San Sebastián
Miércoles, 12 de febrero 2025, 06:31
El Gobierno central está haciendo el camino contrario del que pretende Euskadi. El Ministerio de Hacienda confirmó ayer que los trabajadores que perciban el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), cuya subida de 50 euros hasta los 1.184 mensuales fue aprobada ayer por el Consejo de ... Ministros, tendrán que tributar en el impuesto de la renta de las personas físicas (IRPF). Algo que ya ocurre en el País Vasco pero que cambiará precisamente si sale adelante la reforma fiscal que pretenden aprobar en unos meses las tres haciendas forales, aunque en Gipuzkoa y Bizkaia está todavía en el aire por falta de apoyos suficientes.
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La decisión del ministerio que dirige la socialista María Jesús Montero cayó como un jarro de agua fría sobre los 2,5 millones de trabajadores que perciben en el conjunto del Estado el SMI, ya que hasta ahora no estaban obligados a tributar en el IRPF, porque a medida que se iba incrementando el salario mínimo en los últimos años, el Ejecutivo de Sánchez elevaba el límite hasta el nuevo listón para que los perceptores no tuvieran que rendir cuentas con Hacienda en lo que respecta a este tributo. Un listón que el año pasado se situó en 15.876 euros después de que subiera desde los 15.000 del ejercicio anterior.
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Paula De las Heras
Ahora las tornas han cambiado porque el Gobierno central mantiene la misma cifra pero el salario mínimo se eleva con la subida a 16.576 euros brutos al año. De este modo, los afectados verán mes a mes en sus nóminas las correspondientes retenciones y tendrán que realizar la declaración de la renta.
Esto ya sucede en Euskadi –cuenta con 56.000 perceptores de SMI–, donde las haciendas vascas tienen fijado en estos momentos el mínimo exento para tributar por el IRPF en los 14.000 euros cuando los ingresos provienen de un solo pagador. Sin embargo, cuando se perciben de dos pagadores se eleva a 20.000 euros. Esta segunda casuística puede ocurrir cuando se firman contratos con diferentes empresas o si en el mismo ejercicio se queda en el paro y cobra la prestación de desempleo, ya que el pagador en este caso es el Sepe.
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No obstante, la reforma fiscal que está en ciernes contempla elevar ese mínimo exento para tributar por el IRPF hasta los 19.000 euros anuales para un pagador o más. De este modo los que perciban el SMI quedarían exentos de rendir cuentas con Hacienda. Una medida que, de aprobarse, entraría en vigor desde el 1 de enero de este año.
Con todo, desde el fisco foral guipuzcoano recuerdan que aunque los perceptores del SMI no estarían obligados a realizar la declaración de la renta, en algunos casos podría interesarles hacerla, ya que existen deducciones, como la de los 200 euros a menores de 35 años, que redundarían en su beneficio.
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Desde el Ministerio de Hacienda defienden que pese al incremento del SMI, «la mayor parte de los trabajadores que ganan el salario mínimo seguirán sin sufrir retenciones por el IRPF». En concreto, dicen, solo a un 20% de los perceptores de este salario se le aplicarán las retenciones del impuesto de la renta tras esta última subida, lo que supone casi medio millón de trabajadores.
EH Bildu se mostró contrario a la postura adoptada por el Gobierno, mientras que el PNV esperará al debate parlamentario para pronunciarse.
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