

Secciones
Servicios
Destacamos
Raúl Arza dejará el próximo viernes la secretaría general de UGT de Euskadi tras doce años al frente de la central. Satisfecho por los muchos logros alcanzados y con la espina clavada por «no haber conseguido la reducción de jornada, una conquista que demanda la sociedad», remarca. Al mismo tiempo reclama a Confebask que se siente a negociar un salario mínimo vasco «para evitar que se sigan marchando muchos de nuestros jóvenes».
– ¿Qué se le ha quedado en el tintero en estos doce años?
– No poder dejar la secretaría general con el logro de la reducción de la jornada a 37 horas y media. Hago un llamamiento a los partidos nacionalistas vascos a que piensen en los 350.000 trabajadores y trabajadoras que verían reducidas su jornada. Que tengan altura de miras y que aporten sus votos para que la reducción de jornada llegue cuanto antes. Llevamos desde 1983 con la jornada de 40 horas. Ya es hora. Además, con los avances tecnológicos que se están produciendo, aun trabajando menos, se puede producir más. Y, además, la sociedad lo demanda.
– ¿Confía en que la medida supere el trámite parlamentario?
– Esto no es una moneda de cambio para el voto en otros temas. Además, esto va a facilitar la conciliación. E incluso, por los estudios que tenemos, mejoraría la productividad.
– Las patronales argumentan precisamente que se va a resentir la productividad.
– Si le hubiésemos hecho caso a la patronal nunca hubiéramos tenido ningún avance social, tampoco la subida del SMI, porque auguraban un aumento del paro y no se ha perdido ningún puesto de trabajo. Además, las empresas están teniendo unos años muy buenos. Y cuando han estado mal los trabajadores han sabido apechugar.
– Confebask ha rechazado negociar un SMI vasco en el CRL. ¿Cree que el nuevo llamamiento de los sindicatos nacionalistas para el próximo 20 de marzo surtirá efecto?
– Aunque no la hemos convocado nosotros estaremos en esa mesa. Hacemos un llamamiento a la patronal para que reconsidere su postura y venga a la mesa a ver si somos capaces de buscar un salario mínimo garantizado en la negociación colectiva. Porque las empresas hablan mucho de atraer y retener el talento, y una forma es tener buenas condiciones laborales, entre ellas un salario digno. Muchos de nuestros jóvenes se están marchando a Madrid, a Barcelona, al extranjero, y tenemos que hacer una reflexión. No puede ser que nuestros jóvenes, al acabar la carrera, tengan los salarios que tienen y además estén varios años con contratos en prácticas. Nosotros no creemos en ese modelo de relaciones laborales, sino en uno con una contratación estable, de calidad y con buenos salarios.
– El vicelehendakari Mikel Torres también está presionando a Confebask al tiempo que ha encargado un estudio para delimitar cuál puede ser ese SMI vasco.
– Es positivo que se haga ese estudio porque el nivel de vida en Euskadi es más alto que en el conjunto del Estado. Hay razones más que suficientes para poder entablar una negociación con la patronal.
– La patronal vasca incide mucho en el alto absentismo, pero recientemente Mikel Torres ha pedido que se aborde también la elevada siniestralidad de Euskadi, que se cumpla con la prevención de riesgos laborales. ¿Son temas que están relacionados?
– El tema del absentismo es una cortina de humo para no asumir su responsabilidad en la prevención laboral. El único responsable del cumplimiento o incumplimiento de la normativa es el empresario. Y en el tema de las bajas por incapacidad temporal hay varias cuestiones que están influyendo, entre ellas que seamos una de las comunidades con la población más envejecida –uno de cada cuatro trabajadores es mayor de 55 años– y con un fuerte peso del sector industrial. Queremos hablar de todo eso, porque queremos que las empresas sean saludables.
– Usted reclama que se le dé una dimensión social a la siniestralidad laboral.
– Hasta ahora no hemos sido capaces de darle esa dimensión social al problema, tal y como se ha logrado con los accidentes de tráfico o la violencia de género. No sé por qué está todo el mundo interesado en que esto no salga del ámbito de las empresas. Porque además de los fallecidos –al año mueren 800 trabajadores en el conjunto del Estado– hay más de 30 trabajadores y trabajadoras que sufren un accidente grave y no van a volver a trabajar. Es un número lo suficientemente importante para que haya un consenso de todas las fuerzas políticas, sindicales y patronales. Es insoportable como sociedad.
– Uno de los retos que se marca UGT es la recuperación del poder adquisitivo.
– Estos años en los que el IPC está más moderado tienen que servir para que los trabajadores recuperen poder adquisitivo. Ese va a ser uno de nuestros objetivos en la negociación colectiva. Y ahí no descartamos nada. Nuestro ADN es el acuerdo, el diálogo y la negociación, pero no descartamos la movilización cuando haya un empecinamiento por parte de la patronal de congelar o de no tener ningún interés en subir los salarios.
– ¿También va a ser un objetivo en el ámbito público, al igual que la reducción de la interinidad?
– En lo que respecta a la interinidad se están dando pasos en algunos sectores pero son insuficientes. En educación y sanidad todavía queda un trabajo muy importante. No puede ser que cada año en educación 7.000-8.000 trabajadores tengan una plaza para el curso completo. Hay una interinidad estructural que tenemos que atajar.
– Sin embargo, UGT no ha ido de la mano de ELA, LAB y CC OO en las convocatorias de huelgas en el ámbito público. ¿No es un contrasentido?
– Entendemos que la primera medida contra el Gobierno Vasco no tiene que ser la huelga. Consideramos que si las mesas están abiertas y se está trabajando –y de hecho se han conseguido algunos acuerdos en el ámbito del Departamento de Educación–, esa debe ser la vía, y cuando veamos que las mesas se bloquean iremos a la movilización.
– En el Grupo para la defensa de la industria que ha impulsado el lehendakari está Confebask pero no los sindicatos. ¿Les hubiera gustado estar?
– Deberíamos estar. Ya se ha abierto una vía de diálogo con la Consejería de Industria y esperemos que se cuente con los trabajadores. Tenemos un papel relevante también que jugar ahí.
– ¿Ha llegado la hora de que esté una mujer al frente de UGT?
– Bueno, a mí sí que me gustaría. Tenemos cada vez más delegadas y mujeres. En torno al 40-42% de la afiliación son mujeres. Tenemos mujeres al frente de algunas de nuestras federaciones. Además, creo que se lo debemos por esa implicación tan importante y por el papel que están jugando las mujeres. Y en esa lucha que estamos contra la brecha de género, contra los techos de cristal, sería bueno que pudiera haber una mujer al frente de UGT.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.