Secciones
Servicios
Destacamos
A lo largo de la historia, la inflación ha sido un grave problema en muchos lugares. Hoy lo es en Venezuela (la verdad es que tienen muchos otros y más graves) y lo fue en la España del tardofranquismo y la posterior democracia, en la ... época de los Pactos de la Moncloa. Sin embargo, hace tiempo que ya no lo es en Europa y, cuando es motivo de preocupación, acostumbra a proceder de su debilidad y no de su fortaleza, justo como sucede ahora. El Banco Central Europeo se ha fijado como objetivo mantener el índice de precios en los alrededores del 2% y... no llega. El IPC armonizado de la UE fue del 1,5% en 2018 y hasta julio acumula un 0,9%. En España, la cosa es peor, pues el interanual a julio se sitúa en un bajísimo 0,5%.
Antes, hasta hace unas pocas décadas, la inflación tenía mucho que ver con el ciclo económico. Cuando éste estaba fuerte y la demanda presionaba sobre la oferta, los precios subían con fuerza. Exactamente lo contrario que sucedía cuando las cosas se ponían feas. Pero llevamos años de bonanza y crecimiento, lo que ha sido compatible con unos precios contenidos. ¿Por qué? Pues todo es resultado del extraordinario proceso de globalización y liberalización que ha ampliado mercados y eliminado barreras, lo que ha adelgazado la estructura de costes; unido a la profunda deflación causada por los avances tecnológicos que han eliminado muchas de las adiposidades que castigaban a las cadenas de valor. Hoy disponemos de multitud de webs que nos permiten viajar, acceder a las más variadas compras, reservar hoteles, comparar seguros, alquilar coches y un sin fin de servicios a mejores precios, al haber proliferado las opciones de contratación y eliminado intermediarios.
La estabilidad siempre es buena y la de precios es excelente, en especial para hacer previsiones y para todos aquellos colectivos que, como los pensionistas, sufren a la hora de actualizar sus ingresos. Pero hay que cuidar que la estabilidad no sea el resultado del 'rigor mortis' que produce la desaceleración de la economía. ¿Corremos ese riesgo? Pues es evidente que nos estamos estancando y que cada registro de crecimiento es peor que el anterior. Así que quizás fuese bueno un poco más de inflación, si con ella aliviamos la presión que se ejerce hoy sobre los tipos de interés y, sobre todo, si fuera el reflejo de una actividad que, por ahora, ni se atisba.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.