¿Qué futuro nos espera?
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Produce perplejidad que los bancos centrales sigan profundizando en las rebajas de tipos de interés pese a los efectos perversos de esta estrategiaLa historia continúa, el proceso se acentúa... y cada día se convierte en más incomprensible. Hace un par de semanas se lo contaba y le confesaba mi perplejidad. El bono español a diez años cerró entonces al 0,8%, pero el viernes lo hizo en ... el 0,37%, un nuevo mínimo histórico de rentabilidad. Obviamente, formando parte de la zona euro, no somos un caso aislado. Ni mucho menos. Todos los bonos alemanes con plazo inferior a los 30 años se compran con rentabilidades negativas y el bono francés a diez años tampoco da nada. Europa no es la excepción. El bono japonés a diez años ofrece una rentabilidad negativa del 0,17%, parecido al suizo y al sueco. Es más, el monto total de deuda emitida en todo el mundo con intereses negativos asciende ya a los 12,8 billones de dólares. ¡Increíble! Los americanos, que habían empezado a subir los tipos, ya han recibido la advertencia de la Fed de que lo más probable será que desanden el camino y vuelvan a bajar de nuevo. A mí, todo esto me produce estupor. No me lo explicaron bien en la Universidad.
Es muy cierto que la inflación se encuentra también en mínimos y que los precios no tienen pinta de volver a darnos los disgustos que nos proporcionaron en el pasado. ¿Se acuerda de la República de Weimar, de la Argentina de los 70 y 80, o aquí cerca, de la época de los Pactos de la Moncloa? La globalización -que fomenta los intercambios, iguala precios y convierte en accesibles todos los mercados-, y los avances de la tecnología -que destroza antiguas cadenas de valor-, se encargan de ello. Donald Trump pretende evitarlo, pero es difícil que lo consiga. Podrá apretar aún más la soga de la protección, pero ésta se anuda en su cuello y terminará por asfixiarle a él mismo.
Las empresas muy endeudadas -como las utilities o las que vayan a desplegar el 5G-, obtienen fondos ilimitados a precios irrisorios y los Estados desaprensivos amplían el volumen de su deuda pública sabiendo que les costará muy poco financiarla. Estos son los grandes ganadores del proceso. Pero, ¿qué significan estos tipos? ¿Significa que los inversores alemanes no ven ninguna alternativa de inversión que vaya a proporcionar un mínimo de rentabilidad en los próximos 30 años? Como para ponerse a temblar...
Además ya sabe que la renta fija solo es fija si se espera hasta su vencimiento y ahora hablamos de periodos enormes de tiempo -de tanto tiempo que yo no podré esperar y ruego me perdonen los emisores-. Pero, hasta que venzan los bonos, su cotización fluctúa en función de la evolución de los tipos, al igualar el valor de los flujos de intereses generados. Es decir, si dentro de tres o cuatro años los tipos suben tres o cuatro puntos, el valor de los bonos sin rentabilidad emitidos hoy perderán valor a chorros. Mas bien se irán al garete. Si, a pesar de ello, los inversores suscriben estos bonos negativos o sin rentabilidad es porque han llegado a la conclusión de que, además de la inexistencia de inversiones alternativas mínimamente rentables, tampoco veremos subidas de tipos. ¿Que futuro nos espera? Si usted, querido y paciente lector, trabaja en un banco, respire hondo y no se le ocurra abrir la ventana, piense solo en que el Athletic ganará la próxima Liga. Además, de calle.
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