–¿Qué supone este galardón?
–Todos los premios provocan una serie de emociones que son comunes: alegría, orgullo... pero todos tienen un significado especial. Si tuviera que resumir en una frase este galardón diría que es una guía vital en el ámbito profesional y personal, porque todos los valores que tenía Jose Mari son realmente encomiables y que todos pretendemos seguir en la vida profesional y personal.
«En medicina genética estamos todos alineados en la misma dirección y es muy esperanzador»
–Implica también un reconocimiento a su faceta emprendedora y empresarial.
–Es un síntoma de que me he rodeado de equipos muy buenos. Uno de los valores de José Mari Korta era pensar en el futuro de Euskadi desde la innovación. Y comparto plenamente ese valor. Si algo podemos hacer aquí es empezar a colaborar a construir ese nuevo tejido productivo basado en la economía del conocimiento, que es la Euskadi del futuro. Eso es lo que te mueve a desarrollar proyectos como el de Vivebiotech.
–Los organizadores destacan que su impulso y pasión han sido esenciales a la hora de conformar el polo de innovación de la ciencia y de la salud en Gipuzkoa. ¿Además ha contribuido a que aterricen otros proyectos como el de Viralgen?
–Nada es casual. Todo esto es una estrategia que se viene llevando a cabo desde el año 2000, con la estrategia Biobasque, se ha ido sembrando los institutos de investigación, pequeñas empresas... Y va germinando en un ecosistema que al final acaba dando empresas manufactureras, empresas más grandes, y a desarrollar áreas como la terapia genética. Hace años era impensable que pudiéramos ser punteros en un ámbito como éste. Tener un ecosistema potente, competitivo, es muy atractivo para todo el mundo y facilita el aterritzaje de otras muchas compañías.
–Gipuzkoa se ha convertido en un referente. ¿Qué retos tenemos por delante?
–Tenemos muchos retos y muchas cosas por hacer. Además es apasionante lo que tenemos entre manos y lo que hay por delante. Yo suelo poner el ejemplo del collar. Las perlas son muy importantes, pero si no tienes un hilo que vaya uniendo las perlas no tienes un collar. Nosotros estamos trabajando por crear ese hilo. Tenemos perlas en Gipuzkoa, que hay que cultivar, cuidar, pero el hilo es fundamental. Es lo que intentamos hacer desde hace mucho tiempo: que no es otra cosa que coordinar, crear grupos de trabajo... porque hay que pensar en cadenas de valor. Eso pretendemos hacer ahora con todo lo que tiene que ver con la medicina genética. Tenemos que aprovechar la oportunidad. Confiamos en que los fondos europeos así lo entiendan y contribuyan a confeccionar ese collar. Localmente ya se está haciendo ese esfuerzo con la iniciativa Bat. Estamos ante una gran oportunidad. Esperemos que a través de colaboraciones podamos seguir creciendo, porque se traduce en bienestar, empleo para los jóvenes...
–Todo esto ayuda a promover las vocaciones científicas y biosanitarias.
–Todo lo que sea hablar del mundo bio y científico promueve las vocaciones. No hay más que ver lo que está pasando en la FP dual, de la cual nos nutrimos. Hace poco hemos firmado un convenio con el Politécnico Easo para que en el grado de FP de biotecnología sea la cantera de los futuros investigadores en ViveBiotech y tenemos que seguir por ese camino. Estamos todos alineados en la misma dirección y eso es muy esperanzador.
–¿En el capítulo de agradecimientos, de quién se acuerda?
–Agradecer a la Fundación, a la consejería de Desarrollo Económico y al equipo de Parkinson y terapias avanzadas de ViveBiotech.
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