La EPSV para autónomos vascos provoca un caos en las entidades que las tramitan

El pasado 4 de diciembre el consejero de Hacienda del Gobierno Vasco, Noël d'Anjou, y los responsables de las cámaras de comercio de Bilbao, Gipuzkoa y Álava convocaron un acto público para presentar, casi sobre la bocina de fin de año, la puesta en marcha de la EPSV de autónomos en Euskadi. Una opción hasta ahora vetada para los 160.000 cotizantes del País Vasco a ese régimen especial de la Seguridad Social, que sí existía en el resto de España desde 2023.

La iniciativa, dentro de la estrategia de animar el ahorro de cara a la jubilación, permite igualar los derechos de los autónomos con los de los empleados por cuenta ajena, para los que ya existe una cobertura legal que les permite acceder a EPSV de empleo y hacerlas compatibles con las individuales.

La información facilitada aquel día dio a entender que se podía contratar de forma inmediata y que daría lugar a una deducción en la liquidación del IRPF de 2024. Y ello con un límite de 8.000 euros, que a un tipo del 25% de gravamen, por ejemplo, supone ahorrar 2.000 euros en impuestos en la liquidación de este tributo que se hará en la próxima primavera.

Pero lo cierto es que muchos de los interesados que se han acercado durante el último mes a las sucursales de cinco de las seis entidades –Abanca fue el único banco que lanzó el producto el mismo día del anuncio–, se han encontrado con un 'mejor que vuelva usted el próximo año'. Y eso en el mejor de los casos. En otros se despacharon con una sentencia tan inexacta como injusta: «No es cierto lo que han publicado los medios de comunicación», manifestaron a sus clientes. Solo en la última semana se han sumado Kutxabank y BBVA, que incluso ha decidido ponerle marca al lanzamiento: Norpyme Autónomos.

Todo el mundo coincide que el lanzamiento se hizo de forma precipitada, aunque lo justifican con la intención de poder captar ya para la Renta de 2024 algunos desembolsos, de tal forma que ni la estrategia comercial ni la logística informática de los bancos estaba preparada. En Abanca –que absorbió el guipuzcoano Bankoa en abril de 2021– argumentan, sin embargo, que ya el pasado verano pusieron a trabajar a un equipo específico en este lanzamiento, porque estimaron que podía ser una oportunidad comercial.

En Kutxabank y BBVA, además de que la agilidad comercial siempre es menor en las grandes entidades, pesó más la inseguridad jurídica para retrasar el lanzamiento. Y es que la deducción fiscal de esta nueva EPSV de autónomos no ha estado garantizada hasta el final de diciembre. Álava y Gipuzkoa aprobaron la pasada semana la deducción para el IRPF de 2024 y las Juntas Generales de Bizkaia lo harán hoy, al mismo borde de las campanadas de fin de año. Es, de momento, una normativa que solo tendrá vigencia en 2024, ya que las diputaciones están inmersas en una reforma fiscal que, entre otras materias, va a modificar esta vía de ahorro de los autónomos.

Otras fuentes, sin embargo, aseguran que la displicencia con la que la banca ha asumido el lanzamiento de esta EPSV –que habrían aceptado para no contrariar los deseos del Gobierno vasco– está ligada al estrecho margen de negocio que les va a reportar: una comisión limitada al 0,5%, frente al 1,30% o incluso el 1,5% de las EPSV individuales.