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Una vez conocida, la decisión de la Diputación de Bizkaia de destopar la rebaja al 50% la tributación de los ingresos que sean 'manifiestamente irregulares' ha provocado una reacción en cadena, mezcla de sorpresa e incomprensión. Lo primero que sorprende es que alguien se sorprenda. ... Son muchos los políticos, y entre ellos el propio consejero de Economía y Hacienda, que se han mostrado convencidos de que «ahora no toca» cuando les han planteado la posibilidad de reducir los impuestos, algo que siempre se pedía de manera menos drástica y dirigido a colectivos más amplios. ¿Alguien pensó que esto pasaría desapercibido y que bastaba con envolver la medida dentro de un lenguaje incompresible, a pesar de su contenido y de lo sensible del colectivo afectado? Demasiado ingenuo. La segunda sorpresa es la nocturnidad. Publicar la norma el 23 de agosto, redactarla de manera críptica, sin debate y sin una somera explicación resulta sospechoso.
La tercera sorpresa, la justificación: Se trata de que las rentas elevadas obtenidas en cortos periodos de tiempo necesitan un tratamiento fiscal especial y más bondadoso. Eso se puede discutir, pero tiene su sentido. Lo que pasa es que aquí hablamos de sueldos muy elevados que se obtienen no de una vez sino a lo largo de una carrera deportiva que suele durar más de quince años. Lo de los gestores de fondos habría que tratarlo aparte y cuando vean paseando por la Gran Vía bilbaína a una persona con traje oscuro de rayas, bombín y corbata de flores chillonas me avisa.
Hagamos números. En los deportes colectivos, los sueldos se citan -cuando se citan claro que suelen ser secretos incluso para los socios, dueños de los clubes que les pagan-, de forma 'neta' y no en 'bruto' como nos sucede al resto de los mortales. Pero hagamos números brutos. Si un futbolista de élite gana, por ejemplo, entre cinco y diez millones brutos al año y los cobra durante su carrera deportiva -si es bueno cobrará menos al principio, pero más al final de ella-, habrá percibido a lo largo de su carrera deportiva más de 50 millones de euros, que divididos por una vida laboral 'normal' de entre 35/40 años sale, en todo caso y tras ajustar lo que quiera ajustar, una cifra superior al millón de euros.
¿Merecen una rebaja del 50% unos ingresos de tal dimensión? ¿La merecen solo los futbolistas del Athletic y no los empresarios que venden su empresa o los directivos de nivel? No se olvide de que, cada día de partido, saltan al césped de San Mamés once (si hay cambios 14) de los doce (o quince) mayores sueldos del Bizkaia. Y luego están los cientos de deportistas de élite que continúan ingresando cifras fabulosas a lo largo de su vida como entrenadores, directivos, agentes., etc. ¿Que hacemos, les regularizamos después los ingresos irregularizados antes?
La cuarta sorpresa es que el PSOE se escandalice hoy de lo que aprobó con su firma hace menos de un mes. ¿No entendió o no leyó lo que firmaba? ¿Se puede gobernar de esa manera? ¿Se siente traicionado? ¿Por quién, por sus socios o por su desidia? Poco edificante. La quinta sorpresa es que a nadie le preocupara el 'Fair Play' deportivo. Adulterar las finanzas es adulterar la competición.
¿Y Ahora? Supongo que se dará marcha atrás, aunque perdure un mal sabor de boca fiscal y afecte a la convivencia gubernamental.
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