las puertas se han colocado carteles con las condiciones que hay que cumplir para reclamar la compensación.
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Asimismo, Hacienda ha decidido simplificar los trámites. De hecho, se reducen ya a rellenar una sencilla hoja de reclamación, en euskera o en castellano, con el nombre, apellidos y DNI, y en la que ya viene escrito el motivo de la solicitud («la rectificación de las declaraciones de renta presentadas en los ejercicios no prescritos para aplicar la sentencia del Tribunal Supremo sobre mutualidades laborales». El afectado solo tiene que añadir en qué empresa y sector trabajaba. Hacienda y la Seguridad Social se encargan de contrastar la vida laboral y documentación pertinente. De esta forma, la petición se realiza en pocos minutos y se evitan las colas de los primeros días, cuando se exigía la vida laboral, el certificado de empresa y el justificante de que se aportaba a la mutua correspondiente.
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Hacienda no ofrece estos días nuevas cifras de cuántos mutualistas han reclamado el reintegro. El último dato lo dio a principios de diciembre, cuando habló de más de cinco mil reclamaciones y 1.500 expedientes resueltos, sin especificar cuántos eran positivos y cuántos negativos. La media de devoluciones es de unos 2.500 euros. En principio, los beneficiarios reciben cuatro cartas de Hacienda, una por cada año (2019, 2020, 2021, 2022), señalándoles las cantidades que les corresponde por cada ejercicio.
Las reclamaciones deben hacerse físicamente en las oficinas de Hacienda, y no se pueden realizar en internet. Al ser en muchos casos personas mayores que trabajaban en los setenta se intenta facilitar al máximo los trámites. La Diputación de Gipuzkoa recuerda a los interesados que hay tiempo de sobra para reclamar, ya que el plazo se extiende todavía siete meses más, hasta el 29 de julio de 2024, que es cuando prescribiría la campaña de la renta de 2020 (correspondiente al año fiscal de 2019). El aluvión es tal que los técnicos de Hacienda temen que muchos jubilados realicen la petición por hacer, sin estar seguros realmente de que merecen la compensación, lo que puede provocar retrasos en los cobros.
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En las conversaciones de personas jubiladas, la sentencia del TS está siendo recurrente. Muchos trabajadores han empezado a recordar cómo ellos también aportaban, antes de 1978, a la Seguridad Social y a las mutuas correspondientes para un futuro plan de pensiones. Es el caso del Metal o de exempleados de Renfe que cotizaban por la entonces llamada Mutua Ferroviaria. José, nombre ficticio de un antiguo trabajador de Renfe en Irun que ya ha reclamado, recordaba ayer cómo repasando sus viejas nóminas incluso llegó a aportar a la mutua en años posteriores a 1978, límite que ha fijado el Supremo ya que aquel año la mutualidad de la banca quedó extinguida. En 1979 la Seguridad Social se hizo cargo de las nuevas aportaciones y también del pago de las pensiones, y una disposición en la ley del IRPF –también en las normas forales vascas–, determinó en 1998 que esas personas tenían derecho a aplicar una exención sobre el 25% de sus pensiones. La razón era evitar una doble imposición, ya que una parte de la pensión que cobran procede de las aportaciones que hicieron a la Mutualidad, que no había gozado de exención previa.
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