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El sector lácteo de Gipuzkoa y Euskadi, de la mano de las organizaciones agrarias ENBA y EHNE, han comparecido hoy en las Juntas Generales del territorio para exigir compromiso y cooperación política «urgente» de las formaciones vascas para evitar el declive del baserri y articular medidas que no ahoguen más y dificulten más la ya de por sí «insostenible» situación de los productores locales.
La desmesurada subida del coste de la alimentación animal y especialmente el coste del pienso (con un incremento de hasta el 70%), así como el de la electricidad (con alzas del 300%) y los carburantes, ha llevado a la organización agraria ENBA a reclamar un incremento del 10% en el precio de la leche durante los últimos meses. En una movilización que tuvo lugar a finales del año pasado, tanto ENBA como EHNE reclamaron que el precio de venta al púbico de la leche se elevase hasta, al menos, los 0,70 euros, teniendo en cuenta un informe elaborado por el Observatorio de Precios del Ministerio.
En Gipuzkoa existen 252 explotaciones de leche de vacuno (470 en Euskadi) que producen 65 millones de litros (170 en Euskadi) que se encuentran al borde de la extinción. La ciudadanía del territorio consume una media de 70 litros de leche al año. Cada uno de sus propietarios cobra una media de 0,34 euros el litro de leche, lo que deja a estos ganaderos «sin apenas rentabilidad. Incluso en números rojos», aseguró a este periódico el secretario general de ENBA, Xabier Iraola.
Garikoitz Nazabal e Iñaki Goenaga, los máximos representantes de ENBA Y EHNE, han comparecido en la Comisión de Promoción Económica, Turismo y Medio Rural, donde han llamado a racionalizar la burocracia, que además supone dificultades añadidas para los productores. «Los precios se han quedado estancados durante 40 años y han llevado a que paguemos incluso más por un botellín de agua que por un litro de leche», ha asegurado Nazabal.
El sector lácteo ha logrado que uno de sus principales clientes suba el precio de su marca blanca de 0,59 a 0,75 céntimos de euro, un ascenso que consideran que «no es suficiente. Creemos que tendría que subir unos cinco céntimos más por lo menos, para que podamos mantener nuestros suelditos», ha sentenciado Goenaga.
«Estamos hablando de supervivencia. Queremos que nuestros hijos sigan viviendo de caserío», ha dicho Nazabal. «Creo que es posible que el mercado asuma el precio que tiene pero, ¿cómo haces la transición cuando durante décadas te has acostumbrado a pagar un producto por debajo de su precio?», se ha preguntado.
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