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El turismo en España parece no tener techo. El sector acumula récord de llegadas de viajeros cada año hasta el punto de convertir al país en 2017 en la segunda potencia mundial con 82 millones de visitantes, sólo superada por Francia. Las cifras que aporta ... este negocio son mareantes. Hasta noviembre el gasto de los visitantes superó los 82.200 millones (a falta de diciembre ya ha superado el dato de todo 2016). Su peso en el PIB ronda el 11,5% con una actividad de 134.000 millones capaz de generar más de dos millones de empleos (gran parte temporales). De esta forma, el sector se ha convertido en uno de los principales motores de la economía. Sin embargo, ¿es sostenible una senda de crecimiento como la vivida en estos últimos años? Precisamente, para tratar de mantener el empuje y el dinamismo el sector ya evalúa los pasos a seguir para continuar con su fortaleza cuando el avance –acumula ocho años creciendo por encima del conjunto de la economía– sea más moderado.
Hay que tener en cuenta que España recibió 59 millones de turistas en 2007 (antes de la crisis). Esto supone que en diez años se ha producido un repunte del 39% en la llegada de viajeros. El sector es consciente de que este ritmo se frenará tarde o temprano, sobre todo cuando se recuperen los destinos competidores que atraviesan dificultades políticas y de seguridad como Egipto, Túnez o Turquía. De hecho, la patronal del sector Exceltur estima que España ha recibido 12 millones de turistas 'prestados' desde 2011. Es más, calculan que un 60% del incremento de visitantes registrado hasta el tercer trimestre del pasado curso se debe a viajeros que tendrían como destino alguno de esos países.
«España ha logrado un crecimiento de llegada de turistas sostenido en el tiempo. Somos una potencia y no hay motivo para pensar que vamos a dejar de serlo en el corto y medio plazo», señala el profesor del departamento de Economía de Esade, Pedro Aznar. Este experto explica que hay un turismo de sol y playa de gran tradición y muy estable gracias al «clima excelente» y a una buena ratio calidad-precio. Sin embargo, reconoce que hay un porcentaje de turistas prestados que pueden desaparecer en los próximos años.
Para adelantarse a ese efecto, Aznar considera necesario que el sector se centre en mejorar la calidad de la oferta para aumentar el gasto por turista. De esta forma, aunque el volumen de llegadas pueda reducirse ligeramente, los ingresos que genera el sector se mantendrían. Precisamente, el año pasado este indicador mejoró por primera vez en seis años. Así, el gasto medio por turista se situó en los 733 euros en 2017, frente a los 722 euros del curso anterior, lo que supone una mejora del 1,5%, según el último barómetro de Exceltur. En cualquier caso, todavía está lejos de los 791 euros de máximo que alcanzó en 2011.
Una de las razones para que este gasto medio haya aumentado tiene que ver con el incremento de los turistas de países con mayor poder adquisitivo. Es el caso de los viajeros de Estados Unidos o de Rusia. Y es que otro de los retos del sector es diversificar los mercados. Ahora, más de la mitad de los turistas que recibe España proceden de tres países (Reino Unido, Alemania y Francia) cuyo gasto medio se encuentra en la parte baja de la clasificación. El sector también es consciente de que uno de los retos es saber gestionar esa llegada masiva de turistas con la habitabilidad de los centros de los principales destinos turísticos.
«Saber conjugar ambos aspectos es clave para evitar el malestar social que se aprecia en algunos barrios masificados de turistas», explica el vicepresidente de Exceltur, José Luis Zoreda. Y en este sentido señala a los apartamentos turísticos no reglados a través de plataformas online como Airbnb como uno de los responsables del rechazo al turismo en ciertas ciudades.
En concreto, la patronal indica que la presión turística media (el número de turistas diarios sobre la población residente) se situó en el 7,4%. Sin embargo, varios municipios lo superaron con diferencia. Es el caso de Granada (11,7%), Barcelona (11,1%) o San Sebastián (10,7%). Al mismo tiempo, la fuerte demanda de apartamentos turísticos también está detrás de parte del incremento de los precios de alquiler de vivienda en las ciudades (un 13% de media en 2017, según pisos.com).
España es un destino turístico de primer orden. Eso le permite contar con importantes cadenas hoteleras que, sin embargo, necesitan crecer todavía más para poder competir con las grandes marcas internacionales. Ese era uno de los objetivos que perseguía la fallida fusión entre el grupo Barceló y NH. Una operación que habría permitido crear una cadena que rivalizaría en tamaño con Meliá, el gigante nacional.
Sin embargo, el consejo de NH rechazó la oferta por considerar que «no reflejaba el valor real de la compañía». En concreto, suponía valorar la empresa en 2.480 millones al pagar 7,08 euros por acción. En cualquier caso, la negativa a esa operación no significa que los movimientos en el sector hotelero español se vayan a frenar. De hecho, en la misma nota en la que la dirección de NH rechazaba la fusión con Barceló también dejaba la puerta abierta a analizar «futuras oportunidades estratégicas». En ese sentido, la compañía está estudiando la posibilidad de tener una marca de lujo en el mercado.
En cualquier caso, los expertos tienen claro que las cadenas hoteleras españolas deben crecer para poder competir en el exterior con marcas tan consolidadas como las estadounidenses Marriot o Hilton. Uno de los problemas que tiene el sector en España es que está muy atomizado, por lo que la apuesta por concentrarse le permitiría medirse a las grandes marcas. De hecho, en España apenas el 16% de los hoteles están afiliados a alguna cadena. Una cifra que supera el 50% en países como Estados Unidos.
Pero los hoteles pueden verse forzados también a unir sus fuerzas por la amenaza de los apartamentos turísticos. «Los hoteles más baratos pueden sufrir», señala el profesor del departamento de Economía de Esade, Pedro Aznar. Y es que son los establecimientos de menor categoría los que más pueden notar el incremento de esta modalidad turística. Hay que tener en cuenta que los viajeros que eligen alojarse a través de plataformas como Airbnb lo hacen sobre todo por el bajo precio. Por tanto, compiten directamente con los hoteles de menor categoría. Hasta ahora este segmento no han sufrido demasiado el impacto porque el volumen de llegadas es tan grande que mantienen la ocupación. Pero esto podría cambiar si la demanda de viajeros se reduce en el futuro.
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