Las diez noticias clave de la jornada
Protesta de tractores en la N-121-A en Baztan. Alicia del Castillo
Conflicto agrario

El agro vasco apunta a sus competidores «desleales»: patatas de Israel y espárragos de China

Ganaderos y agricultores vascos denuncian la llegada de frutas, carne y verdura de terceros países fuera de la UE sometidos a menor control y más baratos

Jorge Sainz

San Sebastián

Viernes, 9 de febrero 2024, 06:42

El dicho culinario sobre los 'productos que vienen de la huerta a la mesa' está siendo sustituido por otro menos sostenible, el de 'productos del ... avión a la mesa'. Cada vez es más habitual en nuestros supermercados encontrar naranjas de Sudáfrica en vez de Valencia, plátanos de Costa Rica en vez de Canarias, espárragos de Perú o China en vez de Navarra o ternera de Argentina en vez de Euskadi. Aunque nada comparable al cordero de Nueva Zelanda en vez de Burgos, un fenómeno que también comienza, según los ganaderos, a producirse. Esta proliferación de productos procedentes de terceros países fuera de la UE es una de las principales razones que ha sublevado a los agricultores vascos y de todo el Estado. Todos ellos claman a coro contra lo que consideran «competencia desleal» de productos importados desde Sudamérica, África, Asia y hasta Oceanía, con una exigencias medioambientales de trazabilidad menores que las europeas y que les permiten vender más barato que el producto local, presionando además a la baja su precio.

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El fenómeno de los llamados 'alimentos kilométricos' ha sido abordado en distintas ocasiones por el Ministerio de Transición Ecológica que en su día, haciéndose eco de un informe de la organización Amigos de la Tierra, llegó a cifrar en 25,4 millones de toneladas los productos importados de terceros países. Unas mercancías que recorrieron de media 3.827 kilómetros, con una huella de CO2 de 4,2 millones de toneladas. Recogía casos sangrantes como el de los garbanzos, cuya distancia media entre el agricultor que los produjo y el consumidor que los compró era de 7.500 km. Un trayecto transoceánico para un producto que lleva siglos cultivándose de manera local.

Las asociaciones agroganaderas de Gipuzkoa, Bizkaia y Araba coinciden en denunciar que a las carnes, frutas u hortalizas que llegan de fuera de la Unión Europea no se les aplican unos aranceles suficientes, o en su defecto controles más rigurosos, para compensar lo que consideran menores exigencias medioambientales o de gestión del ganado en esos países. Unas medidas que en la Unión Europea y España son cada vez más estrictas y encarecen el coste de producción sin que luego en el lineal del supermercado se repercutan al cliente esos gastos, con lo que el margen de los agricultores sigue estrechándose y ahogando, señalan, su rentabilidad. En resumen, el difícil equilibrio entre la rentabilidad y las exigencias medioambientales.

Los agricultores españoles y europeos que se han echado a la calle llevan pidiendo desde el primer día que se apliquen los criterios europeos a las importaciones extracomunitarias, y que se paralice la negociación comercial con Mercosur, la organización internacional de comercio que agrupa a los países de Sudamérica.

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Xabier Iraola, de la guipuzcoana Enba, señala que muchas carnes procedentes de Sudamérica no se ven sometidas a estándares de producción tan exigentes como los que soportan los productores vascos, que deben aplicar la Ley de Bienestar Animal que encarece muchos procesos en la estabulación o los movimientos del ganado al pastar.

Herbicidas

Edurne Basterra, de la alavesa Uaga, explica que en Europa se han «prohibido los herbicidas más agresivos y eficaces», y los horticultores se ven obligados a utilizar, por normativa, otros productos fitosanitarios más caros y menos «eficaces», que «tardan más en eliminar las plagas que atacan los cultivos». Algo que, lamenta, no sucede con productos que proceden de fuera de la zona euro y que terminan siendo más baratos en las cadenas de distribución al verse sometidos «a menos exigencias». Pone como ejemplo las patatas procedentes de Israel frente al tubérculo tradicional y característico de Araba.

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Carlos Ibarrondo, de Enba Bizkaia, asegura que se ha llegado a rizar el rizo con corderos traídos desde las antípodas, Nueva Zelanda, a 20.000 kilómetros. También se importa de allí leche en polvo y productos lácteos como queso y mantequilla. «Solo con la contaminación de emisión de gases de ese transporte en avión...», lamenta Ibarrondo. Marruecos es otro exportados de productos tradicionales de aquí como vainas o tomates.

En los supermercados vascos también es fácil encontrar carne de países de la UE como Polonia o patatas de Francia que los agricultores y ganadores consideran de peor calidad, aunque confían en que se cumplan las exigencias que se aplican en España. Y en un momento de tensión inflacionista, los productores también lamentan que muchos consumidores prefieren gastar en otras cosas y ahorrar en alimentación con productos más baratos, alimentando esta tormenta perfecta.

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Primeros retrasos en entregas a supermercados

Pese a la cada vez mayor presencia de tractores protestando en las carreteras, con la salvedad de Gipuzkoa, no se están registrando problemas de desabastecimiento en las tiendas y supermercados, aunque sí problemas de retrasos en las entregas de mercancías a estas cadenas de distribución, sobre todo en Barcelona y provincias como Murcia. En Euskadi, Eroski, el principal grupo distribuidor del País Vasco, explican que por ahora no han tenido problemas de desabastecimiento, pero debido a los bloqueos en algunas carreteras se generaron «algunos retrasos» de mercancías de algunos clientes. Mientras, el Movimiento de Agricultores y Ganaderos de Navarra realizó ayer su tercer día consecutivo de protestas y llegó a Baztan-Bidasoa. Salieron por la mañana a la carretera y llegaron a colapsar el tráfico en la N-121A entre Doneztebe y Sunbilla debido a la lenta velocidad con la que circulaban con sus tractores. No se llegó a cortar totalmente la carretera que une la zona de Irun con Navarra. Mientras, a partir del mediodía fueron apareciendo los primeros tractores, procedentes de todas las comarcas de la comunidad foral, en las calles de Pamplona y cientos de ellos marcharon hacia el centro de la capital, que de nuevo sufrió problemas de tráfico.

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