Jokin Perona, el pasado 24 de julio en el palacio foral de Donostia con la portavoz de Diputación, Irune Berasaluze, en su última rueda de prensa. J. S.
Perfil

Jokin Perona, un hombre de números y convencido de la fiscalidad al servicio de la sociedad

Persona reservada, trabajadora, familiar y euskaldun, activó ayudas en la pandemia y contra la inflación, impulsó TicketBai y trabajaba en la reforma fiscal

Jorge Sainz

San Sebastián

Miércoles, 7 de agosto 2024, 01:28

Su hábitat de trabajo estaba en su despacho de una de las plantas altas de la torre de Errotaburu en Donostia, sede de la Hacienda. Pero no era raro verle pasear por Aiete, el barrio donostiarra donde residía, por su Orio natal o discretamente entre el público de un cross infantil de Irun animando a sus hijos. De carácter reservado y tímido, en las distancias cortas Jokin Perona Lerchundi era una persona amable y muy familiar, siempre con su mujer y sus tres hijos, uno de ellos de corta edad. El diputado de Hacienda fallecido tras ser arrollado por un coche en Zamora mientras andaba en bicicleta, era un hombre de números y tenía en su cabeza toda la fiscalidad de Gipuzkoa, y su obsesión era ponerla al «servicio de la sociedad y de los servicios públicos».

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Ese era su gran objetivo para la reforma fiscal pendiente en esta legislatura que no podrá acabar, y en el que se ha volcado en los últimos meses en la ponencia de las Juntas. Con brillo en sus ojos, el diputado foral peneuvista destacaba la presencia de un experto danés o de los distintos representantes sociales, y podía hablar horas y horas sobre economía demostrando su manejo de los datos.

Con la misma pasión trataba de convencer al periodista de las bondades de la factura digital TicketBai, que él impulso y cuyo despliegue en todos los comercios y negocios se culminó bajo su mandato. Siempre con la premisa de que la recaudación revirtiera en Gipuzkoa y los servicios públicos. Mismo argumento que esgrimía para defender el Impuesto de Patrimonio, a la vez que arrimaba el hombro para ayudar a empresas o sectores como el de las estaciones de servicio de gasolina que tuvieron que adelantar la bonificación del Gobierno central contra el alto precio de la energía.

Tras estudiar Secundaria en el colegio Larramendi del barrio donostiarra de Aiete, donde le recuerdan como un «gran estudiante», se licenció en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Deusto, ha tenido una larga trayectoria en el mundo financiero. Primero en la campaña de la renta de la Hacienda de Bizkaia, luego en Kutxabank y después en la diputación, donde fue director foral de Hacienda entre 2015 y 2020 antes de suplir en el departamento foral de Hacienda a Jabier Larrañaga, a quien le unía una gran amistad.

Pandemia, inflación, mutualistas...

Ahí activó las ayudas durante la pandemia, y más recientemente, para frenar los efectos de la Guerra de Ucrania y la inflación, su departamento también sacó adelante la deflactación el IRPF para dar oxígeno a los bolsillos de las familias, y también iniciativas como el bono social de doscientos euros a familias necesitadas. En los últimos meses su preocupación se centró en compensar a los jubilados mutualistas que habían cotizado de más en sus declaraciones de la renta, para cumplir la sentencia del Tribunal Supremo.

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El pasado 24 de julio presentó los últimos datos de estas devoluciones y repasó la salud financiera del territorio guipuzcoano, destacando sus buenos datos de empleo y la baja tasa de desigualdad. Un legado que deja y que quería mejorar con la reforma fiscal pendiente. Y un vacío humano imposible de cubrir.

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